De manera sorpresiva nos enteramos de la llegada de un milagro y la bendición más hermosa que pueda existir. No obstante, la noticia no fue tan agradable para su mami, siendo considerables las razones, pues la nueva semilla no viene del fruto del amor, ya que Viviana no amaba a Ezequiel por estar enamorada de Manuel. "Fueron noches de amargura y llanto", se oía a través de la línea telefónica en el móvil de Sofi, puesto que Viviana sabía que debía permanecer al lado de un hombre con el cual no aspiraba su futuro.
Siete meses de lágrimas y dos de resignación...
Nació un 23 de abril el pequeño Jeremías, fecha en que nació también Antonio el padre de Sophia. Vino cargado de ternura un cuerpecito rosáceo, unos ojitos que daban luz e irradiaban amor, una boquita que al soltar su primer llanto dijo agradecer la vida y amar a su madre por ella.
Entre globos, recuerdos y peluches se escuchó en medio de la Clínica una voz al unísono "Bienvenido al mundo, Jeremías". Viviana lloró desde el momento en que fue colocado en sus brazos; ¡gotas de felicidad que solo conocen las madres!
Sophia llegó al poco tiempo de su nacimiento, fue el primer ser humano recién nacido que había cargado; y mientras eso pasaba, en silencio y mediante un enorme nudo en la garganta, agradeció a Dios por haberle regalado a ese pequeño que la hacía sentir madre, porque esa personita de tan solo 50cm y 3,500kg llenó por completo e invadió un sentimiento que nada ni nadie le había hecho sentir.
Actualmente, Jeremías cuenta con la suerte de tener dos mujeres que lo aman incomparablemente, dos madres que dan la vida por él, y un padre que concluye el triangulo aunque no haya amor para él.
Jeremías vino a traer sonrisas, felicidad, unión, inocencia... llegó para susurrarle a mamá que no quiere verla llorar, que ella vale más que el dólar en Venezuela, que es una sola en el universo, que es magnífica y sublime; que a pesar de ser tan pequeñito, la conoció durante 9 meses, y que su único objetivo en este mundo es hacerla sentir amada, respetada, adorada...
Desde su llegada, Sophia ratifica el rostro semblante y luminoso de su hermana Viviana, asienta verla campante con sus mimos, abrazos, agrados, atenciones, risas y arrumacos para con su hijito. Es portentoso el poder tan inmenso que tiene Dios en sus manos, mantiene Sophia, porque sin ser su gemela, dice sentir lo que Viviana.
Posterior a 22 años, su vida miserable y desconsolada, se ha vuelto pura y dichosa(!)
ESTÁS LEYENDO
Esperma perfecta, óvulo infecto: creación intransigente.
Historical FictionUn padre que ama incondicionalmente a sus hijos hasta el punto de tenerlos consentidos. Una madre de carácter fuerte que los cohíbe de ser libres. Siendo el resultado de esta combinación: niños malcriados y asociales.