Lena
El sonido de un armario abriéndose me despierta antes de que suene mi alarma. Rodando de costado, veo que todavía tengo 30 minutos antes de que me tenga que levantar. Pongo mi alarma un poco antes de lo que debería porque estoy muy nerviosa por mi primer día de clases. Voy a una escuela nueva y no tengo idea de cómo va a ser. Nunca sabes lo que te vas a encontrar. La mayoría del tiempo puedo hacerme invisible y perderme entre la mitad de los estudiantes. Normalmente nadie me ve, pero no siempre funciona. Ya debería estar acostumbrada a cambiar de escuela. Creo que es la cuarta vez que me he mudado en los últimos dos años desde que salimos de Irlanda. Solo espero que está sea la última. Solo unos meses me separan de la graduación, y solo unos días de mi decimoctavo cumpleaños, seré capaz de tomar mis propias decisiones y entonces podré huir de este lugar.
Un sonido de algo rompiéndose en la cocina seguida por una hilada de insultos hace que contenga mi respiración. Espero que no me llame. Los lunes por la mañana son los peores. Papá siempre viene de un fin de semana de borrachera, porque el alcohol parece ser la razón de vivir de mi padre. No siempre fue así, pero lo es ahora. Respirando profundamente para calmar mis nervios, me siento lentamente y escucho sus movimientos. Las cosas se han estado poniendo inestables últimamente, y solo se está poniendo peor. Papá solia ser capaz de ahogar sus penas en el fondo de una botella y pretender que yo no existía, pero recientemente su enfado ha comenzado a crecer y a dirigirse hacia mi. Constantemente estoy andando con pies de plomo, esperando que suceda lo inevitable. No se que es. Quizá es la mirada en sus ojos, pero puedo verlo. Puedo sentirlo dentro de mi, como que está esperando a que haga algo mal para poder golpearme. Pero siempre me aseguro que no haya ninguna razón. Soy como un conejo asustadizo en mi propia casa. Cuando finalmente escucho que la puerta delantera se cierra, mis músculos se relajan, y una tensión demaciado familiar dentro de mi se va.
Salgo de la cama y me preparo para la escuela. Voy con unos jeans y una blusa de manga larga, una camiseta y encima un abrigo y mis botas. Todo mi conjunto es suave y caliente y ayudarán con el frío camino de kilómetro y medio hasta la escuela. Es principios de enero, y el invierno en Nueva York está en pleno apogeo. Cusntas más capas me pueda poner, mejor, mirando el espejo, hago la raya de mi cabello un poco a un lado para que caiga más hacia la derecha, antes de poner un pequeño clip que loa tenga en su sitio. Me aseguro que la cicatriz debajo de mi oreja este lo más oculta posible, después me miro, volviendo a comprobar dos veces todo. La cicatriz es todo lo que siempre veo cuando me miro al espejo. Es un recordatorio amargo del día que mi mundo cambio. Mi madre pudo haber muerto en el auto, pero se llevó a mi padre con ella a la tumba, nada ha sido lo mismo desde ese día. Ahora cuando me miro al espejo, la cicatriz no es la primera cosa que veo. Veo a mi madre. Cua del está a desempacando las cajas anoche saque un álbum de fotografías de mis padres cuando eran jóvenes, me veo justo como ella a mi edad. Desde el cabello negro, mis ojos verdes, mi nariz respingada. Casi nos vemos cómo gemelas en las fotografías donde tenemos la misma edad. Alargando la mano, tocó el espejo, deseando que fuera mi madre, pero todos los deseos del mundo no pueden volver el tiempo atrás. Pase el primer año después de que murio deseando tantas cosas, desear no te lleva a ningún lado.
Limpio una lágrima que se me ha escapado de alguna manera. Echo de menos cuandl me miraba al espejo y solo veía la cicatriz, era más fácil lidiar con eso. Tomando mi mochila, me dirijo escaleras abajo sabiendo que lío que mi padre hizo toda la estaría allí, desde que mi madre murió como que he tomado su lugar en lo que a tareas de la casa se refiere. Me aseguro que todo esté limpio, que se haga la lavandería, y que la cena esté en la mesa antes de que mi padre llegué a casa de cualquiera que sea el trabajo que hace. Normalmente es algo de seguridad dado que perdió su licencia después de tantas veces conduciendo borracho. No se cómo puede beber toda la noche y todavía levantarse para ir a trabajar, pero lo hace. Acabo de limpiar la taza de café rota del suelo y me aseguro que todo lo demás está en su lugar. Saco un paquete de hamburguesas del congelador y las dejo sobre la barra para que se descongelen. Haré algo con ello cuando llegue a casa, abrigandome lo mejor que puedo, rezo para que el tiempo no sea demaciado malo cuando por fin la escuela termine. Necesito encontrar un trabajo para los fines de semana, quizás pueda llenar la mayoría de solicitudes por internet durante la hora de la comida en la biblioteca de la escuela. He visto pequeñas tiendas en la ciudad que están camino a la escuela. Probaré solicitar un trabajo de camino a casa, será la mejor opción estando tan cerca, quizá tenga suerte e incluso pueda trabajar unas pocas horas después de la escuela, llegando a casa antes que papá.
Papá nunca querrá que trabaje durante la semana si significa que la cena no esté sobre la mesa, pero los fines de semana están bien para el. He estado reservando cada peso que puedo y guardándolo, siento como que el tiempo se me acaba y necesito tanto dinero como pueda para intentar conseguir un lugar para mí. Quiero ser capaz de pagar la universidad el año que viene y poner un techo sobre mi cabeza, tengo que salir de aquí. No puedo ver a mi padre suicidarse, ya vi a mi madre morir y vivirlo otra vez. No.
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PROTECTIVE
De TodoLa vida de Lena Luthor en su casa es un infierno secreto que no quiere compartir con nadie, y está tratando de encontrar una salida. pero todo cambia cuando Kara Danvers le dice hola en su primer día de escuela. Kara gip Esta historia no es mia, es...