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Caminaba por el aeropuerto de Cancún tratando de encontrar mi salida, sabía que un coche por parte de la producción me esperaría a mí y a otro compañero, para llevarnos al conjunto de departamentos en los cuales todo el cast vivirá estos meses, ya que ninguno es originario de Cancún, y a todos nos están pagando el hospedaje. Leí el grande cartel que decía "puerta tres" y salí corriendo, un señor con un pequeño letrero que decía "Marina Garcia" estaba parado justo en la puerta.

- Hola buen día, soy Marina - le dije al señor
- Señorita García! Si quiere suba a la camioneta mientras esperamos al otro chico.

Dijo el señor y yo subí a la pequeña van. Dentro habían botellas de agua, inmediatamente tomé una, moría de calor.

Minutos después un joven castaño subió a la van, me miro a los ojos y me sonrió, - Tu debes ser Marina, soy Diego, un gusto- dijo cerrando la puerta del auto, y sentándose a mi lado, - Un gusto - dije, y me sonrió de nuevo.

- ¿Eres de la ciudad, no? - preguntó sacándome conversación.

- Bueno, en realidad soy Argentina, nací allá, pero gracias a que mi padre es Mexicano, vivo en México desde hace tiempo - dije.

- ¿O sea tú mamá es Argentina? - preguntó intrigado

- Sip, y tu ¿De dónde eres?

- Soy 100% mexicano - dijo sonriéndome

- Bueno, mucho talento Mexicano para esta película eh - dije algo coqueta, el chico era Guapo, no lo iba a negar, pero realmente no iba a esto, no quería distraerme, quería estar 100% enfocada en mi trabajo, y no tenía tiempo para ligar.
Nuestra conversación siguió durante todo el camino, el cual se me pasó bastante rápido.

Llegamos a un pequeño conjunto de 3 pequeñas torres blancas iguales, muy cerca del mar, al llegar a la recepción, dos chicas muy majas nos dieron nuestras respectivas llaves, A Diego le había tocado el apartamento 502 de la torre A, mientras que a mi el 902 de la torre B, nos despedimos de beso en la mejilla y ambos nos dirigimos a nuestros respectivos apartamentos.

Al entrar a mi nuevo hogar, sentí el olor a mármol inmediatamente, era un departamento muy lindo, ya amueblado con las cosas básicas, al entrar te encontrabas con una sala bastante cómoda a tu derecha, y el comedor a la izquierda, detrás de la sala, se encontraba el espacio de la cocina, el cual era lo suficientemente amplio para mi, saliendo de la cocina, había con un pasillo que daba a dos habitaciones, la principal, o sea la mía, que tenía un balcón con una vista de primera, justo daba al mar, además tenía un baño enorme, luego estaba la segunda habitación la cual igual, era un espacio bastante amplio, el cual también contaba con baño. Recorrí el espacio emocionada, no podía creer que todo esto era mío.

𝐧𝐚𝐯𝐲 𝐬𝐞𝐚 | enzo vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora