Relaciones

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El sonido del celular le despertó.

Se había quedado dormido de tanto llorar y para cuando despertó ya caía la tarde. Un mensaje de Nobara llegó avisándole que se encontraba afuera de la clínica esperándolo.

Secó sus lágrimas, y acomodando nuevamente el cabello de su hermano, se despidió dándole un beso en la frente.

- Vendré pronto a verte, hermano.

Salió de la habitación y le comunicó a la enfermera de piso de su partida, para que así pasaran otras visitas sin problema.

A pesar de su personalidad introvertida, Choso contaba con varios conocidos que lo visitaban constantemente. Sus ex-compañeros de escuela, Suguru Geto y Shoko Ieri, así como la maestra Yuki Tsukumo eran las personas con las que más tenía cercanía. Algunas veces solía encontrarlos de salida, sobre todo a Yuki, quien iba casi todos los días a visitarlo. Yuuji le tomó mucho cariño, y en esos tres meses se hicieron amigos.

Una vez que se encontró en el primer piso, se dirigió a la salida por la puerta principal. Pero un aroma conocido detuvo sus pasos. Antes de girar al pasillo que iba a recepción, se asomó cautelosamente y pudo confirmar de quién se trataba.

"Satoru..."

Al parecer, el albino se encontraba pidiendo información y junto a él estaba Yuki. La recepcionista les pidió que esperaran un momento y salió del cubículo dejándolos solos.

- Y bien, Satoru - dijo Yuki - Desapareciste por mucho tiempo ¿Cómo has estado?

- Bien, en la medida de lo posible.

- Y dices que llegaste hace unos días ¿Cierto?

- Sí. Intenté regresar cuando me enteré de su accidente, pero tenía unas cosas que finalizar en Londres para poder regresar definitivamente a Japón.

- Entonces ¿Te quedarás?

Yuuji esperaba expectante la respuesta. No quería admitirlo, pero en el fondo de su corazón, y a pesar del resentimiento guardado todos esos años, deseaba escuchar una respuesta positiva de su parte.

- Sí, Yuki. Me quedaré, y no volveré a irme.

- Supongo que esto tiene que ver con Yuuji y su próximo matrimonio - al ver la expresión de sorpresa de Satoru, la beta continuó - Choso me contó algo sobre el lazo entre tú y su hermano. Lo que no me contó es porque te fuiste tanto tiempo y sin decirle nada a nadie.

"¿Choso sabía que Satoru era mi destinado? Pero, ¿Por qué no me dijo nada?", pensó Yuuji, para luego prestar atención a la respuesta del albino, pues una de las mayores interrogantes en su vida era el porqué éste se fue sin despedirse.

- Es complicado. Todo fue muy repentino, mi padre llamó, en un momento me encontraba en la mansión preparando mis maletas y para cuando me di cuenta ya estaba en Londres. Los únicos que llegaron a saber dónde me encontraba fueron Suguru, Shoko y por supuesto, Choso. No tuve opción - el semblante del albino se tornó triste - Mi vida y la de mi familia estaba en riesgo, por eso mi padre no nos dejó comunicarnos con nadie en Japón. Sin embargo logré contactarme con Choso semanas después de mi partida, para explicarle el porqué. Tan solo le pedí que no se lo comentara a Yuuji - al oír esto, el pelirrosa se acercó un poco más sin darse cuenta - Él era tan solo un cachorro, no quería preocuparlo. Además, si alguien más se enteraba que era mi destinado, hubiera corrido peligro, y jamás me hubiera perdonado si le hubiesen hecho daño por mi culpa.

Silenciosas lágrimas brotaron de los ojos del pelirrosa. Recordó que en repetidas ocasiones, su hermano intentaba convencerlo de que Satoru no lo había abandonado pero tanto él, como su omega interno, se sintieron rechazados. Así fue por casi un año hasta que Choso dejó de insistir.

Aromas del Destino: "Flores y Bosque"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora