Divina x Tn

1-Rumores

El inicio de clase llegó, Tn se sentó junto a Kent ya que al ser su compañero de habitación era con quien más confiaba tenía. La primera de las clases fue introductoria por lo que no fue pesada, sino todo lo contrario. 

En uno de los descansos, Divina se acercó a su hermano para charlar un rato con él mientras Tn estaba mirando los temarios para saber que iban a dar exactamente. Este pasaba las hojas lentamente, leyendo por encima los puntos de cada tema. 

―¿Entonces me harías el favor hermanita?―preguntó él.

―Está bien, pero me debes una―contestó ella mientras se marchaba. Kent también se puso de pie.

―Voy a cambiar de sitio con mi hermana que debo hablar unas cosas con Xavier―comentó el chico.

―Claro.

Pronto llegaría la sirena y colocaría sus cosas.

―¿Eres de esos que estudian mucho?―la chica le esbozó una sonrisa.

―Ah, que va, solamente curiosidad, nada más―respondió cerrando el libro.

―Oye, está tarde iremos las chicas a tomar algo a Jerichó, ¿quieres venir y así conoces un poco el pueblo?, te aviso de que no es muy grande, pero para pasar el rato sirve.

―Claro, me encantaría.

Las siguientes clases fueron algo más largas y Divina y Tn iban hablando, conociéndose un poco más. Ambos descubrieron que tenían algunos gustos similares. Y en el siguiente descanso, Enid se acercó a Divina.

―Tengo chismes nuevos―lo decía con tal ilusión y sonrisa que al joven le hizo gracia―¿qué te parece el primer día?, la academia...

―Bien, me gusta la verdad―contestó sonriente.

―Está tarde vendrá con nosotras―dijo la sirena―¿te parece bien?.

―Claro que sí, cuantos más...¡mejor!.

Los tres hablaron durante ese rato, Tn tenía más confiaba y se soltaba más a la hora de socializar con el resto de personas. Enid le comentó el plan de la tarde, era principalmente charlar sobre rumores mientras tomaban café y algo de comer.

―Enid debe hacer unas compras―dijo la sirena―para impresionar a su amor.

―Eh, pronto tendrás también uno―replicó la loba.

―Si...no hace falta que me lo recuerdes...odio los arreglos matrimoniales. Pero estoy relajada, normalmente se hacen pero muchos acaban rotos. Mi primo estuvo comprometido cinco veces hasta que al final se casó―explicó ella.

―Oh venga, seguro que te toca un chico encantador―Enid quería información.

―No sé ni como es, ya hablare con mis padres cuando sea el día de padres―dijo mientras daba un suspiro―odio que controlen mi vida.

Las horas pasaron y llegó el momento de ir a Jerichó. Kent le advirtió que se iba a aburrir mucho pues él acudió un par de veces y tuvo suficiente de escuchar a su hermana, a Yoko y Enid hablar tanto rato sobre rumores. Incluso a veces acababan discutiendo por ello porque una decía que era pareja de una chica y la otra decía que de otra mujer. 

―Me estás asustando―dijo esté algo pálido.

―No es para tanto...o igual sí―dicho eso, se marchó de la habitación.

Se puso algo cómodo y se marchó al patio donde ya le esperaban. Eran puntuales.

―Hola, lamento llegar algo tarde―dijo esté―bueno, un minuto.