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Una mirada cristalizada

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Una mirada cristalizada

David

Todo está listo para la gran ceremonia va a ser mi coronación cómo heredero, estoy muerto de nervios Abigail está aquí desde temprano dando saltos y corrigiendo cosas la verdad mi padre la aprecia mucho es prácticamente parte de la familia.

—David, cálmate —Abigail alborota mi cabello.

—Estoy calmado Abigail — hago una sonrisa torcida y levanto las cejas.

—Si claro tú tienes de calmado lo que yo tengo de panadera.

Ruedo los ojos ante su comentario y subo a mi alcoba para alistarme ya que Abigail se encargó de la fiesta yo voy a encargarme del anfitrión entra toda la servidumbre a mostrarme las opciones de vestuario hay vinotinto, azul, beige, negro, dorado todos con su respectiva corona a juego y una espada con el mango del mismo color me decido por uno negro con el interior de la capa vinotinto.

Comienza el sonar de las trompetas y con ellas la llegada de los primeros invitados algunos duques, condes y plebeyos yo me siento en el trono del balcón superior al frente de la entrada principal esperando la llegada de alguien en específico pero a pesar de mi espera no consigo encontrar con la mirada a la pelinegra.

Las trompetas vuelven a sonar con la llegada de los suficientes súbditos y nobles de nuestro reino y se da inicio a la ceremonia mi padre está sentado en el salón del trono y a su lado izquierdo el puesto vacío de mi madre y a su lado derecho uno un poco más pequeño para mí tiene su gran corona y su espada con el rubí comienzo el recorrido sobre la alfombra roja de piel hasta el y cuando llego al trono hago una reverencia ante el Rey.

—Padre—me indica que puedo levantarme con un gesto en su mano.

—Principe, David hoy en tú cumpleaños número 16 juras en nombre de la corona honrar siempre a tú pueblo y a tú rey, velar siempre por el bienestar de tú reino y caminar siempre en el sendero de la justicia y la sabiduría. Juras no apartarte de este camino y accionar en base al bien mayor haciéndote digno cada día de este título, para que el día que tomes mi lugar en este trono dirigas nuestro gran imperio con la misma sabiduría que tú padre.

—Lo juro mi rey—con esto siento el peso sobre mi cabeza cuando el rey me pone la corona vuelvo a hacer una reverencia y tomo asiento en la diestra de mi padre.

Las trompetas vuelven a sonar y todos comienzan a aplaudir mientras yo por dentro estoy temblando pero mi rostro es incapaz de reflejar esto.

Empieza el banquete al que se invitó a todo el reino para que disfrute de nuestras riquezas y victorias para que después inicie la celebración de mi cumpleaños. La invitación de la coronación fue extendida a todo el reino, pero la de mi cumpleaños fue para los demás reinos también.

Termina el banquete y con ello empiezan a llegar demás invitados cuando las trompetas anuncian al rey Leopold mi mirada se dirige automáticamente a la puerta entra primero él y de su brazo la princesa Snow me preocupo al no ver a la otra pelinegra de la familia pero justo detrás de ellos entra la reina que en estos meses no he podido ignorar de mi memoria me intriga muchísimo.

Una jóven y encantadora manzana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora