Mariposas

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Mike odia las mariposas, oh si de verdad las odia. El castaño siempre debatía sobre eso con él.

¿Cómo las vas a odiar?, son hermosas.

Yo opino que en realidad te dan miedo.

No, no me dan miedo.

Se había escuchado muy seguro, recuerda sus brazos cruzados, expresión seria ( que intentaba ser seria).

Demuéstralo.

Lo haré.

Estaban en un mariposario, había colores por todas partes, demasiados colores, tendrá que usar todas todas las pinturas.

¿Si las tienes todas?

Will abre los ojos un segundo, se fija en su mesa de trabajo, asiente. Tiene todo lo necesario, cierra los ojos de nuevo.

Mike no le suelta el brazo, lo siente temblar, estaba nervioso. Siente sus nervios.

Él suelta una risa, le parecía tierno, y después de expresarlo, el pelinegro se ofendía, lo soltaba del brazo, y empezaba a caminar por todo el lugar.

Aunque rápido, claramente.

Will le dice que estaba bien. No tenía porque demostrar nada, si no le gustaban las mariposas, se irían.

Mike suspiraba aliviado y detenía su paso. Para después quedarse petrificado al ver como una mariposa se le plantaba justo en la punta de la nariz.

Después en la mejilla, otra en el pelo.

Otra, otra, otra...

Su yo del pasado lo mira con diversión, y tal vez también un poco atraído hacia esa escena. Después de soltar una risita, lo ayuda.

Will abre los ojos. Sonríe levemente.

Empieza a separar los colores que serán designados para ser mariposas.

Fantasmas | bylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora