Lo siento

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Jimin se encontraba en la sala de la casa Kim arreglando su cabello frente a un espejo en la pared beige. Él sabía que se veía espectacular como siempre, que sus pequeños pendientes dorados se veían hermosos en sus orejas, que su collar con la inicial de su novio estaba correctamente puesto, que su camisa blanca estaba impecable y sus bermudas beige le quedaban increíble. Pero la acción de peinar y peinar sus rubios cabellos de cierta manera lo calmaba.

Y no lo iba a negar, se sentía intranquilo, no sabía cómo resultarían las cosas y ya de por si el simple hecho de no saber lo hacía sentirse tenso. De todas maneras estaba seguro que lo haría bien, pero el problema no era él, nunca lo era, el problema era Min Yoongi y su genio de mierda.

Hoy sería su primera clase y estaba dispuesto a llevar la fiesta en paz en las 2 horas que estaría con Yoongi... Solos... En una habitación de una casa completamente vacía.

— ¿Qué mierda pensé al beber en la escuela y golpear a ese imbécil? Dios mío, Park Jimin, mira lo que ocasionaste solo por-

La voz de una mujer gritando lo asustó, interrumpiendo su auto-regaño frente al espejo.

— ¡MÁS TE VALE COMPORTARTE MIN YOONGI! — ah, era la madre de Yoongi.

Jimin sonrió al pensar en ella.

Kim Jihyo era una mujer muy radiante y actualizada. Con decir que tenía sus redes sociales llenas de contenido apoyando a la comunidad, el pro-aborto y recetas de comida como una esposa perfecta. Realmente Yoongi tenía una espectacular madre, pero cuando sacaba a la mujer de sus casillas, ella era realmente... aterradora.

Peor aún si era un sábado.

Unos pasos se escucharon provocando que Jimin diera media vuelta y mirara hacía las escaleras paciente. Jihyo apareció con una sonrisa angelical en estas y se acercó a él una vez llegó al primer piso de la casa.

— Hola, corazón — ella se acercó y abrazó a Jimin como si hace unos instantes no hubiera reventado de ira con su primogénito — ya puedes pasar a la habitación de Yoonie.

— Diviértase en la presentación de Hanni — el rubio sonrió.

Jihyo caminó hacía la entrada acomodando su cartera.

— Gracias, cariño — abrió la puerta, pero antes de salir se detuvo de golpe pareciendo haber recordado algo — oh, cierto, dile a tu madre que el domingo tendremos una parrillada y por favor — volvió a acercarse al menor apurada — no dudes en llamar a emergencias si Yoongi saca un encendedor.

Jimin asintió con una sonrisa amortiguadora tratando de que la mujer no se preocupe de más.

— Listo, ahora si me voy, de lo contrario Hanni volverá a pedirle a su hermano el encendedor ¿Qué clase de hijos me han tocado? — preguntó estresada dirigiéndose a la salida y cerrar la puerta tras ella.

Jimin soltó una suave risa ante la conducta de la mujer y decidió esperar unos segundos en la sala sereno antes de enfrentar la situación por la que realmente estaba ahí. Suspiró y cuando se sintió listo, se dirigió hacía las escaleras con su mochila.

Los Park y los Kim eran vecinos desde hace muchos años, técnicamente Yoongi, Jimin y Taehyung se conocían desde su primer año y era casi una tradición que sus familias hicieran parrilladas o eventos como si fueran una misma.

Lo más lógico fue pensar que ellos terminarían siendo mejores amigos o algo así ya que vivian uno al frente del otro. Pero cuando Yoongi enterró el muñeco Pocoyo de Jimin en el jardín de Jihyo, el camino de su relación se desvió hacia la rivalidad y enemistad.

FANCY BOY || YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora