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Ya era de mañana, el sol estaba brillante en el cielo, los pájaros cantaban y el ambiente se sentía cálido,y el la almohada grande debajo de el también.

Pero no se sentía como una almohada, esto era más duro y bajo su oreja se escuchaba un latido, así que confundido levantó la cabeza aún con los ojos cerrados miro hacia el lugar donde se escuchaba aquel sonido,le parecía extraño que una almohada tuviera latidos.

Así que abrió los ojos y miró donde venía el sonido, encontrándose con el pecho de alan, se quedó helado ante esto y se detuvo a analizar lo que pasaba.

Estaba dormido sobre su cuerpo de alan, literalmente, y tenía que quitarse de ahí mientras el mayor dormía.

Pero su plan su fue el caño cuando este empezó a despertar y al sentir su peso encima de el empezó a palpar con sus manos para saber que era.

Tocó su espalda, muslos, brazos, incluso su trasero, y confundido  lo vio despertar para verlo sobre su pecho.

No se sorprendió, solamente abrazo su cintura y lo apego más a su cuerpo, ubicando su cabeza entre la curva de su cuello.

—um phi Sailub tenemos que levantarnos para ir de desayunar recuerdas.—dijo tratando de no hacer algo de lo que se arrepentiría después.

—unos minutos más, estoy muy comodo además estas muy tibio.—se abrazo más a el acurrucandolo en sus brazos.

—um esta bien, vamos a dormir un poco más.

No todos los días tenía la oportunidad de despertar encima de tu amor platónico y que este no se sienta incómodo contigo sobre su cuerpo y en cambio te acerque más a su cuerpo porque está cómodo.

Decidió no pensar mucho y acomodarse también así que tomó más las sábanas y se cubrió hasta los hombros y subió el aire acondicionado al 17 para estar más cómodos.

Unas horas más tarde a todos los demás se les hizo raro que ambos no bajaron a desayunar y casi era hora del almuerzo y no daban ni señales de vida, así que subieron a ver porque tardaban y se encontraron con una escena muy bonita.

Ambos estaban acostádos de lado haciendo la posición de la cucharita, era obvio que sailub era la cuchara grande pero Pon casi ni se veia entre sus brazos.

Así que en silencio decidieron dejarlos dormir y bajar a preparar el almuerzo, ya más tarde tarde los molestarían.

Beautiful Disaster - Sailubpon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora