𝗮𝗺𝗼𝘂𝗿 𝗱'𝗮𝘂𝘁𝗼𝗺𝗻𝗲 𓏲๋࣭࣪˖ hoonki

𝟎𝟐

Riki no trabaja al día siguiente o al día siguiente. En su mayor parte solo yace en su apartamento durante su tiempo libre, leyendo todos los libros que nunca tiene tiempo para leer y tocando todos sus discos favoritos.

Él ama mucho su pequeño apartamento. Tiene un pequeño y hermoso balcón en la sala de estar
principal que da a la ciudad, y hace demasiado frío en esta época del año, pero a Riki le gusta comer su desayuno en el pintoresco juego de mimbre que obtuvo de su nana.

Si no está muy frío, se acurrucará en el pequeño sofá al aire libre después del desayuno con una manta y un libro, o volverá adentro para encender el disco de Edith Piaf que su madre le regaló el año pasado y hacer un poco de té.

Solo tiene 21 años, pero en el París de 1940, no tiene nada que mostrar. Él nunca terminó la escuela, prefiriendo quedarse en casa y ayudar a cuidar a sus a hermanos.

En su mayoría han crecido ahora, o al menos han crecido lo suficiente como para no necesitar más su ayuda, y finalmente ha podido conseguir su propio lugar y comenzar a tratar de construir una vida para sí mismo.

Ha estado trabajando en el pub ahora por más de un año. Es el mejor trabajo que pudo encontrar para pagar las cuentas, incluso si es una mierda.

Siempre ha deseado trabajar con niños, o tal vez ser un actor. Él tiene estos sueños, a veces, a altas horas de la noche.

Grandes sueños, fantásticos. Él quiere tanto fuera del mundo, pero el mundo no parece dispuesto a darle nada en su estado actual.

A pesar de todo, dos días de descanso significan un doble turno en el bar, lo que significa que está allí tanto para la hora del almuerzo como para la cena, lo que significa que tiene muchas oportunidades de ser acosado por groseros soldados estadounidenses.

Solo espera que el dulce soldado con los bonitos ojos esté allí; él siempre hace que el cambio de Riki sea un poco más llevadero.

— Salut (Hola) —llama a Jung, empujando a través de la puerta del pub y más allá de la barra. — ¿Estás aquí toda la noche?

— Desafortunadamente —Jung sonríe miserablemente, pasando su trapo sobre la barra. — ¿Y tú?

— Toda la noche, amor —le guiña un ojo a Riki y le da un beso en el hombro mientras se dirige a la cocina.

El pub está casi vacío, razón por la cual está actuando tan libre; no se atrevería a ser tan extravagante y ruidoso si estuviera en una habitación llena de americanos sucios.

Empuja la puerta de la cocina y cuelga su bolsa en su gancho, agarrando su delantal y atándolo alrededor de su cintura.

El es el único camarero que está de nuevo hoy, se da cuenta, mientras observa a los otros empacar y escapar hacia la puerta del callejón.

Se aparta el cabello de la cara y suspira, agarrando su bloc de notas y su bolígrafo, colocándolos en el bolsillo de su delantal. Va a ser una jodida noche, está seguro de eso.

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La noche no empieza a ser interesante hasta que Riki ya ha estado trabajando durante seis horas.

Casi todas las mesas del pub están llenas, aunque no están tan ocupadas como suele ser.

Está inundado, por supuesto, pero esta noche las cabinas no se desbordan como lo hacen la mayoría de las noches.

También está relativamente silencioso, lo que probablemente significa que algo sucedió con la guerra de hoy.

No le gusta mantenerse al día con las noticias. No es porque no le importe, es porque le importa demasiado.