Acto IV. Mar Añil. Capitulo VII: La ascensión del relámpago.

16 1 1
                                    

Tras la derrota de las tropas imperiales en el reino de las olas a manos de la armada divina y las fuerzas de Alto Mare, el líder de la avanzada imperial, Kaled el rey rojo, termino como prisionero a manos de Umbra, siendo encerrado en el Espectrum el navío de la princesa Midna, quien estaba retornando a su hogar, después de haber llegado a un acuerdo con los guerreros divinos, los cuales, tras el intervenir de sir Talón, intercambiaron de manera forzosa la obtención de un bahamut por el trono de la nación del mar.

Sentados en el mismo calabozo, el guerrero polariano así como el rey de la zona desértica acabaron uno al lado del otro en celdas distintas, el silencio inundaba toda la zona junto a las luces de color verde, mientras el sonido de las olas y el viento podían escucharse en el interior del lugar.

Durante varios minutos, los dos guerreros se quedaron en absoluto silencio, uno se encontraba en medio de su meditación matutina, mientras que el otro parecía estar leyendo una especie de pergamino que guardaba en sus ropajes. El ambiente se encontraba en total tranquilidad, cuando de la nada Kaled, comenzó a realizar una serie de comentarios con el objetivo de entablar una conversación con el guerrero emplumado.

Kaled: Entonces... ¿Cómo es que el famoso rey de la ventisca termino en esta precaria situación? [Comento mientras tenia su mirada clavada en el pergamino que leía].

Sir Talón: .....

En silencio, sir Talón decidió no responder a aquellas palabras, así que continuo sumido en su meditación, pero, ante la negativa del guerrero emplumado, el cánido del desierto continuo con los comentarios...

Kaled: Jamás pensé que alguien como tu acabaría formando una alianza con los de Aquila, ni mucho menos con razas del continente del fuego... esos guerreros divinos si que debieron dejar una gran impresión.

Sir Talón: ... ¿Acaso eso tiene algo de malo? [Respondió en un tono pasivo mientras continuaba meditando].

Kaled: Nada, es solo que... teniendo en cuenta tu mentalidad, no me esperaba que terminarías en un calabozo como este. [Dijo de forma sarcástica]

Sir Talón: Curioso... yo pensaba lo mismo con respecto a ti, Kaled, también creí que terminarías enfrentándote a Amón, en vez de unirte a el. [Le devolvió el comentario en un tono similar].

Kaled: En mi caso... es algo mucho mas complejo de lo que aparenta.

Sir. Talón: .... ¿Qué quieres decir con eso, acaso le tienes miedo a Amón?

Kaled: No es por miedo, sino que ha sido por mera supervivencia.

Sir Talón: ¿Supervivencia?

Kaled: Pues veras, todo empezó hace mucho tiempo...

"En aquel entonces, nuestra nación aun no estaba completamente unificada, cada uno de los generales gobernaban una porción norte del continente, mientras que las regiones del sur, se encontraban todas bajo mi control, reinando la paz y prosperidad, ocasionando que nuestros dominios pudieran logran grandes avances".

"Hasta que un día, un joven y ambicioso Amón, se apareció en las puertas del palacio de la ciudad de Dhari junto a los generales Chacal, León y Cocodrilo, mientras era seguido por un gran numero de personas las cuales mostraban una inmensa admiración por el..."

Kaled: Entonces... Eres tu el portador de la piedra sagrada del rayo.

Amon: Así es Kaled, ante ti tienes al nuevo señor de los rayos y guardián del pilar de la tierra. [Comento lleno de orgullo].

Kaled: Pues, es un placer conocerle en persona... gran guardián de la tierra...

"En un principio creía que seria solo una simple visita, una para presentarse como el nuevo portador de la piedra sagrada, sin embargo, entre mas hablábamos, mas me di cuenta de que lo que realmente deseaba era algo mucho mas grande..."

La Era Olvidada y el imperio PrimigenioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora