Desde muy joven, los hombres mayores siempre llamaron mucho tu atención, especialmente aquellos que eran muy varoniles y tenían un buen aspecto físico. Te gustaban mucho ese tipo de hombres.
En especial tu vecino John Price. Era un hombre alto, fornido y muy guapo, un hombre que solo con verlo te dabas cuenta de lo imponente y varonil que era. Siempre que este señor salía a su jardín, estabas tú observándolo por la ventana de tu habitación. Al observarlo, te diste cuenta de que diferentes mujeres solían visitarlo, tal vez eran amigas suyas o simples compañeras de trabajo.
Justo hoy lo observabas por tu ventana cuando una mujer alta y rubia llegó a verlo. Viste cómo se alegró cuando esa chica llegó e inmediatamente se metieron a su casa. ¿Sería su novia? ¿Amante? ¿O solo una amiga con la que pasaba el rato?
- *suspiro* Envidio a esa rubia... Él es tan guapo, tan varonil.
Tu madre te gritó desde la cocina que el desayuno ya estaba servido.
Mamá: ¡Hija, baja a comer!
- ¡Ya voy, mamá!
Apresurada, bajaste a la cocina donde tu madre ya te esperaba para desayunar. Tu padre también bajó rápido, se le hacía tarde para el trabajo.
Papá: Voy tarde, se me hace tarde.
Mamá: Cariño, tu maletín está sobre la mesa de la sala.
Papá: Gracias, cielo, pero ya tengo que irme.
Mamá: Que no se te olvide dejarle la podadora al vecino.
Papá: Cariño, no me alcanza el tiempo.
- ¿Qué vecino, papá?
Papá: John, el vecino de al lado.
Todo se acomodaba para poder acercarte a tu vecino y por fin intentar hablarle .
- Papá, yo se la llevo si quieres.
Papá: Sí, serías tan amable, hija.
- Sí, papá, no te preocupes, yo se la llevo. Vete tranquilo al trabajo.
Tu padre se despidió de ti y de tu madre. Checaste la hora y ya era tiempo de irte a la universidad.
- Mamá, yo también me voy. Se me hace tarde y aún tengo que ir a dejarle al vecino la podadora.
Mamá: Sí, mi niña, que te vaya bien, cuídate.
Saliste de tu casa camino a la casa de Price. Él se encontraba en su jardín regando sus plantas.
Muy varonil y todo, pero le gustaban las plantas y cuidar de ellas. Te acercaste a él para hablar.
- John?
Él se giró para verte.
Price: ¿Sí?
- Mi padre me mandó a entregarte la podadora.