𝔓𝔯𝔢𝔰𝔞𝔤𝔦𝔬 (𝙎𝙪𝙠𝙪𝙁𝙪𝙨𝙝𝙞- 𝙎𝙪𝙠𝙪𝙢𝙚𝙜𝙪)

Capítulo V: Castigo Divino

«El infierno está vacío y todos los demonios están aquí«

William, Shakespeare. La tempestad. 

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- Nanamiiiinnn - dice Itadori mientras corre a abrazar al padre Nanami. Uno de los sacerdotes más fuertes después del Padre Satoru. El Padre Nanami, con su usual atuendo prolijo y expresión seria, se tambalea un poco ante el ímpetu de Itadori, acomodando su prenda de lino que se había deslizado de su hombro.

- Suéltame Itadori - dice Nanami con expresión seria pero en sus ojos había humor, acostumbrado a los arrebatos de Itadori.

- ¿Qué tenemos que hacer hoy?- pregunta Nobara, con un gesto de aburrimiento, mientras se apoya en el marco de la puerta de la capilla.El aire fresco de la mañana se cuela por las rendijas de la vieja estructura de piedra, creando una corriente que agita ligeramente el cabello de Nobara.

El Padre Nanami, sin perder su seriedad, responde: - Tienen que ir a la aldea. Hay varios casos de enfermos por "Infernum".

Una sombra de preocupación se instala en los rostros de los jóvenes.

- ¿Ya ha llegado a la aldea?

- Sí, arrasó con una aldea vecina, no quedó ningún sobreviviente. Y los sacerdotes que mandamos fueron aniquilados.

- Su misión es salvar a los que puedan. Más tarde le enviaremos refuerzos de sacerdotes purificadores.-El rostro del Padre Nanami se suaviza un poco, revelando una preocupación genuina por sus pupilos. - Tengan cuidado.-

La capilla se encuentra en la cima de una colina, con vista a un paisaje verde y ondulado. La brisa acaricia los pastos que se extienden hasta el horizonte, y las ovejas pastan tranquilamente bajo el sol matutino. Un silencio profundo e inquietante reina sobre la escena. La tranquilidad del paisaje contrasta con la terrible noticia que acaban de recibir. Itadori, siempre optimista, intenta romper el silencio: -Bueno, al menos vamos a salvar a los que puedan. ¡Vamos a hacerlo! ¡Vamos a ganar!-. Su voz suena con una mezcla de entusiasmo y preocupación, mientras mira a Nobara. Nobara, con su habitual expresión responde:- No te emociones, Itadori. Es un trabajo peligroso. Pero... vamos a hacerlo-

Un silencio se instala entre los tres, mientras la imagen de la aldea devastada se instala en sus mentes.

En la bulliciosa aldea de Lumen, una misteriosa y aterradora enfermedad surgió, llevando consigo el sello de la influencia demoníaca. Esta enfermedad, denominada "Infernum", sembró el caos entre los ciudadanos, quienes se vieron asolados por una serie de síntomas perturbadores y devastadores. El dolor insoportable, las visiones aterradoras, el comportamiento agresivo, el insomnio severo y la aversión extrema a los lugares sagrados atormentaban a los habitantes de Lumen.

La desesperación se apoderó de la aldea cuando la enfermedad se propagó sin control, sumiendo a sus calles en un ambiente de terror y desolación. Los sacerdotes especializados en exorcismos y protección espiritual fueron llamados a la acción, enfrentándose valientemente a las fuerzas demoníacas que acechaban en las sombras.

A pesar de los esfuerzos sobrehumanos de los sacerdotes, la enfermedad demostró ser implacable y cruel. Los habitantes, agobiados por el sufrimiento y la oscuridad que los rodeaba, sucumbieron lentamente a la enfermedad, enfrentando una muerte angustiosa y desgarradora.

En dónde miraba. Había muerte. El olor a incienso y a hierbas medicinales se mezclaba con el aroma a sangre y muerte. Las casas de los enfermos se convertían en campos de batalla contra la oscuridad. Los sacerdotes, con sus vestimentas blancas y sus cruces de plata, luchaban contra las fuerzas demoníacas que acechaban en las sombras.