Abel
La mire detenidamente.
—Desvistete por completo — le ordené
Sus ojos brillaron. Se levantó el vestido por la cabeza, dejando al descubierto su ropa interior de encaje rojo a juego. Se desabrocho el sujetador, sus pechos perfectos llamaron mi atención, luego se quitó las bragas.
—Arrodillate — le pedí y ella se arrodilló ante mí. —Dime, ¿Donde ha estado esa boquita? — me burle de ella, meti mi pulgar en su boca. Ella aceptó mi dedo —Chúpalo, niña traviesa — le dije —¿Cuánto crees que pueda caber en tu boca? — pregunté, sabiendo que ella lucharía por meter toda mi polla en su garganta.
—Mucho más — respondió.
Trabajé con el pulgar hacia adentro y hacia afuera, hasta que se convirtió en una tortuga excesiva para ella, incluso para mí.
—Desabrocha mi pantalón y saca mi polla. Chúpalo, muestrame lo hambrienta que estás y te recompensaré con mi semen en la garganta — le dije.
Sus ojos se iluminaron y sus manos se pusieron manos a la obra. Mi polla estaba dura y esperando su cálida boca. Luego de unos segundos lamió mi punta, su lengua rodeó mi cabeza antes de deslizarse hacia abajo, llegó a la mitad, pero no dejé que llegara hasta al fondo, sino que me apresure y me lancé hacia adelante, disfrute de la forma en que ella hacía arcadas a mi alrededor.
Mis dedos se envolvieron alrededor de su cabello para calmarla.
—Relájate — comente, salí y luego deslice hacia adentro.
Esta vez, superó su reflejo nauseoso, y ella me tomó entero. Tal como lo imaginaba: Como en el cielo.
Mis ojos permanecieron fijos en su rostro. Comencé a follarle la boca en velocidad violenta, el sonido de sus gemidos tarareando alrededor de mi polla fue excitante. Agarré la parte de atrás de su cabeza y tiré de su cabello, forzando sus ojos a los míos.
—Mirame — gruñí mientras ponía fuerza en su boca —Hermoso — comente y mis bolas se tensaron.
No quería nada más que salir y correrme sobre sus perfectas tetas, pero le prometí una recompensa, y ciertamente se la ganó.
Mi polla se expandió liberando el semen acumulado en su garganta. Luego acaricie su mejilla con mis dedos mientras sacaba mi polla de su boca.
—¿Qué quieres de mí esta noche? ¿Necesitas dar o recibir? — le pregunte siendo amable esta vez con ella.
Me encantó la forma en que contemplo mi pregunta. Ninguna respuesta era incorrecta. Tomaría todo lo que ella estuviera dispuesta a ofrecer y le daría todo lo que pudiera tomar, y más.
—Quiero recibir — respondió.
-Fantástico- dije mentalmente.
—Ve a la cama y pon los brazos abiertos — le ordené, ella hizo lo que le dije, le amarre las muñecas para que no me detuviera por lo que le tenía reservado. Agarré el esparcidor de la pared y se lo coloqué en los pies. —Casa vez que intentes moverte, te estirará más – le informé. Agarre un látigo, anticipandome al cambio de color de la piel mientras la atormentaba. —Eres absolutamente impresionante. Esta noche, voy a marcar esta hermosa piel. ¿Quieres eso? — le pregunté.
—Si — afirmó con un tono ansioso.
La forma en que ella me obedecía hizo que me endureciera de nuevo. Caminé alrededor de la cama y acaricie el látigo por el centro de su pecho hasta su vientre.
El rápido azote la hizo arquearse fuera de la cama. Antes de que pudiera recuperarse, la azote de nuevo justo por encima de su hueso pélvico
—¿Que quiere mi niña traviesa? — pregunté.
—Quiero que me toques — exclamó excitada.
En ese momento le palmeé el coño cinco veces, fuerte y rápido, ella gimió del dolor y placer, luego llevé mi boca a su clítoris, lamí y chupé, calmando donde acababa de infligir dolor.
Su sabor era tan divino que debería ser ilegal. Mordí y seguí chupando su coño hasta quedar al borde del abismo, luego me aparte saboreando su gemido al negarle lo que necesita tan desesperadamente.
Después me quité la ropa. Me subí a la cama, tomé sus piernas y las levanté, enganchando el esparcidor a una cadena colgante. Me coloqué justo en su abertura y me deslice dentro de ella. Sus ojos se cerraron, puse mi mano a un lado de su trasero y la azote.
—Abre tus ojos, hermosa.— ella había despertado a la bestia dentro de mí.
No podía detenerme mientras la embestia una y otra vez. Sabia el momento exacto en que su orgasmo se apoderaba de ella y eso ocurrió exactamente, se agarro con tanta fuerza a mi alrededor que perdí mi propia batalla.
Rápidamente saqué mi polla de ella para masturbarme, para ver cómo mi semen pintaba su vientre y sus tetas. Ambos respiramos con dificultad.
Luciana parecía apunto de desmayarse. Rápidamente libere sus manos y piernas y la tome en mis brazos.
—Respira con tranquilidad — le susurré.
—Nunca imaginé — dijo haciendo una pausa, buscando las palabras adecuadas —Nunca imaginé que sería así. Tan intenso. Tan increíble.— añadió.
Me reí entre dientes.
—Esto es solo el comienzo, mi niña — le dije, dejando un beso en su cabello, luego la recosté sobre la cama y comencé a besar su cuello. —Puedo comerte cada parte de ti — le dije bajando a sus pezones donde los chupe. Su cabeza cayó hacia atrás excitada —¿Quieres sentir más placer? — le pregunté imaginándome mi próxima jugada.
—Si, necesito más de ti — expresó ella en un jadeo.
Sonreí ante su respuesta, ahora podía seguir jugando con mi juguete. Me alejé de ella para tomar las cosas que iba a necesitar para la próxima ronda de placer.
♡♡♡
Muy cortito ♡
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Ardiente Deseo
RomanceSu amor es prohibido, pero la pasión que sienten es difícil de ocultar Sin embargo, ambos no pueden seguir fingiendo, desatando asi: un ardiente Deceo. Pero, ¿ qué pasará cuando todo salga a la luz? Esta historia es de @Evelyn Romero. Pueden encontr...