Capítulo 2

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Era el día perfecto, para una boda. Cuando ella, se bajó, de la limusina que habían alquilado. Perfumadas flores, caían de los árboles. Podía oír, como piaban, los pájaros, y observó lo azul que estaba, el cielo. Era el día perfecto, para comenzar, una nueva vida. Su vida, como esposa feliz. Y futura, mamá. El día perfecto, para olvidarse, de la existencia, de Diogo Serrador. Se preguntó, porqué, se sentía, tan abatida. Y porqué, había estado llorando, durante las anteriores 6 horas. Mientras se dirigia, a su pueblo, por la autopista, de Pensilvania.
-- Tranquila. -- le dijo, su abuela, tomandola del brazo, llegando a la puerta, de la Iglesia. Lilibeht, miró, a su nieta.-- estás preparada?
-- Sí.-- contestó ella, entre dientes. Pero en realidad, no estaba preparada, en absoluto. Le había dejado, a Timothy, 8 mensajes, en su contestador automático, durante su viaje, desde Manhattan. Pero éste, no había contestado, a su teléfono móvil. Segur, estaba arreglando todo, en su despacho, antes de que partieran, hacia Aruba, en su luna de miel. Timothy, le había dicho, que estaba dispuesto, a hacerse rico para ella. No la creía, cuando le decía, que no necesitaba, ser rica. Todo lo que quería, era sentirse segura. Segura...Y qué no volvieran a romperle el corazón. Pero no podía casarse, con Timothy, sin decirle, que estaba embarazada. No podía, hacerlo. Tenía que dar la opción, de cancelar, el matrimonio. En ése momento, se percató de que parte del carmín de ella, incluso, deseaba que lo hiciera.
-- Ten cuidado, las flores-- protestó, su abuela.
-- Lo siento-- respondió ella, cuyo corazón, se aceleraba, más, y más, según paraba el tiempo. Estaba comenzando, a sentirse, mareada.
-- Me prometiste, que primero ibas a encontrar, a Timothy.
-- Estás segura? -- preguntó Lilibeht Conwait, echándole, una miradita, a su nieta--trae mala suerte, que un hombre, vea a su novia, antes de la boda.
-- Ah, por favor, abuela.
-- Está bien. Está bien. Hoy es, tú día-- accedió, la señora Conwait, suspirando. Entonces la guío, hasta una antecamara, que había dentro, de la Iglesia.
-- Espera, aquí. -- ella esperó, y esperó. Miró por la pequeña ventana, que había, en la sala y vió, los verdes bosques, que rodeaban, la Iglesia. Flint. Pensilvania. Estaba a sólo 4 horas, de Manhattan. Pero parecía, que entre ésos dos lugares, había un mundo de diferencia. Tanto como Timothy, como ella, habían crecido, siendo pobres en aquel pueblo. Al habiendo regresado, a las anteriores navidades, siendo...un acaudalado abogado, él había sido recibido, como un héroe. Timothy incluso, ya habia comprado, la mansión más bonita del lugar. Y la estaba arreglando, para ella. Le había sido, que haría lo que fuera, para conseguir, qué lo amara. Lo que, fuera. Pero antes de casarse, tenía que decirle, que estaba embarazada. Y dejarle, que decidiera. Si tenía que ser sincera, consigo misma, en realidad, de convertirse, en la esposa de aquel hombre, no le parecia correcta. Pero, sus instintos, se acertaban mucho. Al haber estado cuidando, a su madre, durante la larga enfermedad, de esta, había pasado, muchas noches, oscuras. Deseando pasar aventuras, en tierras remotas. Había deseado, besos apasionados, de hombres fogosos. Pero...baber estado, en los brazos de Diogo, le había llegado, al corazón.
-- Elly--dijo él, afectuoso, desde el otro lado, de la puerta -- no sabes que tenemos...a 300 personas, esperando? De qué, quieres hablar, conmigo?
-- Timothy...-- ella estaba temblando. Se forzó, en respirar, profundamente, y se dijo a sí misma, que tenía que olvidarse de Diogo. -- puedes entrar aquí, un momento, por favor?
-- No...traería, mala suerte.
-- Es solo, una superstición.
Ella oyó, como él, se reía.
-- He tardado tanto, en converte, de que te cases, conmigo...que no voy a correr, ningún riesgo.
-- Por favor. Realmente, que tengo, que hablar, contigo...
-- Sea lo que sea, que tengas que decir, estoy deseando oírlo-- contestó Timothy -- espera unos minutos, y podrás decírmelo, todos los días.
Horrorizada...ella, se percató, de que él creía, de que finalmente le iba ha decir, que lo amaba.
-- Timothy, no comprendes...
--Espera-- ordenó él, con firmeza. A ella, no le quedo otra opción, que decírselo, desdeel otro lado de la puerta.
-- Estoy, embarazada. -- hubo, una pausa. Entonces la puerta, se abrió, de par en par. El, estaba pálido, pero parecía, que echaba chipas. Cerró la puerta, tras de si, y la agarró con fuerza, por la muñeca.
-- Cómo puede ser, posible? -- espetó--cuando nos hemos acostado juntos, tú, y yo?
Asustada, ante aquella actitud de él, ella, dió, un paso atrás.
-- Lo siento-- susurró-- nunca pretendi, hacerte daño.
-- Quién es el padre? -- exigió, saber, agarrandola, con más fuerza.
-- No importa. Jamás volveré, a verlo.-- contestó ella.
-- Ah...quién es?
-- Me estás haciendo, daño.
Él, le soltó, la muñeca.
-- Así que fue, por eso, por lo que repentinamente, accediste casarte conmigo. No es, así? Porque estabas, embarazada. Y tú amante, te había abandonado.
-- No...
-- Pero cometiste, un error, si prentendias hacer pasar, a éste bebé, cómo hijo mío. -- dijo él, con desdén -- ni siquiera, soy yo, lo suficiente estúpido cómo para creer, que este bebé, es mío. Nunca me has dejado tocarte.
-- Ha sido, un error.-- dijo ella-- el peor error, de mí vida. Y ha sido, esta mañana, cuando he descubierto, que estaba embarazada. Jamás, pretendía, engañarte.
-- Ah...ya-- contestó él, con sarcasmo. Y se acaricio, su brillante pelo rubio. -- seguro.
Abatida...ella, lo observó.
-- Comprendo, porqué quieras, suspender, la boda. Seguramente, será, lo mejor.
Él, la miró, con fiereza.
-- Qué quieres, decir? No voy ha suspender, nada.
-- Pero...
-- No te vas a echar, atrás. Embarazada, o no. -- advirtió él-- te vas a casar conmigo hoy.
-- Y el, bebé..??
-- Yo me ocupare, de él-- contestó él, haciendo una mueca. Tras decir aquello, salió de la antecamara. Ella pensó, en lo que le había dicho él. Que se iba a ocupar, de su bebé. Se preguntó, si realmente, si estaba dispuesto, a criar a su hijo, como propio. Mareada, salió, a su vez, de la sala. Había pensado, que él, había suspendido la boda. Pero no lo había hecho, y eso, significaba...que se iba a casar. En pocos minutos, sería la esposa, de Gruait...para el resto, de su vida. Él se habia gastado una fortuna, en aquella boda. Había invitado, a casi todo el pueblo, para que los vieran casarse. Cómo si quisiera, que en el pasado, les hubiera tratado mal, habíansido, coronados, como rey y reina de Flynt. Lilibeht, se acercó, a ella, le dió un beso, en la mejilla, antes de bajarle el velo, que le cubriera la cara.
-- No he podido, evitar oírlo.-- confesó. Parecía, muy alegre-- embarazada? Oh...Elly. Estoy tan contenta, por ti, querida.
Contenta, de que su nieta, se casará con alguien, a quien no, amaba? Contenta del hombre, a quien, realmente, había sido, un egoísta, y amoral maldecidido, que no merecía ser el padre, de ningún bebé.
-- Pero abuela-- comenzó a decir ella, dulcemente-- no amo, a Timothy.
-- Lo harás-- aseguró Lilibeht, con tono de eficiencia-- vas ha tener, un hijo suyo.
Las puertas, que daban a la nave central, de la Iglesia, se abrieron. Y la marcha nupcial, la embargo, como una ola. La gente comenzó a girarse, sobre sus asientos, para verla.
-- Anda-- le susurró, su abuela, esbozando, una sonrisa, la tomó del brazo. Sintiéndose muda, empezó a andar, con Lilibeht, a su lado. Todo aquello, le parecía, una equivocación. Pero no podía confiar, en sus propios sentimientos. Su instinto, le había llevado, por el mal camino. Se había enamorado, del peor hombre posible. Oyó los cuchicheos de la gente, que había conocido, desde pequeña. La señora, Bernatti. La qué siempre, le había asegurado, que nunca iba a hacer nada. Candy Glysom. La antigua animadora, del colegio. Quién siempre, se habia burlado, de sus ropas. Pero en aquel momento, todos la observaban, con envidia. Ya qué habían creído, el cuento de hadas. Cuando llegaron, al saltar, Lilibeht, le había entregado, a su nieta, a Timothy. Él, le agarró con fuerza, y la miró, con una expresión, muy extraña, reflejada, en sus ojos claros. El cura, empezó a hablar...en sus bonitas palabras, no tenía nada que ver, con lo que ella, sentía por dentro. Ella la esposa, de Timothy? Iba ha tener, que amarlo? Compartir, su cama? Criar, sus hijos? Sí, las cosas, tenían que ser, de aquella manera. Tenía que sobrellevar sus sobrepesos, que él le daba, y ganar su perdón. Aunque tardara, una vida entera. Pero cuando cerraba los ojos...lo recuerdos de la noche que había pasado, con Diogo, todavía, la agobiaban. La manera, en qué le había besado. Cómo le había robado, su virginidad. La pasión, con la que había actuado, le había derretido, por completo. Desesperada, apartó aquel pensamiento, de su mente. Agarró el ramo nupcial, con fuerza, para tratar de calmarse..
-- Timothy. Gruait, acepta como esposa, a Elly Jensem?
Ni en su propia boda, no dejaba de pensar, en Diogo. -- para el resto, de sus vidas?
Él, la miró. La brillante luz, que se colaba, por las ventanas de la Iglesia, le iluminó, la cara.
-- Sí, acepto.
El sacerdote, se dirigió, entonces, a ella.
-- Y tú...Ellynoura Jensem. Aceptas por esposo, a Timothy Gruait?
Las puertas de la Iglesia, se abrieron, de par, en par.
-- Detenganse.
Los invitados, gritaron. Y ella, se dió la vuelta. Diogo...estaba vestido, tal y como lo había dejado, en Nueva York. Con un traje, gris. Y corbata, azul. Pero no tenía el aspecto, de un hombre civilizado, de negocios.
-- Cómo re atreves, a venir aquí, Serrador? -- exigió saber, él.-- no tienes, ningún derecho...tú.
Diogo se quedó mirando a Timothy, y a continuación, emitió, una risotada.
-- Ja..!! Debería haberlo, supuesto.
Él le vió, algo oscuro reflejado en los ojos, del multimillonario brasileño.
-- Marcharte, de aquí, Serrador.-- experto él-- Esto no es, asunto tuyo.
-- No...?? -- contestó Diogo, dirigiéndose, a ella -- es asunto mío. Elly?
Ella, respiró, profundamente. No podía decirle, a su exjefe, que era el padre, de su bebé. Timothy, finalmente, la perdonaría. Pero no lo haría, si descubriera, que el verdadero padre, era Diogo. Ambos hombres, habían tenido un problema, en navidades. Problema desconocida, por ella. Pero lo que sí sabía, era que Diogo Serrador, era tan insensible, y duro, que el diamante que ella tenía en el dedo.
-- #s cierto, Elly? -- preguntó Diogo, acercándose mirándola, directamente, a los ojos. Mordiendose, el labio inferior...ella, apartó, la vista. Pero Diogo, le quitó el velo, de la cara. Él le gritó, debido, a la impresión, y vió a Diogo Serrador, lo cerca que estaba de ella. Éste le agarró, con la brutalidad, de un bárbaro vikingo, que reclamaba a su esposa.
-- Dime, la verdad-- ella, agitó, la cabeza. Incapaz, de hablar. El tacto de el, sobre la suya, le hacía sentir electricidad, por todas sus terminaciones nerviosas. Diogo acercó su cara, aún más, a ella...que supo, que la iba ha besar. Allí mismo, en la Iglesia. Pero no fue capaz, de detenerle. Le temblaron, las rodillas, y se le cayó, el ramo al suelo.
-- Dímelo! Maldita sea--exigió él, agarrandola, con fuerza, de los hombros-- soy yo, el padre, del hijo, que estás esperando?
300 personas, gritaron, a la vez. Y ella oyó, como su abuela, emitía, un pequeño sollozo. Podía sentir, las miradas de los invitados, sobre ella. Pero lo peor de todo, pudo sentir cómo Timothy, la miraba, con ojos desorbitados. Y con la furia, reflejada, en la cara. Sintió, como le quemaban, las mejillas.
-- No tienes derecho, a humillarme, de esta manera -- susurró-- tú eres, el malnacido Diogo. Tú eres, el mentiroso.
-- Él...??-- preguntó Timothy, con la rabia reflejada, en la mirada -- me has estado rechazando, todos estos años, para poder entregarte, a Serrador??
-- Ah...-- dijo Diogo, relajandose.
-- Asi que ni siquiera, te ha tocado. Es una manera, extraña de atrapar a un,hombre, para que se case contigo.
-- Yo no he atrapado, a nadie -- experto ella, enfurecida.-- Timothy, me ama. No le importa, que esté, embarazada. Ha dicho, que se encargará, de todo. Diogo, fruncio el ceño. En sólo un instante, se convirtió, en un hombre completamente distinto.
-- Qué se encargará, de todo? -- repitió, agarrando del brazo, a ella.-- a qué te refieres, con que se encargará de todo?
Ella sintió, como una chispeante sensación, le recorría, el cuerpo. No comprendió, como le ocurrió aquello, y a la vez, estar tan asustada. Trató, de apartar, el brazo.
-- Qué diferencia, supone? No es, hijo tuyo. No puede, ser. Tú no puedes dejar embarazada, a ninguna mujer. No es, así?-- provocó.
-- Yo soy, el padre -- aseguró Diogo, mirándola, con sus oscuros ojos negros-- puedes, negarlo?
Ella, no podía. Pero sabía, que Diogo Serrador, no había ido allí, para hacerse responsable del bebé, que había creado. Sino que no podía soportar, que otro hombre, pudiera pisar, su territorio. Creía tener derecho, ha tener todo, y a todos. No sé merecía, ser padre.
-- Respondeme.
Diogo, movió la mano, hacia su cuello. Hacia su clavícula. Y hacia la curva, de uno de sus pechos. Ella, comenzó, a jadear. Vió a su abuela, que estaba muy pálida. Lilibeht, había sido, la única persona, que había creído, en ella. Había apoyado, a su nieta, en los últimos años, en la que esta, había estado cuidando a su madre. Sentía, como propio, el éxito de ella. Y en aquel momento, que todo se echó a perder, Lilibeht jamás volvería ha tener, la cabeza alta. Por, su culpa!
-- Yo...yo..-- comenzó ha decir ella, mareandose.-- creo que me voy, a...me voy...a-- no pudo terminar, la frase, antes de que las rodillas, fallaran. Diogo, la cogió en brazos, para evitar, que cayera, al suelo.
-- Déjala, en el suelo-- le ordenó Timothy, furioso. Diogo, ni siquiera, lo miró, sino que clavó, su oscura mirada, en ella.
-- El bebé-- dijo, en voz baja. -- dime, la verdad.
-- No...ah?-- dijo ella.
Diogo, miró, a los ojos, de los invitados, que les observaban, desde sus asientos.
-- Está bien.-- dijo. Entonces, se dió, la vuelta, y con ella, en sus brazos, se dirigió, a la entrada de la Iglesia.
-- Vuelve, aquí-- ordenó Timothy siguiendolo-- ella es, mía. Malnacido, brasileño. Ah...me has, escuchado? Mía!
Ignorandolo...Diogo abrió, las puertas de la Iglesia, y salieron. Dos de sus guardaespaldas, cerraron las puertas, tras ellos. Dejando allí encerrados, a los invitados. Entonces, la dejó a ella, con mucho cuidado en el suelo. Pero ella se encontró, cara a cara, con Timothy, que había logrado salir, de la Iglesia.
-- Ah...No puedo creer, que hayas hecho esto. -- dijo Gruait. Tenía, los ojos rojos.-- esperé por ti, casi 10 años. Hice todo lo que pude, para ganarle. Y tú, te abriste de piernas, para Serrador. Que trata a sus mujeres, como prostitutas.
Cada una de ésas palabras, eran como una puñalada, en el corazón, de ella.
-- Yo...
-- Tú eres mía, Elly--gritó él, acercándose, para agarrarla-- mía.
Pero Diogo, se puso en medio de los dos. Apretó, los puños, y separó, las piernas, que se puso en una postura, que dejaba claro, que estaba dispuesto a todo. Incluso vestido, con aquel estiloso traje, parecía un guerrero,que podía luchar, y matar, a su antojo.
-- Elly, no es tuya. Ni su bebé, tampoco. Qué estabas planeando, Gruait?
La cara de Timothy, palidecio, y se reflejó, miedo. Se apartó, de ella.
-- Ahora-- le dijo Diogo, a ella-- dime el nombre del padre, del hijo, que esperas.
-- Tú juraste, por tú honor, que no podías dejarme embarazada. -- contestó, ella-- por tú, honor.
Los oscuros ojos de Diogo, analizaron, la cara de ella.Y la hicieron sentir, vulnerable y desnuda. Entonces, la agarró, con más fuerza.
-- Yo soy, el padre. Dilo.
-- Te odio-- contestó ella, gimoteando.
-- Dilo!!-- exigió él.
-- Está bien.-- espetó ella, llorando.-- eres, el padre. --Timothy, gimio en alto. Ella se dió la vuelta, hacía él. -- Lo siento, tanto. Tanto?
Trató, de tocarlo. Pero él, le apartó, las manos. Se dirigió a Diogo, amargamente.
-- Llevatela. Y malditos sean, los dos. Está embarazada, de un hijo tuyo. Me repugna. Otra prostituta, para ti. Otro, bastardo.
Diogo le dió, un puñetazo, en la mandíbula. Ella gritó, al ver a Timothy, caer sobre la hierba. El brasileño, se dirigió entonces, a ella que al ver la furia, que se reflejaba, en sus ojos, se echó, para atrás...asustada, y confundida. Él parpadeo, y repentinamente, susoscuros ojos, parecieron, tristes. Cómo si estuvieran siendo acechados, por sombras del pasado. Entonces, se dió la vuelta, bruscamente, sin decir una palabra. Ante la señal que les hizo, los chóferes, de dos coches negros, que habían aparcado, en la calle, arrancaron y se acercaron. Al abrirle la puerta, uno de los guardaespaldas, él empujó empujó con delicadeza, el cuerpo de ella, dentro del asiento trasero, del vehículo. Entonces, la sujetó, contra el respaldo, y le abrocho, el cinturón de seguridad. Ella trató, de resistirse, pero él, le había agarrado, con mucha fuerza. Cada vez, que la tocaba, ella sentía, como si el fuego, le recorriera, las venas. Se preguntó, cómo podríaluchar, contra su propio deseo.
--Cómo...ah!Timothy,
-- Tendrá dolor de cabeza. -- dijo él-- aunque se merece, mucho más.
Ella se preguntó, que sería, lo que había hecho Timothy,
-- Adónde, me llevas?
-- Al aeropuerto -- contestó él, sentándose, a su lado, arrancando el coche. A continuación, esbozó, una pícara sonrisa. -- ajá. Ahora, me perteces, a mí.

Pasión, En Río De Jaineiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora