Yo no amenazo, yo actúo.

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La mañana había llegado y con ella la preocupación Jeremy estaba en su habitación, su corazón palpitaba demasiado rápido,dentro de su ser había gran culpa, si el no se hubiera ido tal vez su amigo estaría bien, el proyecto no estaría en riesgo.

Conseguir la cita con el señor Barrel había sido demasiado difícil como para perderla. Tomó el teléfono de Alejandro y comenzó a leer el proyecto una vez más, esto debía salir perfecto, de lo contrario su mejor amigo estaría decepcionado.

Por más que leía y leía no lograba concentrarse, de pronto su teléfono comenzó a sonar, era el padre de Alejandro.

- Diga - contesto temeroso

- Tengo la solución a nuestros problemas, espero que estés listo a las 10 en punto

- Sí señor, tenga por seguro que estaré listo

La mañana para la familia Müller no había sido tan diferente como otras, mamá había preparado el desayuno para todos, papá estaba listo para ir a trabajar y los hijos a excepción de Isabella estaban listos para ir a la escuela. Sin embargo, todo cambió de un momento a otro, una camioneta con al menos quince hombres habían irrumpido en su hogar.

La familia se encontraba desconcertada, todo sucedió tan rápido, la casa pronto se había quedado vacía. Isabella llegó a casa, esperaba ser recibida por su madre, a decir verdad estaba cansada, la noche había sido de las más pesadas, no solo de manera física, sino también de manera emocional.

- Mamá, he llegado - dijo,pero no recibió respuesta alguna

Isabella se adentró a su hogar, todo estaba en silencio, pero algo no encajaba, su madre no estaba de guardia, el auto estaba en el estacionamiento, algo no estaba bien, sin pensarlo mucho tiempo bajó a la cocina, se encontró con la mesa puesta, la cafetera estaba caliente.

- Ma, volvió a llamar, pero no hubo respuesta.

Siguió hacia la sala, pero lo que vio poco le gustó. El padre de Alejandro miraba hacia la ventana.

- ¿Qué hace aquí? - preguntó

- Ambos debemos salvar algo - respondió

- Sea claro - respondió seria

- Yo debo salvar mi trato con el señor Köhler y tu debes salvar a tu familia

- ¿Qué le hace pensar que cederé?

El padre de Alejandro la miró de manera irónica.

- Para ser mi hija entiendes demasiado lento, es por ello que no me servías

Isabella volvió a sentir ira al escuchar ello.

- Yo no soy su hija, así que evitemos este tipo de acercamientos, si me permite debo encontrar a mi familia

- Creo que no estás entendiendo, si no cooperas con lo que te pedí posiblemente no volverás a ver a tu familia 

La cara de Isabella reflejó seriedad. 

- ¿En dónde está mi familia? - dijo de la manera más calmada que pudo 

- En un buen lugar - respondió 

Isabella se sentó en el sofá. 

- Supongo que usted hace las cosas así y le resultan bien 

- Cómo no tienes una idea 

El padre de Alejandro veía a Isabella con gran calma en su ser, parecía tan calmada, como si nada pudiera perturbarla. 

- ¿Qué garantía tengo de que ellos estarán bien? No siempre podrá amenazarme con mi familia 

- Lo sé, así que si te vuelvo a requerir ya veré yo que hacer 

Isabella lo miró, dentro de ella había una gran confusión, por un momento deseaba saber por qué no la había querido, por otro lado, estaba molesta. 

- ¿Qué hay que hacer? 

- Tengo una reunión con Barrel Köhler, mi hijo encabezaría esa reunión, pero sufrió este percance, ahí es donde entras tu

- Debo suplantar su Identidad, espero no meterme en problemas - respondió - y si algo malo le ha pasado a mi familia, olvídese de nuestro trato

El padre de Alejandro asintió, al menos había convencido a Isabella, ese contrato era lo más importante para él.

Ambos salieron de la casa y se dirigieron a la residencia de los Becker, en el camino el padre de Alejandro le contaba los pormenores a Isabella sobre el proyecto en el cual Jeremy y Alejandro había trabajado, ella por fortuna tenía buena retención de la información.

Tardaron poco menos de una hora, al llegar a la residencia Becker, bajaron del auto, Isabella observó la casa, era bastante grande, más que la suya, había varias áreas verdes bien cuidadas y con flores hermosas, los ventanales de la casa solo eran adornados por enredaderas, el ligar era apacible.

- Adelante - el señor Becker la invitó a pasar

Isabella aún desconfiada entró al lugar. Al ver el interior del recibidor de la casa no quedó asombrada, las paredes eran blancas, había unas escaleras de doble dirección, las cuales daban paso al segundo piso, tal vez a las habitaciones.

- Ve a prepararte, uno de mis hombres irá a dejarte un atuendo adecuado para ti, es evidente que Alejandro tiene más cuerpo y porte que tú

- No tiene que ser han grosero señor - dijo

Una mucama le indicó el camino a Isabella, subió las escaleras, el barandal era negro, la mujer la llevó hacía la izquierda.
Enseguida aparecieron dos puertas, la del fondo era de Alejandro, la mujer le mostró la puerta, entonces entró y esperó un poco al hombre de señor Becker.

Él le dio ropa acorde a su complexión, además de una peluca de cabello corto, una estilista se encargó de ayudarle, cuando estuvo lista el padre de Alejandro subió a ver el resultado. 

Al entrar a la habitación quedó sin aliento, era como ver a su hijo, solo que, con una estatura menor, además un poco más fina en las facciones de su rostro. 

- Intenta hablar como hombre, con una voz algo profunda y gruesa 

- ¿Así? - habló un poco bajo, pero aún se podía percibir la finura de su voz

En un par de intentos más la voz de Isabella sonaba un tanto diferente. Faltaban a rededor de treinta minutos para la reunión con Barrel Kölher, Jeremy ya estaba listo en la oficina, Isabela mientras tanto estaba con el alma en un hilo, si la descubrían podría llegar a la cárcel por suplantación de identidad.

El trayecto hacia la empresa de los Becker fue eterno para Isabella, repasaba una y otra vez los papeles que le habían dado, por teléfono Jeremy afinó detalles con ella, estar haciendo esto le recordaba a sus días de preparatoria, cuando ella y sus compañeros preparaban las exposiciones. 

Cuando por fin llegaron, el señor Becker y ella bajaron del auto, todos miraron a Isabella, algo diferente había en el aspecto de Alejandro. 

Se dirigieron al ascensor, Isabella se encontraba ansiosa, esto debía salir bien, había estudiado, había practicado la voz, todo estaba bien y saldría bien. 

Ella o ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora