Ella, abrió los ojos, y vió cómo él sol de la mañana, se reflejara, en el mar. En la ventanilla del coche observó, como los comerciantes, abrían sus puestos de comida y bebida, en la playa de Copocavana. Entonces...recordó. Él. Se enderezo, en el asiento, y se percató, con horror, que se había quedado dormida, en su hombro. Pero no sólo eso, sino que también, había babeado, un poco en su camisa.
-- Ah, cuánto? M...cuánto tiempo, he estado durmiendo? -- preguntó, susurrando.
-- Aproximadamente, 20 minutos.-- contestó él, sonriendo.
-- Ah..??-- ella, se ruborizo. No comprendió, lo que le había ocurrido. Jamás se habia quedado dormida, delante de Timothy, ni una sola vez. Se dijo, a sí misma, estaba cansada. Desde que se había qu9edado embarazada, era su estado normal. Pero no comprendía, porqué un hombre correcto, la ponía tensa. Y el peligroso, le hacía estar tan relajada. Le ocurría algo, verdadaderame extraño. Cuando llegaron, a "Cartón-palas, él detuvo el coche. Cuando miró la fachada, del lujoso hotel.
--Recuerdas, éste lugar?
Desde luego, que lo recordaba. Lo había visto, constantemente, en sueños. El lugar, donde él, la había seducido. El lugar donde le había hecho desprenderse, de cualquier requisito de decencia que tuviera. Así como, de su ropa. Se estremeció, cómo la pasión, se apoderaba de su cuerpo.
-- Sí. -- el Se bajó, del coche. Y se acercó, a abrirle la puerta. -- dijiste, que me ibas a llevar a casa.-- dijo ella, mirándolo, tímidamente. -- esto, no es mí casa.
-- Yo quiero, que lo sea-- contestó él, tendiendole la mano--estas cansada, y mojada. Así que por eso, después. Por ahora...lo que necesitas, es darte una ducha caliente. Comer algo, y descansar. Por favor...dame la oportunidad, de tratarte, con el respeto, que mereces.
Ducharse y desayunar, era un plan estupendo! Pero incluso, más cautivadora, fue la sonrisa, que esbozó él al tenderle la mano. Sonrisa, que la embelezo, por completo. Miró la fuerte mano, de él. Mano que al acariciarla, pudiera perder la cabeza.
-- Está bien...ah..? -- dijo ella, respirando profundamente. -- te daré, una oportunidad.
Él, La tomó de la mano, para ayudarla, a salir del coche. Y ella tembló, y recordó, las cosas, que le había hecho él. A su virginal cuerpo. La última vez, que habían estado, en Río. Con sólo recordarlo, se estremeció. Él le había dicho, que era muy bella, y que iba ha morir, si no la poseía. Recordó el placer que sintió, cuando hizo el amor, con ella. Cómo la había, atraído. Todo había sido, tan fantástico, que había acabado diciéndole, que lo amaba. Apenas podía creer, que 3 meses atrás, le había dejado hacerle, todo eso. Y llevarla, al éxtasis, del placer. Pero desde aquel momento...habían pasado, muchas cosas. Él le había dejado, embarazada. Le había mentido. La había, ignorado. Aunque tenía que reconocer, que algo había cambiado, en la favela. Se preguntó; que había sido? Que había provocado, qué él, que había provocado, que él repentinamente, volviera ser, el hombre encantador, que recordaba. Había comenzado, cómo si realmente, se preocupara, por ella. No...no podía pensar, de otra peligrosa manera. Él la guío, dentro del hotel. Éste era, realmente elegante...incluso, tenía palmeras, en el interior. Pero ella apenas, se percató, de la lujosa decoración. Sólo tenía ojos, para su acompañante. Tras pasar, por recepción, se montaron, en un ascensor privado. Dónde él, introdujo, una llave, y apretó, el botón de la última planta. Las puertas, se abrieron...y salieron, al pasillo. Dónde habían, 2 guardaespaldas. Que asistieron, con la cabeza, respetuosamente a él.
--Entra-- dijo él, abriendo la puerta, del ático. Y ella lo siguió, y...al entrar, en la vivienda, se quitó los zapatos, y anduvo sobre la gruesa alfombra blanca, que allí, había. Se sintió bien, al estar descalza. Pero no había nada más, en aquel lugar, que le reconfortara. La declaración, era austera. Moderna. Minimalista, y fría. Era la casa, más sofisticada que jamás había visto. Lujosa, y cara. Pero a la vez, severa cálida, cómo un cubito de hielo. Cuando él, cerró la puerta, tras ella, se restrego, su amoratada muñeca. Todavía le dolía, pero ya no le dolía, de manera tan intensa.
-- Te has hecho, daño?-- exigió saber, él.
-- No es nada. Me caí, y me hice daño, en la muñeca.
--Déjame, ver -- ordenó él. A regañadientes, ella le mostró, la mano.
-- Ahora está, mucho mejor. De verdad, no tienes que...
Entonces, el la tocó. Y ella, contuvo, la respiración. Un intenso calor, le recorrió el cuerpo al examinarla él. Que con delicadeza, le movió la mano, hacía la izquierda y derecha.
-- No te has roto, la muñeca--le dijo, él por fín, soltandola.-- estuve aprendiendo 10 años, kapoy en la calle. Sé cuando algo está roto, o tiene un egitte. Tú no tienes, nada de eso. Pero si te duele...te funiare a la doctora, y ella, te pondrá...
-- No!! De verdad! -- contestó ella. estoy bien-- añadió ella, sin poder de dejar la mirada, de la bella cara, de él. Él tenía los pómulos, muy marcados. Una sensual boca, y una nariz, levemente doblada. Lo que le hacia tener, el duro aspecto, de un guerrero.
-- Qué quieres tener, primero? -- le preguntó él, mirándola.
Primero?? Primero, que le hiciera el amor, mirándola. Susurrandola, al oído, de manera, apasionada. Qué sólo, la deseaba a ella. Y qué, iba a ser, buen padre, para su bebé.
-- Elly..??
-- Qué??--nerviosa, ella se colocó un mechón de pelo, detrás de la oreja.-- eh...que que qué, quiero?
-- Quieres desayunar, primero? O no?-- dijo él, que a continuación, negó con la cabeza--estoy siendo, un estúpido. Deberíamos comenzar, por quitarte, la ropa.
-- La...ropa??
Ella se preguntó, en qué estaba pensando. No podía permitir, que aquello, ocurriera. No, no, no. Apretó el húmedo vestido de novia, contrasu cuerpo, y se echó, hacía atrás.
-- No seré, tú amante, Diogo--dijo, en voz alta--no voy a ser, una mujer más, de tú lista.
--Por qué crees, que eso es lo que quiero?-- preguntó él. A ella, le dió un vuelco el corazón. Se preguntó, si él quería, aún más. Qué otra cosa, podría ser? -- estas embarazada... de un hijo mío. Quiero que...estés cómoda, y cálida. Estás empapada, querida. Necesitas darte una ducha...de agua caliente. Y desayunar, y ponerte, ropa seca.
Desde luego. Ella deseó darse, una patada, a sí misma. Desde luego que aquello era, lo que él, quería decir. Él podía tener, la mujer que quisiera. Humillada...Se ruborizo. Él se acercó a ella, y le agarró, el vestido.
-- No!?-- ella, se echó, para atrás. No quería, que la tocara. -- no necesito, tú ayuda.
-- Ése vestido de novia, pesa, más que tú. Ven, aquí.
Con una actitud tranquila y arrogante, él, se acercó a ella. Como una cobarde, ella se dió la vuelta, y salió corriendo, hacía la habitación, de al lado. Vió unahilera, de ventanas, desde de las cuales, se veía la playa de Copocavana...y a la avenida, atlántica. En medio, de la habitación, había una gran cama blanca. Aquel, era el dormitorio, de él. Consternada, pensó, que era el último lugar, en qué el quería estar. Se dió la vuelta, para escapar. Pero él, estaba, en la puerta.
--Obrigado, querida-- dijo él. Esbozando, una sensual sonrisa.-- esto va a ser, mucho más fácil.
Se acercó, a ella, y la abrazo estrechamiente. Entonces bajó la cremallera, que ella tenía, en la espalda. Ella sintió frío, al darle aire, en su piel húmeda. Se sintió aliviada, del peso del vestido, al bajarselo él...hasta los muslos. Se percató, de que estaba de pié, delante de él. Con sólo un sujetador, de seda blanco y unas bragas transparentes. Emitiendo un grito, trató de taparse los pechos, con un brazo. Y las bragas, con el otro. Él espetulo, una petulante, y masculina sonrisa.
-- Puedo verte, desnuda siempre que quiera Elly. -- comentó. Parecía, divertido. -- todo lo que tengo que hacer, es cerrar los ojos.
Él se estaba riendo, de su modestia. Él enfado, se apoderó, de ella.
-- Has estado, con tantas mujeres?-- espetó-- estoy segura, de que esa otra, de la que estás recortando. No estoy en absoluto preocupada,
-- Ya veo. -- murmuró él-- estas segura, de que no estás celosa, querida?
-- Desde luego, que no-- contestó ella, enfurruñada. En realidad, sí que lo estaba.-- si quieres, te puedes acostar, con todas las supermodelos de Brasil. No tengo, ninguna razón para...
Él, se apartó de ella, y se quitó la camisa. La cual, tiró al suelo. Distraia ver, el músculoso pecho, de él. Ella no pudo terminar de hablar. La bronceada piel, estaba cubierta, de un bello oscuro, que le cubría, los pectorales, y la tripa. Observó, como se dirigio, al cuarto de baño, que había en la habitación. Abrió, el grifo de la ducha, y el calor, se apoderó, de sus mejillas. Así como, de todo su cuerpo. No sabía, que le ocurría. No comprendía, como podia, desearlo tanto, siendo consciente, de que...aparte de su embarazo, él no encontraba en ella, nada particularmente, especial, ni interesante. Se estremeció. Él se habia llevado, todo de ella. Su inocencia. Su fe. Su coraje. Pero en aquel momento, no era solo su corazón, el que estaba en juego. Sino que tenía que pensar, en su hijo. Cuando él, se marchara. Cuando finalmente, ocurriría, no sólo la estaba abandonado, a ella. También dejaría, a un niño, con el corazón roto. Qué siempre, se preguntaría, porque su padre, no lo quería lo suficiente, como para, haberse quedado. Al igual, que su propio padre, él, no la había amado, lo suficiente, se habia visto forzado, a casarse, por un bebé. Ella! Se había casado, con su madre, y había ejercido, de padre. Más, o menos. Lo que en realidad, lo que había hecho pasar, años, y años, delante de la televisión tras acabar, de trabajar. Había bebido, mucha cerveza, y ella le había gritado, tanto a ella, como a su madre, si se atrevesiera a preguntarle algo. Entonces...cuando su madre, se habia puesto enferma, precisamente, en el momento, en el que más, lo necesitaban, su padre, había agarrado las maletas, y se había marchado. Le había dicho, lo siento, a ella. Qué por aquel entonces, sólo tenía, 15 años. Y ain mirarla, a la cara, le dijo que tenía que buscar, su propia felicidad, mientras podía. Ella, tuvo que dejar el colegio, pero cuidar a su madre. Y había tenido que comenzar a trabajar, durante las noches, en el Diaryburger...para ganar dinero. Su madre, había aceptado su ayuda, amargamente, y le había echado la culpa, a su hija, de su frustrado matrimonio. Así de cómo, todas las oportunidades, que había perdido. Él, la llamó. Ella levantó, la vista, y vió reflejado, su propio dolor, en el rostro de él. Le resultó muy tentador, acercarse a él, y tratar de protegerlo, de que le causaba ranta angustia. Pero era, una estupidez. Él, no necesitaba, su ayuda. En absoluto.
-- Estás, temblando-- comentó él.
-- Simplemente, tengo frío. -- contestó ella, dándose la vuelta. Él se acercó, y le acaricio, la mejilla.
-- Deja, que te caliente-- susurró. Le quitó, el sujetador. Las bragas, y la tomó, en brazos. Ella se quedó, demasiado impresionada, como para, protestar. Él, la llevó, al cuarto de baño, y la metió, en la ducha. Ella gritó, al sentir el agua caliente, sobre su piel. Agua, que le acaricio, el cuerpo. Le cayó, por el pelo. Por los, pechos. Por la tripa. Tan caliente. Tan, sensual. Tan viva. Durante mucho tiempo, no había sentido nada más que dolor. Cuando había aceptado, casarse con Timothy, se habia sentido, muy mal. Le suponía, que casarse con él, no le importaba nada en su vida. Y casi no le importaba, estar viva, o muerta. Hasta que había descubierto, que...estaba, embarazada. Oyó como él, entraba en la ducha, detrás de ella. Respiró, profundamente, y cerró, los ojos. Se dió cuenta, de que él, tenía que estar desnudo. Apoyo la cabeza, en la mampara, de la ducha. Consciente, de que...el músculoso cuerpo, de él, estaba a tan sólo centímetros, del suyo. Se apartó de él, tanto, como pudo.
-- Por favor...no me toques-- susurró, sin darse la vuelta.
-- En realidad, quieres que te toque. Novoamor-- contestó él, con una profunda voz. Le puso las manos, en los ojos, y comenzó, a masajearlos-- y yo, quiero tocarte. Llevo meses, deseandolo. No hacerlo, casi, me ha matado.
Él, no se habia olvidado, de ella? Le habla echado, de menos? Pero incluso, diciéndose, a sí misma, que no podía ser verdad, se apoyó, en él. Todo el estrés... Él miedo, y el enfado, que había estado sintiendo, se desvaneció, bajo el masaje de él. Cuando él, terminó con sus hombros. Masajeandole, la espalda. Y entonces...ella, se sintió, muy tensa...al darle, la vuelta. Cerró los ojos, cómo si pudiera fingir, que no estaba desnuda, delante de él. Cómo si cada centímetro, de su piel, no estuviera suplicando, que la acariara. Sentir el músculoso cuerpo, sobre ella. Sintió, como la abrazaba, por la cintura. Y como presionaba, su pierna, entre las suyas. Pero ella, intentó resistirse. Él le acaricio, la espalda, y sintió, lo caliente, que estaba la piel. Involuntariamente, ella, se estremeció. Apretó las manos, contra el cristal, de la mampara....para tratar de controlar en la manera, en qué le estaban temblando, las rodillas.
-- Oh!! Qué quieres, de mí? -- preguntó, susurrando-- qué quieres, de mí, después de haber estado ignorandome, durante de todos esos meses?
-- Me mantuve, alejado de ti, para protegerte--contestó él, respirando profundamente-- eras virgen, y temi que te tomarte demasiado, en serio, nuestra pequeña, aventura. Pensé que querías saber, cosas de mí que yo no podía darte.
-- Cómo...cómo un, compromiso?
-- Sí-- sin pensar, ella abrió los ojos.
-- Ah!! Sé que nunca te comprometerias, con ninguna mujer. -- comenzó ha decir, pero al mirarlo, se le apago, la voz. Él cristal, de la mampara, estaba completamente empanado debido al vapor. Y aislaba a ambos, del exterior. Estaban completamente solos, y demasiado cerca, el uno del otro. El cuerpo de él, era muy músculoso. Y su potente masculinidad, le asustaba. Miró entre sus fuertes piernas, y contuvo la respiración. Él, la aterraba, pero al mismo tiempo...lo deseaba. Mucho. Se chupo, le labio inferior.
-- Y ahora? -- logró preguntar, con la voz quebrada-- qué ha cambiado?
-- Estás embarazada, de un hijo mío. De ninguna manera, te voy ha dejar marchar--respondió él, acercándose aún más, a ella. Y apartandole de la cara, un mechón de pelo mojado.
-- Hasta que nazca el bebé...eres mía.
Entonces, le acaricio, la piel. Los brazos, y entre sus pechos...hasta llegar, a su tripa. Ella sintió, como sus dedos, presionaban levemente, la cintura. Y cómo acariaba, su tripa. Él, la beso. Fue un beso, tan apasionado y exigente, como lo había sido, durante el carnaval. La besó, con fervor. Y la abrazo, estrechamente. Ella gimio, ante sus caricias. Sintió cómo si el mundo, estuviera dando vueltas, en su cabeza. En una dulce, agonía.
--Yo soy el único hombre, que te ha tocado, de esta manera.-- le susurró él, al oído.-- dímelo.
-- Sólo, tú. -- contestó ella, suspirando.
-- Elly.-- sintió como un escalofrío, recorriera todo su cuerpo. Echó la cabeza, para atrás, y tembló. Él, estaba...tan cerca. Tan cerca. Y ella deseaba, que estuviera aún más cerca. Quería, que la tomara en brazos. Qué la apoyara, contra la mampara. Y qué le hiciera el amor, hasta que se le olvidara, su propio nombre. Hasta que se olvidara, de cada dolor, y arrepentimiento. Hasta que estallara, con la misma alegría, que no habla vuelto a sentir, desde el día, en qué él, le había dejado. Él comenzó, a acariciarla, con una lentitud, deliberada..y desesperante. Ella, le suplicaba. Ella sintió, como le dejaba, una marca en la piel. En misma manera, en el que hacia tiempo, le había dejado, una marca, en el alma. Aunque en realidad, ya la había marcado, de lo más profunda posible. Le había dejado, embarazada. Ella sentía, cómo su corazón, le decía, que deseara a un hombre, al que poder amar. Un hombre, en el que poder confiaarle, a su hijo. Tanto, como a su propio corazón. Quería, lo imposible.
-- Era malo, que su hijo naciera, sin apellido?-- preguntó susurrando-- no es suficientemente malo...que yo sea, una madre soltera? Y que todo el mundo piense, que soy una prostituta? Eres tan egoísta, que quieres que se convierta, verdad? Quieres arrebatarme, el último pedacito de orgullo, que me queda?
Él, se quedó, petrificado. La expresión de su cara, estaba oculto, por el agua de la ducha. Apartó, la vista.
-- Nunca, quise hacerte daño...Elly-- dijo, en voz baja--nunca. Bruscamente, cerró el grifo. Sin decir, una palabra más, la sacó, de la ducha. La secó, con una toalla, y a continuación, hizo lo propio, consigo mismo. Tras ello, se marchó, a la habitación. Ella pensó, que él, era un mujeriego egoísta. Tomaba, lo que deseaba. Agarraba a una mujer, y no la dejaba marchar, hasta que no, se saciaba. Momento en que la apartaba, para comenzar, con otra. Oyó cómo él, salían de la habitación. Y cómo, la cerraba. Y cuando le había negado, su instantánea, satisfacción. Por lo que él, iria ha buscar, a una mujer, más complaciente. No le costaba nada, hacerlo. Se le daba más fácil, encontrar a una mujer, mucho más guapa, y elegante, que ella.
-- Elly-- dijo él. Impresionada, ante el hecho, de que él, hubiera regresado...lo miró. Estaba vestido con unos pantalones vaqueros oscuros, y una camisa negra. Le estaba, entregado algo. Ella agarró, el montón de ropa, que él, le dió. Había un vestido, precioso. Unas bragas, y un sujetador, de su talla. La clase de ropa, premama, que costaba, una pequeña fortuna.
-- Ah..!! Dónde?? Cómo??
-- Le ordene, al personal, para que comprara ropa, para tú estancia aquí.
-- Mi...estancia, aquí?
Él, esbozo una sonrisa, que la alteró, por dentro.
-- Ven, conmigo-- le dijo.
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Pasión, En Río De Jaineiro
Random.Ella está embarazada, y él, tomará, que por derecho, le corresponde. En el calor sensual, de Rio, y de su carnaval, ella sucumbe, a los encantos de su jefe... Diogo Segarror. Pero una vez, le roba, su virginidad, el multimillonario brasileño, no qu...