Complicaciones.

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Y ahí se encontraban ambos jóvenes en una comisaría en la ciudad de Londres.

Esa noche debió terminar con la buena acción del día, dejando al borracho intacto en su casa, aunque todo cambió al momento de entrar al edificio. Todos allí quedaron impactados al ver a dos jóvenes desconocidos llevar en brazos al huésped más prestigioso e intocable de todo Londres. Uno de los recepcionistas los vio, se notó asustado por lo que de inmediato mando a llamar a los policías de ambos lados de las entradas del lugar y lo que comenzó con un interrogatorio terminó convirtiéndose en una disputa.

Uno de los oficiales fue brusco al dirigirse a ellos, pues Aiden trató de calmar el ambiente aún con Alai en sus brazos, quien ya se encontraba en el país de los sueños, se le dificultó. El único que podía testificar no estaba en condiciones de hacerlo y el chico intentó por todos los medios explicar la situación. A pesar de sus esfuerzos, fue empujado lejos de Alai por el mismo oficial de policía.

Flashback.

—¡Ey! No lo vuelvas a empujar —la chica puso a su hermano detrás de ella.

Las cosas estaban saliendo muy mal. El rubio estaba extrañamente calmado sin despegar sus ojos críticos del oficial de policía y del borracho.

—Señorita, cálmese o la tendré que arrestar —la advertencia hizo que ella sonriera con sorna.

—¿Arrestarme? Ayudamos a ese hombre por lo intoxicado que estaba en alcohol, ¿y cómo termina todo esto? Con abuso de autoridad.

—Ya —rasco la nuca antes de pedirle a ambos jóvenes que se retiraran del lugar. Al fin de cuentas, sabían que no solo intentaban ayudar. Solo él comprendió el asunto. Su compañero, sin embargo, se mostró disconforme en cuanto dejó al hombre en un sofá individual.

—No se van a ir hasta que revisemos sus pertenencias. Detenganse los dos y tú, dame tu bolso. Te irás en cuanto vea que no llevas nada que no te corresponde —no obtuvo respuesta por parte de ella.

Lo ignoró y siguió su camino junto con el rubio a su lado, quien ahora se encontraba en un dilema entre la situación que se presentaba cargada de tensión.

Y todo empeoró a partir de ese momento. El oficial la agarró con fuerza del brazo, haciéndola gritar de dolor al intentar liberarse. Cayó al suelo, sin poder evitar el golpe.

Aiden se acercó a ella para intentar darle una mano, sin embargo la misma fue apartada con fuerza y el se enojo por ello.

—¿Eres retrasado? —lo empujó—. Te dije que te apartaras.

No era la primera vez que esa palabra salía de la boca de alguien. Esa palabra, "retrasado", le resonaba en la cabeza, como un eco de otras veces, de otras personas.

Aquello lo había afectado y se alejó rascando su nuca.

—Victor, eres la autoridad, controla el temperamento, hombre. Son niños —los susurros se intensificaron a su alrededor. No era el único incómodo con la situación.

Júpiter supo al ver a Aiden que sí había sido herido. La rabia y la preocupación se apoderaron de ella, y sin pensarlo dos veces, se levantó del suelo y se dirigió directamente hacia el oficial. Con un golpe certero en la parte baja del oficial, logró tomarlo por sorpresa y hacerlo caer al suelo, incapaz de contener el dolor. La situación se volvió aún más tensa mientras las miradas de los presentes se fijaban en la chica totalmente en estado de shock.

Fin del flashback.

Se imaginó un montón de escenarios negativos donde su madre la castigaba hasta el día de su muerte o la enviaba con su tía Bárbara a Alaska. Pensamientos que iban y venían, uno tras otro sin parar, mientras eran escoltados dentro de la comisaría y al llegar, Aiden se topó con un gato arriba del mostrador, cómodamente sentado en sus cuatro patas, curioso a su alrededor. Al verlo, no se pudo resistir y se acercó a acariciarlo.

Lluvia de estrellas en verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora