Después de la fascinante tarde que pasamos, llegamos a la colina, todo estaba justo como lo deje.
No tuve tiempo ni de pensar lo que haría con aquel valle hermoso que conseguí para mi hermosa Tirsa, cuando de pronto una oleada de almas llego a la montaña.
Es un tanto agobiante; ya que cada 60 segundos las almas llegan al unismo, esto se debe ah que cuando un humano muere su alma vaga durante 60 segundos por la tierra, recogiendo los pasos que en vida ha dado ah una velocidad sorprendente, bueno... para ellos pueden tomar décadas recoger todos los pasos que han dado, recorrer las praderas llenas de sus recuerdos, volver a vivir recuerdos que son especiales para ellos, volver a revivir esos momentos tan bellos, ver por última vez a su ser más amado, en algunos casos esos recuerdos, esos momentos son tan especiales para ellos que por alguna razón no quieren continuar su camino y en vez de eso prefieren vagar por la eternidad en la tierra, atados al pasado que se reúsan a soltar.
Pero en el caso en los que si siguen su camino hablando metafóricamente para nosotros tan solo son 60 segundos.Apenas entre al palacio fui directo a la sala de descanso y me tire a descansar en unos cojines que estaban en el suelo, Astaroth se encargó de dejar la comida en la cocina y yo me dedique a reponer las energías que había gastado caminando tanto. Los demás simplemente volvieron a sus deberes.
Un rato después Astaroth llego a la sala de descanso y puso justo frente a mí una tablilla con quesos, vino y uvas. Mi combo favorito.
A la vez que también se tumba junto a mí en los cojines.— ¿Qué te ha parecido la experiencia? —pregunta un tanto divertido. Sabe perfectamente que me la he pasado genial.
— Nada de otro mundo— comento después de un rato, casi me atragantó con el queso, está buenísimo.
—Claro...
—¡¡¡Oye!! Vaya que está bueno este queso— digo para evadir sus preguntas.
—Deja ignorarme, sé que algo se te vino a la mente, algo planas, lo puedo leer en tu rostro
—Eres buen observador, llegue a la conclusión en que no hay que quedarnos en esta colina para siempre, hay que mezclarnos entre la sociedad
—¿Y eso como para qué? Aquí lo tenemos todo, estamos cómodos— dice Astaroth algo confundido
—No, no lo tenemos todo estimado amigo, por más que nosotros decidamos que se hace después de la muerte, también tengo que decir que se hace en vida, tengo que darles lo que a ellos más les gusta a cambio de servirme.
—¿Ah si? ¿Y eso que es?
—Dinero, riquezas, poder...
Al día siguiente...
No puede evitar despertar emocionado, tengo tantas ideas de que hacer para poder mezclarme con los mortales, podría abrir una fábrica de licor, sería buena idea. En cuanto vea a Astaroth le propondré la idea. La idea es camuflarnos entre la sociedad y tener dinero que es lo más importante, para que así la gente respeten mi autoridad, seré tan poderoso que hasta los más grandes vendrán a inclinarse hacia mí.
Bajo a la cocina y tomo una manzana la muerdo y salgo al área principal de la colina, observo que todo este bajo control y me apresuro a caminar por el puente, entre la multitud de las almas, parecen que tiene la mirada perdida, no me notan para nada.
Pero entre todos me llamó la atención de una persona.
¿Es la anciana del mercado? Pienso algo confundido, corro para alcanzarla y le toco el hombre, ella parece sobrecartarse, tiene la mirada perdida y su rostro está sangrando, su vestimenta es blanca con manchas de sangre, tiene un gran golpe en la cabeza.
No entiendo que pasa, apenas ayer la vi, estaba perfecta vendiendo su fruta ¿qué a pasado?—¿Eres la anciana del mercado verdad?— le pregunto con voz autoritaria, pero ella se sobresalta.
Comienza a ver a todos lados y comienza a gritar, algo traumatizada.—ASTAROTH— grito con gran fuerza.
En menos de lo que creí Astaroth se presenta algo confundido.
—¿Qué pasa mi señor?
—Llévala al palacio
—Pero Luzb...
—Calla Astaroth, no te atrevas a cuestionar mis decisiones.
Astaroth parece entenderlo y tomo a la anciana de las piernas y la cargo entre los brazos.
No se porque hacia esto, pero mi corazón sentía que tenía que protegerla.
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LUZBEL: cada cien mil años (En Curso)
RomanceA lo largo de la historia me han llamado con un sin fin de nombres al igual que inventan historias sobre mi, me han llamado de muchas maneras por ejemplo; Mefistófeles, Baphomet, Belcebú, Satanás, Lucifer, Diablo; pero el que más me gusta a mi es LU...