Capítulo 4/ Especial: Tododeku

243 20 7
                                    


Antes de comenzar, este es un capítulo especial de una de las parejas secundarias. Haré uno cada.... No lo cuando se me venga la inspiración.
Los sucesos que ocurren aquí son después del capitulo anterior en el próximo es que lo continuaremos.

Ahora ¡A leeer!
______________________________

Todoroki se encontraba frente la la puerta del pecoso con su seño fruncido; el peliverde lo había estado evitando todo el día. Solo porque se había preocupado de que estuviese enfermo, eran mejores amigos después de todo. Quiso tocar la puerta pero una voz lo detuvo:

—¿Qué haces? —mira hacia atrás dándose cuenta que era Shinso con Kaminari a su lado; aún ellos dos se hallaban en uniforme, y ya la tarde había caído, dando paso a la noche.

—Iba a hablar con Midoriya. Me ha estado evitando todo el día y quería saber sus razones —confesó con su cara serena.

—Él debe estar descansado justo ahora —dijo el pelimorado—, fue un día agotador, Aisawa-sensei se excedió un poquito, ¿no lo crees?

—La verdad es que sí —se alejó de la puerta—. Mañana hablaré con él.

—¡Espera! —intervino el rubio con una sonrisa pícara en el rostro—. Hay otras maneras.

(...)

En definitiva no le haría caso nunca más a Kaminari.

Con su quirk de hielo se impulsó al balcón del pecoso, como le dijo Kaminari. Hizo lo posible por no hacer ruido, pero al tropezar con el barandal al tratar de entrar, la caída fue inminente. Se escuchó un ruido sordo al cuerpo del chico caer de bruces al suelo.

Se levantó con rapidez frotando su adolorido rostro  y con pasos ligeros llegó a la puerta corrediza y la abrió con lentitud. Entró al cuarto, se encontraba a oscuras, solo con el brillo de la luna —que hoy era llena— iluminado la habitación; pudo notar que el fanatismo de Midoriya era notorio. Figuras de acción, revistas, cortinas, incluso una gorra, todo de All Migth claro.

Se fijó en la cama y encontró al chico que estaba buscando, dormido boca arriba.

Acercándose lentamente a la cama apoyó sus manos con cuidado en el colchón, para agacharse y tener una mejor vista del dormilón peliverde.

Nunca lo admitiría en voz alta pero Midoriya se veía hermoso con su rostro iluminado por la tenue luz de la luna. Unos mechones de su cabello rebelde caían sobre su frente. Sus labios finos estaban entreabiertos y salían pequeños suspiros. Miró sus mejillas y ahora que las tenía cerca quería contar sus pecas para saber exactamente cuantas tenía; cada vez que lo intentaba el pecoso lo sorprendía observándolo y no le quedaba otra que desviar la mirada, fingiendo que no pasaba nada.

Uno... Dos...

¡Tiene cuatro! ¡En cada cachete!

Su sonrisa de victoria se hacía notar. Un logro más.

Volvió a fijarce en el chico e inconscientemente miró sus delgados labios de nuevo. El peliverde tragó saliva y volvió a entreabrir sus labios, un acto que sorprendió pero no alejó a Todoroki. En cambio, hizo que se acercara cada vez más al rostro sereno del chico. En su mente nuevas preguntas y teorías se formaban y todas jiraban en torno a una sola cosa: los labios de Midoriya.

Mensaje equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora