Contrato

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- S-Satoru...

- Hola, Yuuji.

Después de 8 años se volvían a reencontrar. Ocho años en los que sus caminos se separaron, haciendo cada uno sus vidas, pero sin dejar de pensar el uno en el otro.

Yuuji aún no podía ponerse de pie, pues lo había tomado por sorpresa. Su Omega pedía gritos ir a los brazos de su Alfa, pero el cuerpo no le respondía.

Por un momento que parecía eterno no hubo palabras, solo eran ellos dos, disfrutando de la vista del otro. Yuuji no entendía cómo era posible que el albino fuera más hermoso de lo que recordaba. Las facciones, que antes eran de un adolescente, se tornaron maduras. Su cabello blanco, que a diferencia de la tarde gris en que lo conoció, hoy brillaba gracias a los rayos del sol, dándole un aura celestial. Era aún más alto que antes, pero la camisa que llevaba puesta evidenciaba una bien formada espalda y unos brazos ligeramente musculosos. Su voz también había madurado, se había hecho más profunda y masculina, tanto que al oírlo, hizo su cuerpo estremecer. Y sus hechizantes ojos celeste cielo, tenían el mismo brillo de aquella vez en que se despidió, y prometió regresar.

No, demasiado bello para ser verdad.

Yuuji sintió que volvía a tener control de su cuerpo, y cuando vio al albino acercarse, se puso de inmediato de pie.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - preguntó.

- Fui invitado - dijo el albino sin siquiera titubear.

Deja vú. Igual que hace 8 años.

- ¡Qué extraño! - dijo Yuuji con sorpresa fingida - Es curioso porque, hasta donde tengo entendido solo fueron invitados familiares y amigos muy cercanos a nuestra familia y a los Fushiguro.

- Soy amigo de la familia - dijo el albino ladeando su cabeza como si se tratase de un inocente cachorro. Era adorable, pero Yuuji no se permitió caer tan fácil.

- Deja de mentir - le dijo enfadado - No hay forma de que alguien te hubiera invitado.

Aparentemente, la desconfianza de Yuuji le resultaba divertida al recién llegado, quien luego de darle una sonrisa, procedió a sacar el celular de su bolsillo para mostrarle la invitación que había recibido por correo electrónico.

Los ojos de Yuuji casi salen de sus cuencas al comprobar que decía la verdad. En efecto, había recibido la invitación, pero no precisamente a su nombre, sino que iba dirigido "a la Familia Gojo".

- ¿Ves que no te miento? - dijo el albino sintiéndose victorioso.

- No lo entiendo - al pelirrosa le resultaba difícil creer que, teniendo en cuenta la aversión que se tenían, a Sukuna se le hubiera escapado de vista ese detalle. Además, también sabía de la rivalidad que existía entre la familia de Fushiguro y la de Satoru, lo que hacía imposible que éste último recibiera una invitación.

- Puede ser que... - se animó a decir el albino sacando de sus pensamientos al pelirrosa - No sé, quizá alguien me haya tomado en cuenta de antemano, y por eso me llegara la dichosa invitación.

- ¿Y a quién se le ocurriría hacer eso?

- A Choso.

No estaba suponiendo. Eso era una afirmación.

—————— UNOS MESES ATRÁS ——————

- ¡Choso-nii! ¡Ya llegué! ¡Traje pizza!... - al ver que no hubo respuesta, el recién llegado tomó aire y gritó - ¡¡¡Choso-nii!!!

- ¡Ya te oí, Satoru! - se oyó decir desde el fondo.

El albino se dirigió a la recámara de su amigo con su improvisado almuerzo. Grande fue su sorpresa al verlo preparando maletas a toda prisa. En cuanto el pelinegro notó su presencia se detuvo para dirigirse a él.

Aromas del Destino: "Flores y Bosque"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora