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Capitulo 10

Kara POV

- ¿Que? - digo mirando a mis madres, las dos me han estado mirando fijamente desde que baje está mañana y siguen intercambiando miradas, se de que se trata, pero ninguna dice nada.

Cuando llegue a casa después de la escuela, mi madre y yo hablamos y dijo que podría darle un puesto de trabajo a Lena. Me sorprendió que no hiciera preguntas, ella simplemente estuvo de acuerdo. Fue un alivio, pero sabía que eso solo las mantendría a raya por un tiempo.

Ayer mamá Sam tuvo un largo turno de trabajo en el hospital, y está a punto de marcharse de nuevo en unos minutos. El tiempo no se detiene, y sabe que su oportunidad para hablar conmigo está pasando.

- Entonces, Kara, tú madre dice que tienes novia.

Ahí está.

- Sí - digo, terminando mi desayuno y llevando mi plato a la cocina.

De repente, mi madre me agarra del brazo y me empuja contra el mostrador, está jugando, pero me sorprende la fuerza que tiene para ser una mujer de 37 años un poco más baja que yo.

- Escúchame, Kara Danvers Arias. Nunca antes te he visto ni siquiera parpadear en la dirección de una chica, por lo que no puedes simplemente llamar y decir que tienes una novia sin darme detalles - me hinca un dedo en el estómago y eso me hace reir - Escupelo, pequeño camotito, o voy a sacar la artillería pesada

No puedo evitar reír ante el apodo que me dio cuando era una bebé. Levanta las manos y las pone en forma de garras como cuando me va a hacer cosquillas y me pongo sería. Si hay una cosa que sabe que odio, es que me hagan cosquillas, para algunas personas es divertido y disfrutan de la sensación, se ríen y piensan que es un juego. Yo no. Cuando me hacen cosquillas me enojo, y ella lo sabe.

- Mamá - le advierto y trato de apartarme

- Escupe - dice, levantando una ceja y retandome a ponerla a prueba.

Dejando escapar un suspiro, me rindo, se que es inútil luchar cuando se pone así, miro por encima de su cabeza a mamá Alex, que está apoyada en el mostrador, bebiendo su café y esperando, las dos están juntas en esto.

- Su nombre es Lena. Nosotras, eh, nos conocimos ayer, es irlandesa - veo sorpresa en su rostro, pero no me detiene - Es nueva en la escuela, pero ayer teníamos las mismas clases y la lleve a su casa.

- Oh - mamá deja caer sus manos, y se ve como si estuviera pensando en lo que le estoy diciendo - ¿Así que es tu novia? - su tono demuestra confusión, pero no presiona

- Mamá - pongo mis manos en sus brazos, y levanta la vista, nos miramos a los ojos - Es más que mi novia, se que suena loco, pero ustedes me contaron que en el instante que se miraron a los ojos en cuarto grado, supieron que estaban hechas una para la otra. Es así con Lena, solo hace falta que ella lo vea también.

- Pero, Kara....

- Confía en mí - digo interrumpiendo la - voy a traerla tan pronto como pueda convencerla, pero créeme, mamá, es la elegida.

Me mira a los ojos como si estuviera buscando algo, después de un momento parece encontrar lo que está buscando y me sonríe

- Siempre has marchado al compás de tu propio tambor, y se que haces las cosas a tu propio ritmo y manera, confío en ti.

Me da un beso en la mejilla mientras toma su bolso y le dice adiós a mamá Alex, ella me sonríe, toma su termo de café y se va a trabajar también. Me quedo ahí por un segundo, pensando en lo que les acabo de decir y en su reacción, sonrió mientras considero lo que podría haber pasado frente a lo que realmente sucedió, lo acepto, a pesar de conocerla por menos de un día, Lena significa más para mi de lo que podría haber creído posible, pero prefiero sentirme obsesivamente consumida antes que no sentir nada en absoluto.

Anoche me quedé despierta hasta tarde, acostada en la cama y recordando todo el día en mi mente, pensando en todos sus movimientos, cada vez que la tocaba, y me dolía por querer verla de nuevo. Tomo mi bolsa, salgo a la calle y me subo a mi Jeep, me dirijo hacia la casa de Lena. Salí temprano pensando que tal vez podría entrar y conocer a sus padres o algo así, para que sepan que no anda con una loca y que yo voy a cuidar de ella. También me gustaría que me conozcan porque va a pasar mucho tiempo conmigo, justo antes de llegar a su casa,veo que ya está caminando por la banqueta, al verla en el frío, la ira destella a través de mi, me acerco, detengo el auto y salgo.

- Hola - digo dando un lado hacia ella, me mira sobresaltada, como si estuviera sorprendida de verme - ¿Intentabas deshacerte de mi?

- No, solo pensé que tal vez lo habrías olvidado - mira hacia el suelo y me paro delante de ella, pongo mi mano bajo su barbilla

- Nunca te olvidaría, Lena, jamás, aunque quisiera, no podría - veo como se cristalizan sus ojos y la atraigo a mis brazos - ¿Estás bien, cariño? - asiente contra mi, pero no puedo evitar pensar que algo está mal - Oye déjame llevarte al Jeep para que entres en calor, apuesto que no desayunaste, ¿Verdad?

Tomo su mano y abro la puerta, ayudándola para que entre, se acomoda en el asiento y pongo una bolsa en su regazo, todavía está caliente.

- Mi mamá hace las mejores magdalenas de chocolate, pensé que querrías probar una, o tres.

Le guiño el ojo y su rostro se ilumina mirando hacia la bolsa, cierro la puerta y camino a mi lado del conductor, al momento que entro el olor del chocolate caliente llena la cabina.

- Esto ha mejorado mi día - dice ella, y da un mordisco.

La miro y ver cómo la luz regresa a sus ojos mientras me sonríe hace que todo mi año mejore. Tiene una mancha de chocolate a un lado de sus labios y no puedo soportarlo más. Inclinandome hacia delante, pongo mi mano en el lado de la cara y cubrí si mejilla, se ve un poco sorprendida pero no asustada.

- Te voy a besar, Lena Luthor, porque eres la chica más dulce y más hermosa que he conocido, y si no lo hago tal vez podría morir, pero una vez que lo haga, vas a ser solo para mí.

Se lame sus labios y mira los míos, cuando sus ojos verdes brillante parpadean, solo hay deseo en ellos, pongo mi boca suavemente sobre la suya, siento la seda de sus labios contra los míos, son llenos y dulces, cuando abre su boca deslizó mi lengua dentro, sabe a menta y chocolate y quiero comerla. Pero este es solo nuestro primer beso, el primero de muchos, y mi objetivo es ir lento con ella. No es suficiente ni de cerca, pero me retiro un poco, apoyando mi frente contra la suya y respirando su aroma, huele a navidad y hogar, todo en uno, la emoción, la comodidad, y una abrumadora sensación de estar en lo correcto se sienten en mi pecho, la he estado esperando el toda la vida, y ahora está aquí, frente a mi.