Capítulo 4 La caída.

75 8 0
                                    

En diferentes puntos dentro del pueblo, grupos de hombres armados hasta los dientes avanzan sin piedad por las calles, derribando puertas y dejando un rastro de destrucción a su paso. 

Las llamas consumen casas enteras, tiñendo la noche con un resplandor anaranjado, mientras el sonido de los disparos y los gritos de combate reverberan en cada esquina.

Residente : (gritando) ¡Protejan a los niños! ¡Llévenselos lejos!

Desde las ventanas, algunos guardias disparan hacia los invasores que avanzan sin tregua.

Guardia: ¡Nos están atacando! ¡Alguien traiga más refuerzos!

Guardia 2 (organizando a los residentes): ¡Tenemos que detenerlos aquí! ¡No los dejen avanzar hasta que lleguen más guardias!

El caos se intensifica. Entre las explosiones y los disparos, un residente pasa corriendo, el miedo reflejado en su rostro.

Residente: ¡Nos atacan! ¡Necesitamos ayuda!

mientras aquel pequeño grupo intenta detener el avance del enemigo otros intentan contener las llamas que amenazan con extenderse. Con cubetas de agua y extinguidores, luchan contra las llamas que los rodean.

Mientras algunos intentan contener al enemigo, otros luchan desesperadamente contra las llamas que se esparcen por el pueblo. Cubetas de agua pasan de mano en mano, y los pocos extintores que encuentran apenas logran frenar el fuego.

Residente 5 (jadeando, empapado de sudor): No podemos dejar que el fuego nos bastante lo poco que nos queda...

En medio del caos, un invasor levanta una escopeta y dispara al aire, incitando a sus compañeros.

Invasor: ¡Cultistas, avancen! ¡Destruyan sus defensas!

Las calles estrechas del pueblo se convierten en un campo de batalla sangriento. Los heridos gimen desde el suelo mientras el combate se libra en cada rincón.

Desde la muralla sur, Lincoln observa la escena con horror. El fuego y la violencia se propagan por todo el pueblo, envolviendo hogares y vidas en una tormenta de destrucción. Los guardias a su lado también ven cómo la tragedia se despliega ante sus ojos.

Lincoln (apretando su rifle): Esto no puede estar pasando...

Guardia: ¡Eh, ustedes! ¡Vengano acá! ¡Necesitamos gente que pueda luchar ya!

La voz del guardia lo arranca de su trance, devolviéndolo al presente.

Lincoln (dando un paso al frente): Sí. ¿Qué necesita que haga?

Guardia (señalando a varios grupos de personas corriendo en distintas direcciones): Tenemos que establecer una línea de defensa. Los atacantes están ganando terreno rápidamente. ¡Vayan a cualquiera de los puntos atacados y refuercen las defensas como puedan!

Lincoln asiente, sin tiempo para pensar en otra cosa. Junto con los demás, se lanza a la carrera, siguiendo a un grupo numeroso que se dirige hacia donde los disparos y los gritos son más intensos.

Lincoln (murmurando mientras corre): Nunca pensé que tendría que luchar por este pueblo... pero haré todo lo que esté en mis manos para ayudar a su gente.

En el camino hacia la batalla, la voz urgente de la Sra. Linia detiene a Lincoln en seco. Ella emerge de las sombras, con la preocupación marcada en su rostro.

Sra. Linia: ¡Lincoln, espera! No vayas en esa dirección.

Lincoln: (con una mezcla de sorpresa) ¿Qué sucede, Sra. Linia?

The Loud House: La Travesía de Lincoln loudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora