Refugiándo me en las letras

Creo que hice enojar a Morfeo

El ruido en mi mente es constante. Las ideas vienen y van tan rápido que apenas si logro visualizarlas.

Doy vueltas por la cama buscando con gran desespero los brazos de Morfeo, sin embargo sigo abriendo los ojos en la oscuridad de mi habitación aunque el reloj estaba cada vez más avanzado.

Lucho con los murmullos en mi mente, esquivando banalidades de escenarios futuros y fantasiosos.

Intento una vez más enrollarme en las cobijas, cerrar los ojos y caer en un plácido sueño, pero el resultado sigue siendo el mismo.

Mi mente grita a cada minuto como si pudiera entender lo que desea, como si no tuviera conectado el corazón a mi impulsividad. En mi serenidad ignoro a la mente y ahora en un intento de paz esta misma me recuerda que existe no sólo para memorizar películas, canciones o incluso idiomas.

Miro a la nada, esperando. Esperando que por fin mis ojos pesen hasta tal punto de que se cierren por horas, pero no sin pasarse del medio día puesto que aunque quisiera no moverme mis obligaciones le ganan a mi confort y siesta.

Es curioso el hecho de que con gran facilidad me mantengo inconsciente durante 14 horas, pero antes de que salga el sol debo luchar con golpes a la almohada y historias de una vida mejor para llegar a cerrar los ojos. Pero mas curioso es la dificultad que me da el cuerpo para levantarme incluso cuando el reloj marca el medio día y ni hablar de horas siguientes.

Me pregunto, ¿Cuando será el día que caiga profunda antes de media noche?

Lady Sheeran
Mfp, fuera
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