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Salió del consultorio casi en shock, quería pensar que el médico le estaba bromeando. Su mente ahora mismo era un caos, no le entraba la idea de estar en cinta cuando nunca había tenido contacto intimo con ningún alfa. Buscó con la mirada a Isidoro pero no lo encontró fuera del consultorio donde pensaría que estaría, así que caminó un poco hasta verlo sentado mirando su móvil. 

 -¿Nos vamos?-Le habló apenas estuvo cerca del alfa. 

-¿Que te dijeron princesita?-Se levantó. 

-Mañana tengo que venir a una revisión más y listo. Me recetaron algunos medicamentos para mi mal de estomago.-Mintió.

-¿Entonces solo es eso?-Parecía sospechar del rubio. 

-Por supuesto.-Caminó hacia la salida. 

Todo el camino se esforzó por mantenerse lo más normal posible. Al despedirse de Isidoro, se sintió muy mal por haberle mentido, pero no podía revelarle la verdad. Desde que conoció a aquel alfa en el garaje central, una conexión inmediata se inició entre ellos. Su amistad se dio rápidamente, y en numerosas ocasiones él había pedido salir en plan romántico. Sin embargo,  siempre se había negado, ya que jamás había sentido atracción por él, además de la fama de mujeriego que tenía en la ciudad.

-Jefe ya estoy aquí para seguir trabajando.-Dijo dejando sus cosas cerca de la caja registradora.

-¿Cómo te fue?-Se acercó a verlo. 

-Pues todo bien, mañana debo ir para una revisión más y ya estaría todo.-Se hizo el ocupado contando dinero de la caja. 

-Me tranquiliza que estés mejor.-Se fue nuevamente al almacén. 

Desde que llegó a la ciudad se le hizo complicado encontrar trabajo, ya que difícilmente aceptaban a omegas. Fue un alivio para él cuando fue aceptado por aquel señor en el badulaque central, lo trató muy bien desde el principio y por igual manera su esposa. Con el sueldo que le daba, le alcanzaba para pagar el lugar donde vivía, algunas gastos de primera necesidad y le sobraba para lo que quisiera. 

El día dentro del badulaque fue bastante tranquilo, con la misma cantidad de clientes que siempre así que pudo controlar sus nauseas. Se sentía aún más extraño el saber que todo aquello lo provocaba el bebé que estaba esperando. Cuando llegó la hora de cerrar, limpió y ordenó todo antes de salir hacia su hogar. 

Al día siguiente, se despertó temprano para ir a la clínica a visitar a la ginecóloga como quedó con el médico. Tenía una mínima esperanza de que le dijeran que todo había sido un error y que en realidad no estaba en cinta. Volvió a hablar con la misma enferma que esta vez lo llevó con la doctora que lo iba a revisar. 

-Buenos días... Gustabo...-Dijo la médica mientras leía su ficha. 

-Buenas...-Tomó asiento. 

-¿Estás esperando tu primer cachorro verdad? 

-Si, pero la verdad no me explico como pude terminar en cinta.-Explicó algo nervioso. 

-Pues déjeme decirle que tiene 7 semanas de embarazo, el examen de sangre que le sacaron fue evaluado correctamente y es más, ahora mismo le daremos una vista a esa pancita.-Se levantó para guiarlo hacia la camilla. 

Se sorprendió bastante cuando la médica le alzó la camiseta para aplicar un gel frío en su abdomen. No era tan tonto y sabía perfectamente que es lo iba a pasar y para ese instante ya estaba bastante nervioso. 

-Ahora voy a pasar el transductor por tu abdomen. Esto nos permitirá ver al bebé en tiempo real.-Le dijo antes de comenzar a mover aquella cosa por su vientre. 

Se quedó casi en shock cuando en el monitor se reflejó una imagen en blanco y negro del cachorro. 

-¿Ves? Aquí está tu bebé. Hasta el momento todo parece correcto, el tamaño es de acorde a las semanas que llevas y la posición en la que está de igual manera. ¿Cómo llevas la nauseas? 

-No puedo controlarlas y me pasan a diario. 

-¿Hace cuantas semanas se manifestaron estos síntomas? 

-Creo que un mes.

-¿Y aguantaste tanto, antes de venir aquí? 

-Pensaba que tenía gastritis o algo así. 

-Para que cesen las nauseas, debes pedirle una prenda a tu pareja impregnada de su olor y con eso verás que casi nunca las tendrás. Si tienes cambios de humor y problemas para dormir, lo más recomendable siempre es que tu alfa esté cerca tuyo. Su olor será indispensable para que evites los malos síntomas.-Sonrió. 

-Vale...

-Si haces nidos, también es bastante normal así que no te asustes. 

-Está bien...

-Y bueno, esta es la prueba de que estás esperando un cachorrito del cual aún podemos saber el sexo.-Empezó a limpiar el gel, para luego regresar hacia su escritorio. 

-¿Hay posibilidad de que no pueda tener a este bebé?-Dijo apenas se sentó frente a médica. 

-La posibilidad de aborto es hasta las 12 semanas, aún estás en la séptima así que por poder, puedes.-Se sorprendió bastante al escuchar al rubio, ya que nunca en toda su carrera profesional, un omega le había preguntado aquello. 

-¿Es así de fácil? 

-En realidad no. El aborto en un omega suele ser bastante complicado, ya no hablo solo de la peligrosidad con el método, si no con las consecuencias a futuro. Puedes tener problemas emocionales muy fuertes, que no solo repercutirán en ti, ya que tu lobo también se verá muy afectado. Te podría decir que físicamente podrás recuperarte muy rápido, pero psicológicamente puedes terminar muy mal. 

-Lo sé, pero...

-Por ahora solo te pido que lo pienses muy bien y te espero mañana o pasado.-Le dio la mano antes de irse algo pensativo.  

Todo el camino hacia su trabajo, se la pasó pensando en que hacer. Durante la revisión se había sentido bastante expuesto cuando la médica habló de los síntomas, ya que él presentaba cada uno de ellos. Todo iba a ser más difícil si es que no tenía a su alfa al lado, pensaba que los nidos que hacía era porque quería encontrar algo en que ocupar su tiempo. La sensación de que le faltaba alguien había sido constante durante las últimas semanas. 

-¿Donde estás, alfa? 



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A que no saben de quien es el bebé :)

Un omega para el comisario | FreddytaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora