Aromas del Destino: "Flores y Bosque"

Aprobación

Habían transcurrido seis meses desde los últimos acontecimientos. La liberación del compromiso, el frustrado secvuestrø de Yuuji y el milagroso despertar de Choso. Sin duda, una semana en la que vivieron una montaña rusa de emociones pero que, por fin, había cesado y les otorgó una calma gratificante.

El doctor recomendó que tuvieran cuidado en darle las noticias a Choso de manera abrupta y que, de ser posible, solo les dieran las buenas y más fáciles de asimilar.

Fue entonces que Sukuna sugirió hacerle conocer a Choso la cancelación del contrato que comprometía a Yuuji con Megumi, así como el inicio de su relación con Satoru, su destinado. Por supuesto, omitiendo el proceso para después.

Aunque Choso insistió en conocer más detalles, Satoru fue más hábil y, con ayuda de Yuki, logró que el pelinegro concentrara su atención en otra cosa. Además, Yuuji se colocó nuevamente el collar de protección, esta vez para cubrir su marca, y así su hermano no se llevara una fuerte impresión.

Poco a poco, Onii-chan se fue recuperando hasta ser dado de alta. Volvió a casa, integrándose por completo a la familia. Ahí, llegó a enterarse de otra buena nueva.

Mientras cenaban, Sukuna se puso de pie y, golpeando su copa con una cucharilla, llamó la atención de sus hermanos y respectivas parejas.

— Ya que todos estamos reunidos, quiero aprovechar para darles una buena noticia... — tomó la mano de Uraume y lo invitó a ponerse de pie junto con él — De hecho, yo diría maravillosa.

Los presentes, salvo Yuuji, miraron con sorpresa sin poder intuir de que se trataba el asunto. En cambio el pelirrosa, quien había notado el cambio en las feromonas del Omega peliblanco, sabía muy bien de que se trataba, por lo que esperaba expectante la confirmación.

— Uraume y yo esperamos un bebé — al Alfa pelirrosa abrazó al Omega y acarició su pequeño vientre que apenas vislumbraba su crecimiento y sin poder contener más la emoción, exclamó — ¡Vamos a ser padres! ¡Tendremos un cachorro!

Yuuji soltó un grito de felicidad y se levantó de inmediato para abrazar a su hermano y su cuñado, seguido de Choso.

Todos estaban tan felices por la llegada de un nuevo Itadori, el mayor de la siguiente generación.

Uraume fue sumamente consentido, no solo por Sukuna, también por sus cuñados y las parejas de éstos. Yuuji se volvió mucho más pegado a él, pues poco a poco su instinto Omega se hacía relucir, naciendo la curiosidad de cómo sería tener un cachorro.

La conexión entre ambos Omegas fue tanta, que incluso Yuuji se volvió susceptible a las emociones de Uraume. Si el peliblanco estaba feliz, Yuuji lo estaba. Pero si Uraume estaba triste y lloraba, Yuuji lo imitaba.

Así fue como Yuki entró en acción ya que, al ser una beta, carecía de ese instinto y era más racional. Consolaba a ambos Omegas y, después de unos cuantos mimos, lograba calmarlos.

Choso inflaba el pecho de orgullo por lo capaz que era su pareja, mientras que Satoru no podía evitar sentirse incómodo por la situación, pues no le agradaba para nada ver a su amado Yuuji llorar de esa forma.

Una tarde que fue de visita, encontró a su dulce jazmín dormido, después de haber llorado a mares junto con Uraume. Quiso acostarse a su lado, pero Yuki lo llamó un momento para hablar con él. Salieron al jardín y, entonces, le explicó lo que probablemente le estaba ocurriendo a Yuuji.

Su Omega interior exigía una familia.

— ¿Quieres decir que Yuuji está deseando tener un cachorro? — preguntó Satoru sorprendido por la suposición de la rubia.