Es irrazonable el querer compartir en familia y por causa de una opinión se arruine el día.
Todos oímos o leemos <familia> y nos imaginamos algo increíble, algo inseparable, algo intocable, respetable... Pero lamentablemente existen personas que no sabrían dar una definición igual o mejor.
Si le pedimos a Sophia la definición de 'familia', diría: "No sabría definir tan magna palabra cuando tengo pocos conocimientos de ella. No conozco lo que eso sea, o qué signifique. Pienso que es solo eso, una palabra. No sé que es compartir con personas que llevan mi sangre, con muy pocas lo he hecho; hablaría de familia si me reuniera con hermanos, tíos y primos. Pero no. Siempre ha habido una línea que separa el lado materno del paterno".
Imaginemos ir al Centro Comercial de la mano de papá y mamá. Hay quienes lo ven hermoso en otros, pero patético en sí mismos. Si, así de feo. No, feo no. Horrible. Espantoso. Pero no tan feo como tal. Es decir, feo porque hay un hechizo que a veces determina lejanía entre los seres queridos, -queridos entre comillas-. Todos amamos a nuestra madre, padre, hermanos y demás familiares. Sin embargo, la familia es un espejo. Si lo ponemos al sol, brilla, pero sí en cambio lo colocamos dentro de una revista, muestra las letras de su vida, claro, que solo puede verlo la otra página de la revista.
Los demás observan el brillo del sol, pero no se detienen a razonar lo que hay dentro de dichas páginas.
Asimismo pasa en algunos casos, quizá más en unas que otras familias.
Sigamos pensando en papá, mamá e hija paseando en el centro comercial. Antonio, Celia y Sophia. La nena siempre de la mano de papá, en el medio de ambos pero sin tomar la de mamá. Tan pequeña que no se daba cuenta que en lo más profundo de si, moría por ir de la mano de los dos y demostrar que había amor entre ellos. Sin embargo, a pesar de su corta edad, podía poner a un lado ese sentimiento hundido que deseaba salir a flote, solo que su salvavidas no daba señales de nadar cerca.
Celia escupía que Sophia quería separarlos, y en cierta parte tenía razón. Sofi odiaba ver a sus padres juntos, le molestaba el simple hecho de verlos sentados uno al lado del otro en el restaurant. Tenía muy pocos añitos para presenciar todo lo que veía, escuchaba, sentía y comprendía. Lloraba en silencio cuando su padre se quedaba callado con cada herida, con cada puñal... Sabía cuánto quería llorar él también; conocía su dolor y cuándo su corazón en vez de sangre bombeaba gotas de sufrimiento.
La pequeña Sofi creció con semejante carga, despierta día tras día con tan espeluznantes imágenes en su mente, y le ha costado despegar el rencor, que no siente por nadie más, que por la segunda persona que más ama en su vida.
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Esperma perfecta, óvulo infecto: creación intransigente.
Historical FictionUn padre que ama incondicionalmente a sus hijos hasta el punto de tenerlos consentidos. Una madre de carácter fuerte que los cohíbe de ser libres. Siendo el resultado de esta combinación: niños malcriados y asociales.