Capítulo 9/ Un beso bajo la lluvia

234 24 17
                                    

🎧Imagine Dragons- Its Time 🎧

Pasaron semanas soportando la ley de hielo de Kirishima. Cada vez que sus miradas chocaban el pelirrojo se obligaba a desviar la mirada o huir de él. Cada día el atormentado corazón de Bakugo se fragmentaba, se sentía la peor basura de todas. Cada uno de sus amigos trató de sacarlo de su cuarto, donde se encerraba más de lo normal.

En los almuerzos se dirigía al patio y se sentaba en uno de los bancos más apartados que se encontraba bajo un árbol de cerezo; no podría dejar que Kirishima con tal de no verlo se alejara de sus amigos o estos tuviesen que elegir con quien ir. Se tomó la libertad de elegir por ellos, sería él quien abandonara el Bakusquad por un tiempo. 

(...)

Ya había sonado la última campana y todos recogieron sus cosas y fueron saliendo del aula A.

El rubio cenizo se levantó con pesadez colgando su mochila por un solo brazo. Su mirada se topó con el dueño de los pensamientos que desvelaban sus noches; se encontraba recogiendo sus lápices y uno sin querer se cayó sin que el pelirrojo se diese cuenta. Cuando comenzó a caminar hacia la salida del aula el cenizo tomó el lápiz que tenía pequeños dibujitos de músculos, soltó una risilla, todo lo relacionado con ese chico tenía que ser sobre músculos y cosas varoniles.

Su sonrisa se torció al recordar que debía devolvérsela a su dueño. A pasos apresurados salió del aula, viendo como Eijiro no caminaba muy rápido, por lo que no tardó en alcanzarlo. Se aseguró de no tocarlo solo se acercó y en cuanto el pelirrojo notó su presencia estiró el lápiz para que lo tomara, todo esto sin mirarlo a la cara.

Eres un maldito cobarde.

Se regañó. El contrario tenía el corazón a mil dudando si tomar el lápiz. Tomó el lápiz que estaba a la altura de su pecho sujetado por Katsuki. Sin quererlo, sus manos se rozaron, enviando miles de descargas por sus cuerpos.

Con un nudo en la garganta el explosivo se alejó apresurado, tratando de ocultar con sus manos su sonrojo. En el mismo lugar quedó Kirishima petrificado, apretando su camisa del lado que se encontraba su corazón, que latía desenfrenado.

¡Por favor! Te habías asegurado de superarlo.

Pero... ¿Cómo lo hacía? Si cada vez que miraba los rubíes de Bakugo su corazón olvidaba todo lo que había pasado en el centro comercial...

Y sin quererlo...

Se volvía a enamorar.

(...)

Se obligó a pasar sus manos por sus brazos para crear calor, la tarde se sentía fría y el viento movía y hacía volar las hojas de los árboles que rodeaban los edificios de los dormitorios. El cielo estaba nublado y unos pocos rayos de sol se colaban por una oscura nube, que lo fue opacando poco a poco.

Entró al edificio de la clase A viendo como algunos lo miraban de reojo y otros seguían viendo la televisión y demás. Una mirada ámbar brillante lo fulminó y se dirigió apresuradamente a él. Con una gran agilidad corrió subiendo las escaleras con el otro detrás.

Entró a su cuarto pero antes de poder cerrar la puerta en su cara, el otro fue más rápido y entró.

—Debemos hablar.

—No me importa. Sal de mi cuarto, Pikachu.

El mencionado hizo caso omiso y se sentó en el borde de su cama, dio unas palmaditas a su lado para que también se sentara. Con un bufido obedeció. Se quitó los zapatos y lo analizó de pies a cabeza. Kaminari ya se encontraba vestido con una ropa más cómoda, una camiseta amarilla con un rayo negro en el centro y unos pantalones de algodón azules y se hallaba con unas pantuflas de Pikachu. Quizo burlarse pero el rostro serio del rubio disipó las intenciones.

Mensaje equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora