Capítulo 6/¿¡Qué carajos me está sucediendo!?

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En el  presente...

—¡Bakugo! —gritó Kirishima cuando su mejor amigo salió corriendo hacia los baños y cerró con fuerza la puerta.

—¡Dejame un momento, carajo! —la voz de Bakugo salió algo temblorosa pero sin perder su toque de rabia.

—¿Estas bien? ¿Llamo a Aisawa-sensei? ¿Te puedo ayudar? ¡Bakugo dime algo!

<<—¿Soy especial para ti?>>

—¡Estoy bien! ¡Solo dejame un momento solo! ¿¡Es mucho pedir!?

—O-okey —el pelirrojo suspiró y se alejó de la puerta, regresando a la cocina.

El cenizo enteabrío la puerta para comprobar que el chico se había ido, para luego cerrar la puerta de golpe y dirigirse al lavabo. Abrió la llave y tomando agua con sus manos las golpeó con fuerza en su cara. Levantó la vista para darse cuenta que su rostro estaba extremadamente rojo.

—¿¡Qué carajos me está sucediendo!? —gruñó desesperado y se sentó en el suelo apoyando la cabeza en la pared en las frías baldosas del baño de hombres.

<<—No me respondiste —se quejó haciendo un mohín.

—¿Qué?

—No me respondiste —le repitió y levantó un poco la cabeza, sintiendo como sus narices se rozaban y sus respiraciones se mezclaban—. ¿Soy especial para ti, Katsuki?>>

—¿Por qué? —presionó con fuerza su pecho—. Deja de latir tan rápido.

<<—Eres especial.>>

—¡Mierda!

Se sintió como las paredes retumaban por un momento. Había golpeado con demasiada fuerza —con su quirk— la pared, dejándo una gran grieta en ella. Sus nudillos estaban sangrando pero ignoró el dolor.

<<—¿Y estás seguro que no sientes nadita por Kirishima?>>

—Esa estúpida Alíen no puede tener razón.

<<—Cualquiera que te escuchara pensaría que el que te gustaba era Kirishima y no ella.>>

—Ella no... No puede estar en lo cierto —pasó sus manos por su cabello, tratando de regular su respiración, pero el recuerdo del rostro de Kirishima tan cerca del suyo no lo dejaba en paz.

Ya había pasado por esto antes, cuando descubrió que las chicas no le atraían para nada. Desde la secundaria había recibido unas cuantas declaraciones, no solo de chicas. Nadie lo negaba, era atractivo, pero con su carácter aún peor que ahora. A las únicas personas que sabían su sexualidad eran sus padres, que con todo el cariño del mundo lo comprendieron y apoyaron. Nunca tuvo novio, nadie era de su agrado o su nivel. Sin embargo, se sintió atraído por Camie, la única chica hasta ahora...

Pero luego estaba Kirishima. No lo quería admitir, se negaba a hacerlo. Le pedía... No. Le exigía su cerebro que no era amor. Pero su corazón retumbaba gritando como loco lo contrario.

<<—Ustedes están hechos el uno para el otro.>>

—¡Ganaste! —grito enojado levantándose del suelo y mirandose al espejo—. Bien, tu ganas.

Y eso que no lo estaba diciendo a la cara de la chica rosada, sino su orgullo lo haría trizas.

Lo admitía, en su mente. En voz alta no podría, su garganta estaría hecha un nudo y las palabras no saldrían:

Estoy enamorado de Kirishima.

(...)

Con lentitud abrió la puerta y se dirigió a la cocina dándose cuenta que ya Deku, Cola de caballo, el cuatro ojos y el maldito mitad-mitad estaban ya en la sala de estar. Kirishima se encontraba preparando los demás panqueques, soltó un gruñido al ver como al pelirrojo se le caían consecutivamente cinco huevos del mesón de la cocina. Se le acercó sin ejercer contacto visual y lo apartó para salvar el desayuno.

Mensaje equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora