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15 años después.
Por los pasillos de Castel Aestegel se escuchan los pasos de Lawrence quien va en camino a la biblioteca principal de su hogar.
Al llegar a ella ingresa, y luego cierra la puerta con cuidado para no alertar a ningún ciervo de que se encuentra ahí, ya que él debería estar en la sala de entrenamiento junto a Amos, y Regulus practicando los nuevos movimientos que Amos les enseño hace un par de días.
Pero desde niño Lawrence nunca experimento la fascinación por el combate ni la guerra. En su lugar prefiere llegar a un acuerdo por medio del dialogo antes que utilizar la fuerza para someter a otros. Un rasgo que según su madre comparte con su abuelo Elrood Corrino, y con ella.
Lawrence busca entre los estantes, su libro favorito, Dorian Grey pero es interrumpido por la llegada de alguien más a la biblioteca.
Cuando él gira el rostro para ver de quien se trata ve a su hermana, Dea sonriéndole con diversión ya que ella lo atrapado infraganti.
– Amos, puso a diez soldados a buscarte.
– Lo imaginaba, hermana.
– ¿Tan malo son los entrenamientos? – Lawrence rueda los ojos por el tono burlón que usa Dea – ¿O no te gusta que nuestro hermano menor te derrote tan fácilmente?
– Sabes que me considero un pacifista – Lawrence gira todo su cuerpo para luego dar varios pasos para acercarse a su hermana – Y el hecho de que Regulus tiene un hambre voraz por el sometimiento de otros no es algo que me desagrade.
– Siempre, y cuando vaya dirigido a otros fuera de nuestra familiar.
Dea quita uno de los largos rizos que tiene su hermano fuera del rostro de él – Ahora ve al entrenamiento antes de que Amos busque a nuestra madre.
– Dios, nos libre del enojo de ella – ambos hermanos se ríen mientras van saliendo de la biblioteca.
[ 🪐 ]
Regulus está en medio de la sala de entrenamiento combatiendo contra un hombre mayor, mientras Amos, y otro soldado observan al habilidoso joven combatir sin problema alguno.
Al terminar el ejercicio, Regulus espera las críticas y sugerencias de Amos pero la voz de Dea llama la atención de todos.
