Un viejo amigo

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Severus Snape no era un campista feliz en la actualidad, aunque para ser justos no había sido feliz, no realmente en demasiado tiempo.

Había demasiadas cosas en la lista para que fuera así y si bien conocía todas a la perfección no iba a hacer un repaso de las razones por las cuales no era un rayo de sol ahora mismo; no tenía todo el día.

Pero había que señalar que la fuente de su infelicidad radicaba en este momento preciso en su trabajo.

Severus era un buen pocionista:  uno joven y talentoso. Pero esos talentos no se adjuntaban a enseñarlo. Enserio ser bueno en algo, una maestría bien ganada con talento y esfuerzo no acreditaba ni justificaba un puesto de enseñanza, pero a su benefactor eso no le importaba mucho; pues le quería cerca y disponible para lo que se ofreciera y su sugerencia a trabajo ideal como profesor de defensa (una materia en constante caída, muy sesgada por la facción luminosa traumatizado por la guerra y la gris no interesada más que para currículums) era arrebatado otro año de sus manos citando la “maldición” -Demasiado peligrosa para el pero no lo suficiente como para contratar a alguien que se encargue de ella por cuasi noveno año consecutivo- o la atención que no deseaba dirigir tan temprano por una u otra causa. La lista de candidatos ya se había tornado lamentable.

Por si no fuera ya eso malo para el personalmente, los alumnos dejaban poca o ninguna voluntad de querer entrar al aula cada mañana cada día del año escolar. Todos eran demasiado infantiles, demasiado confiados, sesgados en sus puntos de vista y esperaban que el se hiciera cargo de todos sus errores. Snape no era mimoso ni indulgente, si con mano dura aprendían a ser menos imbéciles y comprender que no podían practicar con menos de toda su atención el no lo haría por ellos. ¿Era de extrañar que beneficiará a los sangre pura? ellos al menos conocían las consecuencias y tenían un mínimo de preparación antes de su primer clase, los otros incluso en tercer año tomaban su clase como matemáticas sin haber aprendido las divisiones por tercer año consecutivo.

Si, Severus no amaba de ninguna manera su trabajo y el tiempo solo lo amargo más a ello.

Por si fuera poco durante las vacaciones apenas podía hacer algo divertido, salir del país era un gran no, convivir o hablar con alguien fuera de una lista específica a causa de la guerra era otra negativa, incluso interactuar con cualquiera fuera de los dos temas demasiado vigilado y cuestionado para intentar algo como un compañerismo tentativo y mucho menos una cita. Para todos los efectos debía verse y permanecer como alguien atrapado por su pasado.

Le hacía arrepentirse de todas sus elecciones desde el tercer grado y de las estúpidas elecciones de los demás, enserio ¿Tan mal se le daba la política a los magos que no eran Dumbledore? Eso los habría librado de al menos dos guerras. No de discursos y discusiones pero era mejor moverse en la política legal que la no legal que pensaba podía irse de paseo feliz sin asegurar que el resto del mundo estaba bien con eso, más cuando tu paseo era sobre los cadáveres de quienes incluso te miraron mal desde el flu de al lado.

Pero así de ridículos eran los poderosos, la magia se metía con tu cabeza.

Así que los veranos sin estudiantes se iban en las pocas actividades que todavía podía hacer, las cuales eran pociones y practicar duelo con filius. Estaba convencido que su puesto se debía enteramente a los recortes presupuestales necesarios según Dumbledore, por qué ciertamente era más barato ponerlo a surtir toda el ala médica y su botica personal que pagar por el trabajo de un profesional o hacerlo el mismo. De la misma manera que Filch era el Innecesario conserje, o el fantasma de Bins impartia la misma clase que nunca cambiaba. Ni siquiera parecía haber suficiente para comprar escobas decentes cuando todos sabía que cada año un primero terminaba en el ala del hospital por un fallo de la madera descuidada. Pero eso último ya era por qué esa información particular nunca llegaba a los padres o la junta de gobernadores, Lucius sabía, pero mientras su hijo no estuviera en el equipo o viera la necesidad haría la vista gorda.

Eso iba al otro punto actual.

Era el año de ingreso de su ahijado: Draco Malfoy, a quien intentaba meter precaución y sutileza en su dura cabeza, pero todo lo que conseguía se perdía por las ansias de aprobación para con su figura paterna el Slytherin menos sutil y ambicioso de toda la maldita historia.
Lucius hacía sido criado como el heredero mimado que esperaba todo cayera a sus pies, se creía perfecto (Que no era) y exigía esa perfección de su descendencia, no hacía falta decir que sin importar que,  Draco jamás podría cumplir sus estándares fantasiosos y elevados. Pero no podías hacer que un niño dejara la imagen perfecta de uno de sus padres hasta que algo muy malo o muy bajo la quitará por ellos.
Su ahijado imitaba a un perdedor y no podía hacer mucho de eso. Esperaba que el tiempo separado de el ayudará.
Ahora bien tomando en cuenta todo la familia entera esperaba cenar esa noche donde le daría a Draco su carta en lugar de una lechuza, privilegios y eso.

Una lastima que ese año otra familia de sangre puras haya hecho esa misma demanda ese año.

Y esa era la razón de su aprieto actual.

La junta de las cartas o junta guía era la última antes del inicio del año, ocurría una semana después de la junta general final y casi 40 días antes del inicio del periodo. Dicha última junta ya era un desastre histórico por la noticia de último minuto del director que parecía pensar sería genial usar una escuela como receptáculo de un artículo demasiado valioso y peligroso y configurar la seguridad como una maldita pista de obstáculos defendibles donde los alumnos iban a tropezar e incluso pudieran superar, el que se tratara de una trampa obvia no ayudo a los sentimientos del personal, pero como era Albus madafacker Dumbledore lo que decía se quedaba, protestar no conduciría a nada y además la participación era forzosa.

Si, todos estaban ya estresados por eso sin contar todo lo que faltaba por hacer aún.

De no ser por su ahijado Severus no estaría ahí, pero tenía que recoger la carta o se la darían a una lechuza y los tres Malfoys se no tolerarían el desaire o la decepción.

Así que ahí estaba el, con el resto de los jefes de casa quienes ya discutían que cartas dar seguimiento a los nacidos de Muglee y mestizos distantes. Una tarea más complicada por qué este año también era el primer año del hijo único de los Smiths.
Ya Severus estaba poniendo los ojos en blanco, los sangre puras tenían una veta de al menos 4 generaciones que aseguraban descender de la misma Helga Huflepuff y actuaban como si se tratara de Merlin mismo. Ellos no pedían (al parecer solo los plebeyos piden) exigían que Sprout fuera en persona a dejar la carta; lo que incluía una cena para el anuncio y una visita guiada tanto al callejón como al castillo dado que era su derecho, como si no conocieran ambos. La exigencia era ridícula, los Smiths ni siquiera figuraban en los sagrados 28 ni eran lo suficiente ricos para permíteselos, pero era terriblemente chismosos y unas sanguijuelas sociales, si no tenían lo que querían harían de todo para desacreditar la escuela y hacer tanto escándalo que eventualmente alguien sería arrestado por los aurores por cargos falsos, incluso si Dumbledore lo evitaba, las noticias ya estarían destrozando sus imágenes y si algo aprendió Severus todos estos años era que el público era una mente oveja que amaba les dijeran que pensar y que sentir. Y nadie del personal le entusiasmaba el linchamiento público.
Así que eso dejaba a Pomona fuera de la lista de entrega, lo que le daría a Filius y Minerva con más trabajo, difícil, pero no imposible.

Desafortunadamente el chiste de Albus la semana anterior le dio a Filius más trabajo puesto que alguien debía suavizar las cosas con los goblins, si el hombre pensaba usar una autoridad no legal en sus bóvedas.
Para ser tan sabio el director olvidaba demasiado seguido que los goblins estaban a nada de declarar otra guerra por culpa del ministerio, enserio solo alguien sin cerebro se mete con quiénes pueden paralizar la economía si quieren. Pero otra vez mucha magia hacia a la gente estúpida. Lo que como consiguiente le daba solo la mitad de carga para manejar, dejando a la sobrecargada Minerva con demasiado que hacer.

Conociendo esos hechos y la posible conclusión lógica Severus se acercó a la pila de los sangre puras discretamente para tomar la carta y desaparecer de ahí antes de que recordarán su presencia. El no era la persona ideal para introducir el mundo mágico a nadie, su opinión estaba demasiado sesgada y realista para funcionar con los niños de ojos ilusionados y los padres asustados, confundidos o Merlin no lo pida agresivos, había demasiado de su niñez para actuar profesional si veía algo que no le gustaba.
Así que se iba antes de que lo metieran donde no iba a encajar.
Pero al igual que en sus días escolares Minnie tenía un sexto sentido cuando intentabas escurrir por la puerta.

-Severus…a dónde crees que vas

No maldijo cuando lo atraparon, mantuvo su fachada distante gracias a la oclumancia y se giro con una burla.

-Es claro que no tengo nada más que hacer aquí. Volveré a mi caldero si me permiten

-Buen intento Severus pero estamos apurados, no te irás de aquí amenos de que selecciones dos más de ese montón. Sin discusión

Sabiendo que no ganaría  contra una Minerva ya estresada de ninguna manera posible se burló y fue a la mesa con toda la dignidad que le quedaba después de ser esencialmente manejado como un estudiante otra vez, solo le quedaba salir con la menor perdida posible y buscar  una forma de vengarse de Filius por reírse de su situación, difícil pero no imposible.

Miro la pila con despecho y picoteo alrededor como si tratara con una pila de moco floberworm sin guantes, prácticamente pudo oír a sus compañeros poner los ojos a su actitud.

La pila estaba más constituida por mestizos que por nacidos mundanos, veía algunos apellidos conocidos de sus días escolares y no quería tener nada que ver con ellos, sabía que a estos tampoco les haría gracia y definitivamente no estaba entrando para salvar el matrimonio de nadie por la descortés “sorpresa soy bruja” que tendrían.

Vio un par de cartas para los Patil casi Innecesario por ser sangre puras excepto por qué eran extranjeros y necesitarían la guía; el no estaba de humor para ser guía turístico internacional además del regular así que lo dejo.
Había una tal Hermione Granger que dudaba estuviera relacionada con el pocionista Dragow-Granger, principalmente por Shakespeare y un Finnegan que le sonaba a una bruja una vez conocida demasiado oveja y sin cerebro para tratar con ella. Casi puso los ojos otra vez.

Las cartas en este punto eran más un revoltijo que una pila, perezosa mente las reacomodo aunque no lo pareciera decidido a tomar algo irse y jamás hablar de la experiencia otra vez.

Entonces lo vio.

Tomo lo necesario hizo un gesto muerto y apático y se marchó con toda la actitud exasperante de siempre.
Camino perfectamente tranquilo por el pasillo, asintió a algunos fantasmas intercambio unas palabras con Hagrid acerca de unas setas y fue a su oficina. Pero cuando el pasillo se hayo desierto de personas, fantasmas y retratos Severus corrió como una mala parodia de Scooby Doo el resto del camino y hasta la puerta de su oficina.

Entro rápido hizo algunos hechizos de seguridad y ya seguro de miradas indiscretas miro uno de los tres sobres en sus manos.
La dirección era una que cada niño no mágico de su generación conocía, de estar Lily viva estaría brincando feliz ahora mismo, Severo no podía permitirse ninguna reacción demasiado emocional incluso con su seguridad. Se sentó pesadamente en su silla y miro la dirección o más específico al destinatario, sabía que había nombres ahí, más de un conjunto que solo unos pocos notaría pero su mente los ignoro a favor del título, el epíteto, la pieza central aquí en brillante esmeralda que ciertamente importaba más que el negro confuso.

Catnap

Severus respiró con asombro infantil. Todos podían dudar que fue niño alguna vez pero lo fue y si bien su vida hogareña disto de lo ideal había una razón poderosa que hizo que casi todo eso valiera la pena que ser criado por su abuelo negado de la familia Prince. No cambiaría esa pieza de su infancia con nadie ni siquiera por su libertad actual en el futuro conflicto que ahora más que nunca deseaba para poder moverse libremente.

Su padre antes de los problemas con la bebida fue no un santo pero si un padre decente, a menudo se aseguraba que nada les faltaba a su madre y a él. Severus tuvo siempre problemas para hacer amigos así que a menudo (nada ocasional no eran ricos) traía juguetes suficientes para que no pensará demasiado en su fracaso social continuó. Fue durante su cumpleaños antes de que los ataques de magia accidental arruinaran su vida familiar, con un pequeño pastel hecho por su madre que recibió el mejor de los regalos. Su padre conocía a algunos trabajadores del playtime y pudo conseguir a uno de los Smiles Critters, para ser específicos el último de la colección que todavía no salía al mercado y por tanto no estaba en el programa.
El gato de cola estirable que olía a lavanda fue de lejos lo mejor que pudo recibir. E incluso  casi un año más tarde con la controversia que se generó eso nunca cambio para el.

