-¡No puedes hablar enserio!Grito Dogday dividido entre la perplejidad, la incertidumbre y la ira. No era habitual para el reaccionar así y menos contra su mejor amigo. Razón por la cual parecía estar encogiéndose a su mirada con los miembros pegados a su cuerpo a pesar de no dejar su pose decidida. Pose que bajo otras circunstancias consideraría con ternura. Pero Dogday no podía sentir lo mismo ahora, no por la razón exacta que parecía tan dispuesto.
Dogday se tomó un momento para respirar profundo.
No quería seguir gritando. Catnap no era alguien que hiciera cosas tontas o precipitadas. Incluso cuando hacía cosas que parecían una locura todo siempre tenía una explicación razonable y lógica.
Pero en nombre de todo lo profano ¡Cuando ha existido una buena razón para justificar el genocidio!
Pensó por un momento que había malentendido lo que le dijo pero no era posible. Desde que tuvieron esa segunda intervención Catnap ya no usaba sus patas para firmar parecía que a veces se le olvidaba las proporciones de su cuerpo y terminaba tropezando con cualquier irregularidad en el suelo o peor aún sus propias patas. El gato solía decir que se sentía como una papa con palitos de la clase de arte de los niños de cinco años. Todos intentaron convencerlo de lo contrario, entonces ocurrió ese incidente después del baño con la secadora estropeada y las chispas y…no faltaba decir que se reusó a salir hasta que su pelaje volvió a crecer pero quién lo vio nunca se olvidó de Papanap.
Hoy día Catnap expresaba sus pensamientos con gestos corporales y a veces, solo a veces, hablaba con su voz rota. Pero siempre se tomaba tiempo adicional para sentarse y firmar si sentía que necesitaba aclarar algo o hacer más claro un punto.
Ese día después de que todos acabaran con sus tareas, y tuvieran permitido descansar Catnap le había conducido a una habitación para hablar en privado y después había firmado y hablado, repitiéndose dos veces cuando su cerebro lucho por entender lo que le había dicho. Pero los gestos y las palabras habían sido los mismos y el mensaje no había variado ni un poco.
Se froto la cara todavía con los nervios crispados.
Conocía a su amigo, lo conocía quizás mejor de lo que el se conocía a sí mismo en ese punto. Y lo que sabía y lo que decía chocaba mal uno con lo otro. Claro todos tenían un punto de quiebre y quizás por ser el más joven de su grupo había tomado una decisión demasiado a la ligera, pero incluso con eso algo no le cuadraba. Faltaba algo en esto, algo importante.
-Hablo muy enserio Dogday. Merecemos libertad, nunca la tendremos así que debemos tomarla
-De sus cadáveres
-Es necesario
Su ojo tembló
-¿Necesario? Catnap la mitad del personal ni siquiera nos conoce ¿y que hay de aquellos que piensan que Huggy es una estatua o que nosotros somos empleados con disfraces? ¿Ellos también deben morir?
-Mientras haya un adulto vivo la fábrica seguirá funcionando
-Entiendo como te sientes, enserio. Pero matar a todos no es la solución
-Es la única que tenemos
-No lo creo no a esas instancias
-…entonces no ayudarás?
-Ayudar a qué Catnap. Toma un momento para escucharte a ti mismo-suspiro-Por que matarlos no será mejor de lo que ellos nos hacen a nosotros
Visiblemente se crispo
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Catnap y la piedra de rayos de Sol
FanfictionHour of Joy ocurre pero Dogday toma una decisión distinta, con su apoyo incondicional Catnap tiene otra oportunidad y con ello nace Hour of Sorrow. Diez años más tarde una lechuza llega a la fábrica abandonada para un niño que cambio dos veces su no...