- DONDE PERSEPHONE JACKSON HA decidido seguir su camino lejos de los dioses después de que estos la desterraran.
- O DONDE LAS MOIRAS SIGUEN jugando con el destino de su semidiosa favorita, cambiando por completo su futuro.
"No estoy dispuesta ni pr...
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DESPUÉS DE TODO EL DRAMA Y LAS MALAS NOTICIAS, DUMBLEDORE nos mandó a dormir. La verdad, se me hicieron muy largas las presentaciones, ¿soy la única a la que le pasó? Creo que no. Aunque vamos a ser sinceros, no me enteré de la mayor parte de ellas. Respecto a la presentación de Harry... fue interesante, pero me asusta como puedan reaccionar a nuestras malas noticias, que por cierto, que casualidad, las daré yo, ya que seré la última en presentarme.
En la Sala de Menesteres nos sentamos todos, hablando sobre lo que podría pasar mañana y, lo más importante, quienes se presentarán.
Los primeros en presentarse iban a ser Teddy, Victoire, Nymphadora, Dominique y Louis por la mañana. Por la tarde seguiríamos con los Scamander—Lovegoog, los Nott—Greengrass, los Zabini—Parkinson y los Malfoy—Greengrass.
Cassie estaba súper nervioso, por ese, decidí acercarme a ella.
— Hey, hola, Cassie — me senté a su lado —. ¿Estás bien?
—Mi padre es muy distinto aquí, no sé cómo reaccionará al saber que voy a Gryffindor — respondió con lágrimas en los ojos —. Mi padre... mi padre es mi héroe. Sé que aquí está muy cambiado y temo que mi opinión cambie.
— Hey, hey, hey — la interrumpí, abrazándola mientras empezaba a llorar sobre mi hombro. Antes de que nadie se diera cuenta decidí llevarla hacia el salón, para estar alejadas de los demás y, que así, ella pudiera desahogarse —. Aquí todos son muy diferentes a como nosotros los conocemos, no te lo niego. Pero reaccionarán así con Teddy, con Nym, con Vic,... con Albus, y con muchos más. Nuestra generación es muy diferente a como la suya es. Pero tendrán que aceptarlo, porque nosotros somos quienes somos y ellos mismos son los que nos han enseñado siempre a no avergonzarnos nunca por serlo. No vamos a empezar ahora. Tu padre solo necesita un empujoncito aquí, estoy segura de que tú puedes dárselo — le guiñé un ojo.
— Gracias — me dijo mientras se limpiaba las lágrimas rápidamente y Teddy entraba en la habitación. Esa habilidad la tenían muchos Malfoy, por no decir todos. Podían pasar de estar llorando lo suficiente para llenar mares enteros a tener la cara de felicidad falsa más creíble que te puede encontrar, y si ellos no querían, tú nunca notarías que habían soltado ni una sola lágrima.
— Chicas, hora de irse a la cama — avisó Teddy y nosotras hicimos caso a sus palabras y nos fuimos casa una a su dormitorio.
