Narra Paige
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Estaba parada en el marco de mi puerta, había una pregunta que me carcome la cabeza y eso no me deja avanzar.
- Q -Qué pasó Paige, ¿fui muy rápido?- preguntó Felipe mientras se paraba lentamente de la cama - No quería incomodarte, perdón-
- No, no fue eso- expliqué rápidamente - Solo qué...- traté de ordenar mis palabras.
- ¿Qué pasa, Paige?-
- ¿Qué dirá Juani sobre todo ésto?- solté la pregunta, que me carcome la cabeza todos los días, en un susurro.
Ví como Felipe se acercaba cada vez más a mi, quedando frente a mí.
- ¿Eso es lo que te preocupa?- preguntó.
- Sí- susurré cabizbaja - El cómo reaccionará me tiene preocupada- sentí agarró mi mentón, haciendo que nuestros ojos se conectaran y me sonrió.
- No te preocupes tanto por eso, Paige. Lo hablaremos después, por ahora solo queda disfrutar el momento- me agarró de la cintura y me acorraló con la pared más cercana que había.
Sentí el agarre en mi cintura más fuerte, con una mano agarraba mi cintura y con el dedo pulgar de la otra mano, me hacía masajes en mi mejilla.
Siento como se acerca más a mi hasta el punto de rozar nuestras narices.
- ¿Puedo?- dijo con los ojos entrecerrados.
- No tenés ni siquiera que preguntar-
Solté un suspiro de alivio, dejé que mis preocupaciones se desvanecieran en el aire mientras me perdía en la intensidad de su mirada.
Cerré los ojos lentamente cuando lo vi acercarse, por fin va a pasar...
Sentí el tacto de sus labios contra los míos, tan delicados. El mundo parecía desvanecerse a nuestro alrededor mientras nos sumergíamos en ese beso, entregándonos completamente el uno al otro.
Sentí el calor de su cuerpo presionando contra el mío, y un cosquilleo recorrió mi piel mientras sus manos exploraban con delicadeza cada rincón de mi espalda.
El tiempo parecía detenerse mientras nos sumergíamos en la intimidad de ese momento, y por un instante, todo lo demás desapareció, solo éramos él y yo, unidos por el deseo y la pasión que habíamos guardado durante mucho tiempo.
Cuando finalmente nos separamos unos centímetros, quedamos jadeando y con el corazón latiendo al unísono. Una sonrisa se formó en mis labios mientras lo miraba, sintiendo una paz interior que había estado buscando durante mucho tiempo.
Felipe me sonrió tímidamente con un leve sonrojo en sus mejillas, los dos estábamos esperando éste momento.
- ¿Te puedo besar de nuevo?- preguntó.
Yo sonreí como respuesta y nuestros labios se juntaron de nuevo, pero esta vez fue más intenso y duradero.
No quería que se acabará, pero por la falta de aire nos tuvimos que separar.
Sus labios son como una droga, la mejor droga...
Miré a Felipe, éste estaba sonriendo tiernamente, contagiándome a hacer lo mismo.
Nos fundimos en un silencio, no era para nada incómodo, era reconfortante.
Los dos queríamos que sucediera éste momento y sucedió, nuestras sonrisas no abandonaban nuestro rostro.
Finalizó ese momento con un beso en mi frente.
- No sabes cuánto deseé ésto- susurró.
- Creo que ambos queríamos ésto-
Pipe tomó mi mano con ternura y me miró a los ojos con determinación - No me importa lo que los demás piensen, seremos solo vos y yo- me sonrió.
- Solo vos y yo- respondí.
- ¿Te puedo besar otra vez?- preguntó inquieto, yo solo asentí con la cabeza y nuestros labios volvieron a chocar por tercera vez.
- No puedo dejar de besarte- me dijo entre besos.
Felipe, para mayor comodidad, me cargó de los muslos y se sentó en la cama, yo estaba a horcajadas de él.
Mi labio me dolía y podría jurar que nuestros labios estaban lastimados, aún así a ninguno le importó.
Estoy tan enamorada de él...
Narra Felipe
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Lo hice.
La besé.
¿Celebrar? Obviamente, pero cuando esté solo en mi cuarto.
Se lo tengo que contar a Fran.
Me separé de ella unos pocos centímetros con mi respiración agitada.
La observo con admiración, sus labios hinchados, sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes, simplemente perfecta.
Recosté mi cuerpo, apoyando mis antebrazos en la cama haciendo que Paige ponga sus manos en mi pecho.
Ella es la chica que necesito durante toda mi vida.
Es Paige, nadie más...
Jamás imaginé que Paige iba a estar acá conmigo, pero ahora viéndola, es mejor vivirlo que imaginarlo.
Con una mano agarré su cintura y la atraje, ella se recostó sobre mi cuerpo, con esa mano agarré su nuca y junte nuestros labios, otra vez...
Pero lo que lo hacía diferente esta vez, es que ninguno se percató de que había alguien en la puerta.
- ¡QUÉ!- gritó...
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¡¡¡Cap corto porque no tengo mucho tiempo!!!
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Yoshi.
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Feelings | Felipe Otaño
Short StoryPaige Caruso, una chica tranquila, sarcástica, modelo y fotógrafa. Felipe Otaño, un chico tranquilo, burlón y actor. ¿Los dos llegarán a enamorarse? Iniciada: 18/02/24 Terminada: 26/04/24