Los niños tenían violentas pesadillas, severus no las consideraba como tal. Él sabía, de manera casi instintiva, que cualquier cosa mala que viera era más falsa que las cremas contra las arrugas que promocionaban en las noches, no, el estaba siempre más concentrado en el gato violeta en el árbol que miraba el montaje profundamente ofendido.

Severus lo miro por mucho tiempo antes de atreverse a hablarle. El resto como dicen es historia.

La línea de su boca se tambaleo y mostro una sonrisa temblorosa. Por fin después de años podía conocer a su primer amigo.
Le tomo todo ir a la lechuzeria y desprenderse de la carta, pero se aseguró de que el mensajero llegará de una pieza tanto de ida como de vuelta. Y paso todo el día ansioso.

Era la hora de la comida en el gran salón cuando la lechuza volvió, tomo la carta de pata y acto seguido se desplomó de espaldas con las patas temblando. Arqueó una ceja a todo el dramatismo, bebiendo tranquilamente su te e ignorado a los únicos tres compañeros de trabajo con el, que uno estuviera borracho y hablara de muerte, muerte e infortunio otra vez ayudo; termino con calma y apatía. Para después ir a su oficina con el animal flotando detrás suyo por su varita mientras ponía los ojos en blanco todo el rato.
No podía llegar lo suficientemente pronto.

Poniendo a la lechuza en un cojín cómodo con agua y comida el ave le miro confundida pero lo ignoro más concentrado en no romper su respuesta con las manos temblorosas.

La carta si podía llamarla así estaba compuesta de un sobre blanco promedio, tres estampillas postales de colección de Huggy, Kissy y los Smiles antes del borrado de mercancía lo miraron en la parte trasera con la frase “A la escuela de magia” guardo la última estampilla con sumo cuidado en una caja de su escritorio antes de proceder. El papel era del escritorio del difunto Elliott Ludwig, escrito en letra elegante y rosa había un mensaje corto y conciso.
De manera práctica giro su varita, un hechizo específico en sus labios, la letra se tambaleo un poco y apareció un poco más. Con esto Severus podía ver lo que la persona que escribió este mensaje sentía o había dicho en voz alta al escribir esto.

“Querida escuela-decía-Estamos bastante sorprendidos (eufemismo) de esta correspondencia. Si bien nuestro pequeño (sarcasmo) Theodore aquí parece tener una idea de ustedes en general eso no nos da al resto garantías de la legitimidad de la carta en cuestión (Que tan real sea no es nuestra preocupación ahora mismo).
Nuestra “Familia” (¿Puedo decir familia en este contexto? Se siente un poco raro) Le gustaría recibir a uno de sus profesores para más información (No realmente no, habrá un accidente y ninguno de nosotros lo tendrá, me aseguraré de eso)
Si está bien para ustedes los esperamos al medio día mañana
(Me importa muy poco su opinión de ninguna manera alguien vendrá aquí hasta que estemos preparados)
Estaremos indispuestos antes de esa hora (Muy ocupados preparando contingencias ¿Dónde pusimos los cuerpos la última vez?)
Sin más que agregar le esperamos a la hora acordada para discutir
(NO. VAMOS. A VOLVER. A UNA. JAULA )
Atentamente
M. L. L”

Severus repaso la carta un par de veces, era obvio que si no tenían cuidado iba a pasarla particularmente mal. En especial por qué todos sabían que la fábrica cerró las puertas sin ninguna explicación y la producción se detuvo casi al mismo tiempo que la guerra mágica, nadie consiguió una respuesta y muchos especularon algo de un accidente y muchas salidas del país, lo que explicaba la desaparición de literalmente todos los involucrados, ahora parecía que las viejas leyendas urbanas habían tenido razón todo ese tiempo.

Tenía que prepararse mañana para todo y asegurarse de nunca enemistarse con quienes ya sospechaba era juguetes vivos. Las solas siglas y la escritura de la carta eran claramente de Mommy Long Legs si tuviera que adivinar.
Tenía poco tiempo para repasos de su conocimiento enterrado muy profundo y cargar con lo que fuera a necesitar al otro día.
Y por si no fuera suficiente todavía tenía que dejar la carta a su ahijado. Se preparó apenas para la cena de esa noche en Malfoy Manor.

La velada transcurrió como cabía esperar. Una cena lujosa a puerta cerrada, la política de la casa que Lucius intentaba mover otra vez a su favor a pesar del reglamento interno de Salazar incluso si se suponía que eso debía hacerlo Draco. Cómo podría crecer su ahijado y tener su propia personalidad y objetivos si su padre no entendía que el poco poder que ganó en los pasillos escolares se acabó cuando se graduó. Tuvo que evitar sacudir la cabeza a la triste imagen que ambos varones pintaban. Narcisa debía saberlo si la forma que sus ojos se volvían tormentosos cada que escuchaba un gran consejo fuera una indicación.

Supero esa noche con la barbilla en alto y rechazo cualquier oferta de quedarse o hacer más sobremesa de la que ya se había extendido el postre citando la carga de trabajo inesperada de Dumbledore. No había que decir nada de la piedra, su jefe era conocido por hacer este tipo de tonterías de último momento y Lucius amaba tener una excusa para burlarse de alguien más ya fuera Dumbledore o el mismo, claro que no se suponía que captará eso último con sus palabras sutiles.

Severus quería tirarle un diccionario a la cara.

Esa noche al ir a la cama lamento haber cerrado su mente años atrás pero la horrible marca en su brazo era demasiado peligrosa para exponer a nadie a una invasión de su privacidad, incluso bajo tortura el señor oscuro jamás daría con su amigo.
La mañana no podía llegar lo suficiente pronto.


Despertó temprano la mañana siguiente. Si bien ya había preparado sus suministros antes de acostarse un poco extra no haría daño.
Acomodo todo en su bolsa de mensajero y después de esto se miro al espejo y dudo.

Nunca antes le había importado su imagen, las continuas burlas en la escuela y el matón de Potter dejo demasiado de una impresión para que se molestará en nada de ello. Los años en un calabozo sin ventanas para dejar ir los humos de los calderos no ayudo en su cazo y su continúa insistencia para ignorar todo en su conjunto era la norma.
Pero ahora al mirarse y saber con quién se encontraría no pudo evitar que la vieja inseguridad le mordiera con una venganza.

A Catnap no le importaría.

A su familia…

Juraría a lo largo y ancho que no gimió con fastidio y volvió a sus habitaciones para arreglarse. Solo tenia tiempo que matar antes de la reunión. Si…eso.

Inicialmente solo planeo tomar un baño más largo de lo habitual pero recordó la razón por la cual no tomaba duchas largas para empezar; su cabello tendía a volverse un fastidio con exceso de humedad, no por esta si misma si no al secarse. Los secados por varita para ahorrar tiempo producían cierta mágica estática, eso más los humos de los calderos…bueno Severus tenía suerte de no ser un Poodle.

No sabía si había evitado ese destino por su continuó uso de hechizos de éxtasis en su proximidad o su propio humor sombrío había hecho que su magia protectora de la primera niñez mantuviera todo abajo siempre que siguiera el mismo patrón.
Ahora obviamente lo rompió al eliminar de su cabello lo que sea que lo mantenía bajo.
No tenía tiempo para un día malo de cabello ahora. Decididamente no se miro al espejo al salir para buscar una poción limpiadora que al menos le garantizaba sacar gran parte de años de humo de pociones y cualquier químico del cabello.

Después de esto no tenia otra opción que ir por el cajón de los “regalos bien intencionados”
Estas eran cosas que recibía en cada navidad o aniversario laboral como una broma o burla a su yo sombrío habitual.
El espejo que te critica como vistes o te ves naturalmente sufrió un desafortunado accidente al viajar al cajón. Severus todavía lo podía ir quejarse desde las piezas encantadas que quedaron al fondo de la madera por su pésima organización.

Saco algunos frascos y cerró con mas fuerza de la debida.
Tenía cinco productos que podían ayudar. Cómo no sabía que serviría tuvo que probarlos y el único que sirvió fue irónicamente el tónico anti enredos creado por Oswald Martin Potter. Quería arrancarse el cabello perfectamente lacio y sedoso sabiendo que se lo debía a un antepasado del imbécil de James, pero aplacando cualquier rabia sabiendo que ese idiota nunca tuvo ese talento. Soluciono el resto  sujetando los hilos con un listón verde en una coleta baja.

Ahora sin embargo su cabello se veía demasiado bien para el resto de el.

Fue a su armario por unas túnicas nuevas que nunca tuvo el gusto de probar para la reunión anual de pocionista hace dos años. Al parecer Albus considero que Francia no era un buen lugar ese año para el y su salida tuvo que suspenderse por complicaciones causadas por los tercer año que pensaron sería genial crear algo que les ayudará a recordar las notas antes del examen, usando de base una poción de olvidó de todas las cosas. No hacía falta decir que el año siguiente paso algo igual de malo.

Catnap y la piedra de rayos de SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora