Nunca pensé encontrarme en esta situación con mi padre, me lo hubiera esperado con alguno de mis hermanos, es lógico que con ellos sea probable algún tipo de richa, pero, ¿con mi padre?
Y está bien, entiendo que esté molesto por tratar de revelarme, pero que ya meta a Tirsa en esta discusión eso si me confunde bastante.
Todo lo que he hecho no tiene nada que ver con ella, al contrario, ella trató de convencerme de que entrara en razón, pero yo cegado por mi enojo la deje aquí, con mi padre.
Incluso si ella tuviera algo que ver lo más apropiado sería que mi padre solo resolviera los problemas conmigo, no con ella.
No sé lo que pretende, pero no caire en sus provocaciones.
-Ya veo que prefieres a esa chica - dice mi padre.
Por supuesto que la prefiero a ella.
¿Qué esperaba?
-Así es, queda más que claro que prefiero a ella, si no porque me molestaría en venir hasta aquí.
-Es cierto -hizo una pausa- Pues bien...- tras decir eso mi padre hizo un ademán con la mano.
-¿Qué pretendes?- pregunto, pero no obtengo respuesta.
En seguida dos de los guardias salieron haciendo resonar sus armaduras por todo el salón.
Los guardias van vestidos de una túnica blanca que les llega hasta los tobillos, también compuesta por un manto bordado de lado derecho y una capa con los mismos bordados de oro, llevaban hombreras y ante brazo y codal, también portaban quijote, rodillera y greba. Todo de oro puro.
En su tiempo soñaba con ser uno de ellos.
Y de armamentos pues, cargan consigo unas lanzas largas y afiladas.
Aunque se me parece ilógico, ¿Es que alcanzó no están en contra de la violencia?
Minutos después, un las puertas del salón se volvieron a abrir.
Eran los dos guardias, pero ahora venían acompañados, Tirsa, y que al parecer venía en contra de su voluntad.
No lo pude evitar, me lancé sobre ella quitando a los dos guardias de encima de ella.
A mi fondo se escuchó un revuelo de armaduras resonando, pero nada me importaba.
Ella me abrazo con las pocas fuerzas que aún le quedaban, se ve tan débil, entonces caímos al suelo y yo intensifique el abrazo, la atraje junto a mi pecho, ella lloriqueaba sin parar y ami me partía el corazón, sentí su corazón latir en mi pecho y sus lágrimas caer sobre mi cuello, uno de mis brazos la sostenía sobre mi pecho y con el otro le acariciaba su pelo.
Su calor empezaba a invadirme, la extrañé tanto y me duele encontrarla así.
Me separe de Tirsa y la observe con cautela, se veía tan débil, estaba vestida que una túnica blanca desgastada y rota con manchas de tierra y con sus pies descalzos al igual que sucios, su larga cabellera rojiza estaba alborotada, sus manos tenían heridas y sus alas, mierda, sus alas blancas estaban teñidas de un rojo camersi, sangre.
No era ella, no era la que yo recordaba.
Sus ojos color aqua, esos ojos que los miraban te daban paz y tranquilidad ya no estaban, en su lugar estaban unos ojos de angustia y sufrimiento.
Y su sonrisa, tampoco estaba, definitivamente ya no era ella.
Me incorpore ayudando a levantar a Tirsa, le quite unas cuantas lágrimas de encima y la tome de la cintura situándola a un lado mío.
Levante la mirada y mire directamente a mi padre que seguía en su sitio sin decir ni una sola palabra.
-¿Cómo te atreves a tratar a Tirsa de esta manera? Es que alcanzó no lo comprendes, a ella déjala fuera de esto, maldita sea.
-NO - grito mi padre, pero hizo una pausa suspirando tratando de tranquilizarse.- El que no comprende, eres tú, ¿Sabes alcanzó quién es verdaderamente tu amada, Luzbel?
¿Qué? Por si puesto que lo sé, ¿Qué pretende con hacer estos comentarios estúpidos?
-Por supuesto que lo sé, al parecer tú eres quien no sabes quién es ella en realidad, padre.
Aquello pareció molestarle a mi padre, no lo entiendo.
¿Por qué repentinamente decide tomar tanto odio en contra de Tirsa?
Pero antes de empezar a pensar el porqué mi padre me dio una respuesta.
-Tirsa mato a Uriel- dijo sin más.
¿Qué?
Me quede estupefacto.
No quiero ni imaginar la cara que puse, mierda...
¿Uriel estaba muerto?
Uriel era mi hermano con el que mejor me entendía, el más pequeño.
Mi padre tiene tres hijos legítimos, aunque siempre dice que todos los ángeles son sus hijos.
Somos Miguel el mayor, Uriel el menor y yo el hermano de en medio.
Como decía... Uriel y yo manteníamos una relación bastante buena, en cambio, que con Miguel, con él solo manteníamos palabra si era rebélente al trabajo, claro yo trataba de mantener una conversación con él, pero no cooperaba, en fin pésima nuestra relación.
Pero, en cambio, con Uriel, si manteníamos una relación bastante buena, jugábamos y reíamos juntos.
Los recuerdos empezaron a llegar...
Mi mente quedó en blanco viendo únicamente a Uriel y ami corriendo por los pasillos del palacio.
Cuando hacíamos una carrera del palacio al río, quitando a todo aquel que se nos atravesaba, pasábamos varías praderas con inmensos árboles de frutos.
Las mariposas volaban felices al rededor de nosotros, mariposas de todo tipo,mariposas de todos los colores. Parecía un arcoíris.
Antes de llegar a nuestro destino nos deteníamos en un campo de tulipanes blancos y rosas.
-Espera Luzbel hay que tomar un descanso- dice mi hermano con las manos en sus rodillas jadeando del cansancio.
-Oh vamos sé que no estas cansado solamente quieres ver los tulipanes.
-Bien... es cierto, vamos toma asiento- decía Uriel tomando asiento a en el camino entre los tulipanes.
No lo negaba olía delicioso.
Nos encantaban los campos de flores, eran tan bellos y los olores transmitían paz.
Y cuando por fin llegábamos a nuestro lugar favorito podríamos estar horas con los pies sumergidos en el agua y acostados en el verde pasto fresco, observando las millones de estrellas formando constelaciones y ver pasar las estrellas fugaces.
Podríamos pasar horas hablando de cosas sin sentido como el porqué mi padre había elegido el azul para color del cielo y no morado.
Era algo mágico.
Regresando a la realidad había soltado a Tirsa y esta cayó al piso, yo estaba estupefacto por la noticia.
No sabía como reaccionar.
Mi hermanito había muerto y lo había matado Tirsa.
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LUZBEL: cada cien mil años (En Curso)
RomanceA lo largo de la historia me han llamado con un sin fin de nombres al igual que inventan historias sobre mi, me han llamado de muchas maneras por ejemplo; Mefistófeles, Baphomet, Belcebú, Satanás, Lucifer, Diablo; pero el que más me gusta a mi es LU...