Pesadillas

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Capítulo 14

1:00PM

Leonard se levantó de un golpe de la cama empapado en sudor, sus pesadillas no cesaban y desde hace dos semanas, cuando besó a Anthony, algo había cambiado, sus palabras ocasionaron algo grande en él.

Sus pesadillas eran ligeramente distintas, había dejado de ser la victima pero ahora no paraba de ser el victimario. Sus manos siempre terminaban manchadas de un espeso liquido carmesí.
Lo último que observaba antes de despertar, eran los ojos de la persona a la que asesinaba, notando como estos perdían brillo y vitalidad.

El pelinegro bajó a la cocina por algo de comer luego de lavarse el rostro en su baño deshaciéndose de cualquier rastro de sudor.

Caminó por el pasillo envuelto en sus pensamientos, abrió la puerta de la cocina y ahí observó a su hermana y sobrinos comiendo con tranquilidad.

— Leonard creí que estabas dormido.

Habló la mayor poniéndose de pie para servirle un plato de la comida a su hermano quien ya se había sentado en aquella mesa rectangular.

— Desperté hace poco. — Habló ligeramente adormilado. — ¿Porqué los niños no están en la escuela?

La mayor del lugar soltó un suspiro antes de hablar, pero uno de sus hijos actuó antes.

— Escuché a nuestra maestra decir que un dragón puede atacar la escuela.

— ¿Cómo?

Preguntó el oficial escandalizado. Al instante entendió lo que ocurría, miró a su hermana quien le hizo una seña para salir de la cocina.

Ambos adultos dejaron a los menores comiendo para poder con mayor privacidad.

— ¿Porqué meterse con una escuela de niños?  

Preguntó él, mirando a su hermana quien acomodaba su cabello demostrando su inconformidad.

— Hablé con la directora, alguien dentro de la escuela forma parte de la familia Levant. El Dragón dejó una advertencia en la sala de maestros esta mañana, así que devolvieron a los alumnos a sus casas, suspenderán temporalmente las clases por motivo de seguridad, si esto se aplaza les darán clases en línea.

— La situación será peligrosa por un tiempo, no dejes a los niños solos en la casa si vas a salir y si todo esto empeora le pediré a un viejo amigo que venga a vivir un tiempo en la casa.

Emma agradeció la preocupación de su hermano y pronto volvieron a la cocina.


.


En la cárcel los prisioneros comían antes de tener su última salida al patio del día.
Anthony ya tenía permitido alimentarse sin las esposas, había demostrado un buen comportamiento, pero aún así debía tener las manos inmovilizadas en los descansos y las duchas. Después de todo seguía siendo considerado un peligro.

El pelirrojo se dirigió hacia uno de los lugares vacíos, justo el que estaba junto a aquel chico de la cicatriz. Este al ver al pelirrojo junto suyo se acomodó en su lugar esbozando una sonrisa.

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