Parte 10

103 11 0
                                    


Los días pasaron y Clarke sentía algo en el pecho. Le gustaba Lexa, pero no se decidía... Estuvo a punto de pedirle el teléfono a Raven en varias ocasiones, pero al final se rajó. Si lo cogía estaba segura de que la llamaría y no estaba segura de si debía. Precisamente por ello tiró el número de teléfono la primera vez.

Estaba terminando una bandeja de pasteles cuando escuchó a Maddi entrar al obrador.

—Clarke —exclamó—. Clarke.

—Hola —dijo abrazando a la niña—. ¿Qué te pasa que estás tan entusiasmada?

—Clarke, ¿podemos ir el finde a las piraguas? Aden va a ir con Anya y me ha dicho que podemos ir... ¡Por fa! —dijo con esa mirada suplicante que podía con ella.

—Sabes que el sábado trabajo.

—Podemos ir el sábado cuando salgas, es cerca, Raven, Octavia y Lincon irán ahí a medio día, podemos ir con ellos y luego haremos las piraguas y una barbacoa. Por fa, por fa, por fa.

—¿Y por la tarde?

–—Noa se encarga, ya habló Raven con ella, al igual que el domingo.

—¿Lo has hablado con Raven y Octavia?

—Sí —rio Maddi—. Está todo organizado si dices que sí. Por favooooor —suplicó con ojos de cordero degollado y Clarke no pudo evitar reírse—. Necesitas salir y despejarte, Clarke.

—Vale, vale. Déjame confirmar todo con Noa.

—Genial.

—Venga anda, ayúdame con eso y ahora nos vamos a comer —dijo Clarke.

Maddi asintió y la ayudó a colocar los pasteles en los papeles y en la bandeja antes de ir a comer.

El sábado a medio día cerró la tienda y le dejó las llaves a Noa.

—Gracias por ocuparte de todo.

—No hay de qué. Ya me lo devolverás. —Sonrió.

—Cómo no —respondió antes de volver al coche con Lincon, Octavia, Raven y Maddi—. Muy bien chicos, todo listo. —Lincon asintió y arrancó de nuevo el coche—. Gracias por esperarme.

—No hay de qué. Además, así Lincon y yo hemos podido entrenar un rato.

—Sí, y yo he estado dándole una vuelta al proyecto.

—¿Y cómo va? —inquirió.

—Bien. Tengo que reunirme con Lexa para atar cuatro cosas, pero creo que podemos ponernos a desarrollar la idea y si todo va bien... Puede ser un bombazo.

—Vaya, ¿os contrataría Heda Tech? —preguntó Lincon.

—Sí. Pero Lexa dice que aún hay mucho que atar.

—Ya me imagino —dijo.

Octavia lo miró interrogante y arrugó la nariz en esa expresión que siempre portaba cada vez que creía que alguien ocultaba algo.

—Vale, ¿qué sabes que nosotras no? —inquirió.

—Ésa es una historia que no me corresponde a mí contar. Lo siento. Hablad con las hermanas Woods, no conmigo.

Clarke se quedó algo pensativa.

Llevaban media hora de viaje cuando sonó el teléfono de Lincon que tenía conectado al manos libres.

—¿Qué pasa Woods?

—¿Qué pasa Linc? ¿Cómo vais?

Era la voz de Lexa. Aquello hizo que tragara saliva y se sintiera algo nerviosa. No sabía que ella iba a estar. Miró a Maddi que sonrió pícara. Genial, Maddi sí lo sabía y estaba tramando algo.

Hasta que llegó ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora