Capitulo 3.

200 22 0
                                    

La celebración había comenzado de manera serena. Todo el círculo de amistades que se había forjado desde la infancia se congregaba en aquel apartamento. Las carcajadas eran una constante, gracias a las divertidas anécdotas de Winn sobre sus aventuras durante su viaje. Winn era, sin lugar a dudas, uno de los jóvenes más encantadores que Kara había conocido. Su alegría era contagiosa y su brillantez intelectual le había otorgado una considerable independencia económica a una edad temprana. Esto había beneficiado enormemente tanto a él como a su madre, quien se había divorciado de su padre cuando Winn apenas tenía dos años. Su padre había terminado en prisión debido a problemas con su empresa de juguetes. Por lo tanto, Winn creció en la compañía de su madre, quien, a pesar de las adversidades, logró criar a su hijo sin que le faltara nada.

Tiempo después, su padre fue liberado y, como una forma de redimir sus errores y recuperar el tiempo perdido, le proporcionó a Winn una educación de alta calidad. Gracias a esto, Winn se convirtió en uno de los jóvenes emprendedores más reconocidos y mejor remunerados en el campo de la tecnología a nivel mundial. A pesar de que su vida estaba llena de diversión la mayor parte del tiempo, Winn la consideraba normal. Trabajaba, disfrutaba y, sobre todo, aprendía. No mantenía una relación formal con ninguna chica, ya que nunca se había enamorado. No estaba interesado en buscar el amor, ya que creía firmemente en la idea de que lo que es para uno, llega por sí solo.

Seguidos de este estaban James y Lucy eran la pareja emblemática del grupo, habían comenzado su romance en los tiempos del instituto y su relación perduraba hasta el día de hoy.

Jimmy Olsen, como le gustaba ser llamado, había invitado a Lucy a compartir un hogar cuando apenas tenían 18 años, al inicio de su aventura universitaria y el comienzo de su vida adulta. Olsen, el chico de ojos brillantes, se desempeñaba como reportero y se encontraba en el apogeo de su carrera, ocupando un puesto en Catco, una de las empresas de medios más prestigiosas y lucrativas.

Por su parte, Lucy había decidido seguir la tradición familiar y se había unido a las fuerzas armadas de los Estados Unidos, cumpliendo así el sueño de su padre. Su dedicación y esfuerzo la habían llevado a convertirse en oficial del ejército, un logro que llenaba de orgullo a su progenitor. Su carrera militar estaba en ascenso, recientemente había sido promovida al rango de Mayor dentro del ejército, lo que marcaba un hito importante en su trayectoria.

El general Sam Lane tenía otra hija, su primogénita, la renombrada periodista Lois Lane del Daily Planet. Ahora, ella era la flamante editora en jefe del Smallville Gazette. Lois estaba casada con Clark, el primo de Kara y único familiar directo de la joven. Sam mantenía una relación cálida y cercana con Lois, quien era la luz de su vida, al igual que sus adorados nietos. Sin embargo, la historia de las hermanas Lane estaba llena de complicaciones.

En su juventud, cuando Lois apenas era una adolescente, su madre las abandonó a ella y a Lucy. Esto provocó que su padre se sumergiera en su trabajo, distanciándose de ellas durante gran parte de su vida. Pero después de que Lois conoció a Clark y formaron una relación que se consolidó con una boda y el nacimiento de dos niños, las cosas parecieron mejorar. Su padre encontró la forma de recuperar el tiempo perdido y se esforzó por ser el mejor abuelo posible para los pequeños.

Por otro lado, estaba Mike, el rebelde y desorganizado del grupo. Proveniente de una prestigiosa familia de Los Ángeles, Mike era todo lo contrario a lo que se esperaría del único heredero. Vivía su vida a su manera, entre viajes, fiestas y relaciones efímeras, la mayoría con modelos, en encuentros que rara vez duraban más allá de una noche.

Para finalizar.

Brainiac y Kelly Olsen eran los siguientes en el círculo. Brainiac era un prodigio de la tecnología y un apasionado del arte, lo que le había llevado a fusionar ambas pasiones en una singular expresión que él mismo denominaba "arte tecnológico". Sus obras, una alquimia de circuitos y colores, de luces y sombras, habían capturado la atención del mundo del arte contemporáneo. Sus exhibiciones más aclamadas se encontraban en ciudades tan diversas y artísticamente ricas como Barcelona, París y Sicilia. Cada pieza era un diálogo entre lo digital y lo tangible, un baile entre lo efímero y lo eterno, un testimonio del apetito insaciable de Brainiac por explorar los límites de la creatividad humana.

La idealización de una musa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora