Columpios

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Aunque allá pasado hace más de diez años, es el recuerdo más vivido que tiene.

Se encuentra columpiándose suavemente, está sólo. Nadie se le quiso acercar.

Nadie excepto él.

Detiene su balanceo y se le queda viendo, pelinegro, pequeños rizos, tiene pecas, es lindo.

Me llamo Mike.

Y se llama Mike. Ahora se tenía que presentar él, ¿verdad?, así se hacían los amigos, no lo quería arruinar.

Yo soy Will.

El chico le sonreía, nervioso, tal vez él tampoco sabía que decir, aunque después de unos segundos murmuró temeroso.

Tú- mhm- ¿Quieres ser mi amigo?

Algo en Will se enciende automáticamente, no sabía que iba a resultar tan fácil, sonríe feliz.

¡Sí!

Dice demasiado alto, se avergüenza, su nuevo amigo Mike se ríe. Y lo primero que piensa es que nunca había escuchado a nadie reír así.

Tan vivo.

Will abre los ojos. Esta hiperventilando, no sabe en que momento empezó a hacerlo.

Siente la vista nublosa, y tiene una presión horrible en el pecho.

Escucha el eco de la risa de ése Mike. No quiere escucharla. Quiere que esa risa se calle, no es justo.

No es justo que sus memorias se burlarán de él mostrándole algo que ya no tiene.

No es justo.

No es justo.

No es justo.

Se queda mirando fijamente el piso, y cuando por fin siente que no va a romperse empieza a pintar dos columpios.

Fantasmas | bylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora