𝗮𝗺𝗼𝘂𝗿 𝗱'𝗮𝘂𝘁𝗼𝗺𝗻𝗲 𓏲๋࣭࣪˖ hoonki

𝟎𝟏

Es seguro decir que Riki no está impresionado con el estado de Francia al momento. Él vio ésto venir, él y todos en el país, pero no hace que sea más fácil de soportar.

La guerra no es es ideal, por supuesto, pero esta vez esta tan cerca de casa, literalmente fuera de sus puertas, y es en realidad molesto, cuando no es completamente terrorífico.

Todos están bastante cansados sobre toda la cosa de la guerra, especialmente después de la primera guerra mundial.

Sin embargo, está pasando.

Riki puede ver a los soldados vagando por las calles de su pequeña hermosa cuidad desde la ventana de su apartamento, los puede oír hablando y reír fuerte.

Son estadounidenses, los únicos infestando su cuidad.

Hablan su feo inglés, con vocales duras y palabras planas y se ríen como idiotas, todos ellos, a toda hora de la noche cuando Riki está tratando de dormir.

Ellos han tomado completamente todo el pub donde Riki trabaja, molestando a los cocineros con todas sus demandas y dejando a Riki exhausto e irritable después de una larga noche corriendo alrededor sirviéndoles.

Riki se asoma a través de la puerta de la cocina tan pronto Jung pasa por ella, inspeccionando la sala rápidamente mientras el ata su delantal alrededor de su cintura.

Jung lo golpea con su cadera y rodea sus ojos, acercándose al oído de Riki.

— Mesa once. —ÉI murmura, dando palmaditas en el hombro de Riki. — Estoy preparando bebidas para ellos desde que vinieron. Con cuidado, ¿Sí?

Riki suspira y asiente, alisando su delantal y asegurándose que su pelo este fuera de su cara, la forma en que a él le gusta.

Tiene suerte de que el bartender es su mejor amigo, y que él siempre se asegura de avisar a Riki cuando cree que un grupo va a darle problemas.

Riki es a lo que los estadounidenses Ilaman un hada, él es delgado y curvilíneo y visiblemente raro.

A Riki no le importa la manera en que se ve, lo encuentra bastante a su favor a veces, pero con grupos grandes de terriblemente fuertes y temibles soldados estadounidenses, bueno, las cosas se pueden poner un poco espantosas.

Él pone su bloc de notas en el bolsillo de su delantal y se anima un poco, cuadrando sus hombros y empujando a través de la puerta hacia el comedor con confianza.

Está ruidoso, mucho más ruidoso de lo que debería estar, porque los estadounidenses son animales y hace que la sangre francesa de Riki hierva.

— Bonjour —Saluda, esperando con su cadera amartillada hasta que gane la atención de la mesa. — Buenas tardes. ¿Puedo ayudarles?

Uno de los soldados en el borde extremo de la mesa, un hombre grande de pelo corto y ojos grises vacíos, lo mira bastante obviamente.

Riki resiste la urgencia de rodar sus ojos cuando el hombre se ríe, empujando al soldado al lado de él.

— Nuestra pequeña hada esta de vuelta —el soldado se burla, sonriendo con inquietud en dirección a Riki. — Pensamos que te habíamos asustado anoche, pero regresas por más, ¿eh? —Él dice sugestivamente. El resto de los hombres ríen estridentemente, excepto por uno atrás en la punta de la mesa.

Riki no les presta atención.

— Je veux que tu étais mort (Ojalá estuvieras muerto) —Riki tararea dulcemente, golpeando su lapicera contra su bloc de notas. — ¿Quieren ordenar ahora, o debería volver después?

— ¿Estas preguntándome para volver? —El soldado bromea, golpeando la mesa de nuevo.

Las cabezas se vuelven hacia ellos a lo largo del bar y Riki rodea sus ojos, tirando su bloc de notas de vuelta a su bolsillo y gira sobre sus talones, volviendo a la cocina.