Nervios

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Su celular vibró sobre la mesa.
Mati acababa de salir de la ducha y se secó las manos con la misma remera, sabía que con los dedos húmedos iba a ser imposible desbloquearlo.

Al hacerlo vio que Enzo lo llamaba y miró la hora, de seguro ya estaba en viaje.

El sábado había llegado tan rápido que casi no le había dado tiempo de pensarlo mejor, iban a verse, ya estaba y no había vuelta atrás.

-estoy por embarcar-le escuchó decir con una voz algo entrecortada

-bueno,amor

-¿estás seguro, no?

-deja de preguntarme eso...-Enzo había estado preguntandole si realmente quería que fuera durante toda la semana

-bueno...¿me vas a dejar darte un beso?

-si te voy a dejar-respondió él sonriendo, en cuestión de pocas horas realmente eso iba a ser posible

-¿muchos?

-vamos a ver

-que malo

-estoy nervioso-le confesó. sentía un gran nudo en el estómago, estaba ciertamente aterrado

-ya nos conocemos,bebé, solo tenemos que vernos

-¿y si te parezco feo?

-sos hermoso vos,Mati

-¿y si te aburro?¿si no sé de que hablarte?

-dejemos que fluya

Mati suspiró y dijo que estaba bien, después de todo Enzo tenía razón, realmente no quedaba otra alternativa.

●●●

Sabía que era un desastre calculando el tiempo, y ese mediodia no fue la excepción, llegó alrededor de media hora más tarde a encontrarse con Enzo.

Caminó por la estación sintiendo una piedra en el estómago, estaba nervioso pero buscaba seguro a ese hombre que solo conocía detrás de una pantalla; tal vez lucía distinto, su voz era otra, o no olía como se lo había imaginado, pero ya tendría que haber llegado y él, aunque siendo presa del pánico, iba a encontrarlo.

Lo primero que vio de Enzo fue su espalda, parecía estar usando su celular con una mano mientras con la otra sostenía su bolso de mano.

Mati sentía garras en su garganta y casi temblando tomó su celular.

"atrás" le escribió al ver el chat de Enzo escribiendo.

En cuanto Enzo recibió ese mensaje volteó y lo vio parado a pocos metros, apoyado en una pared.
sonrió, él también se sentía nervioso, pero las ganas de verlo eran más grandes.

Caminó lento hasta él y se detuvo justo en frente, le estaba costando saber si el encuentro era real, si realmente estaba sucediendo aquello.

-bueno-murmuró el menor mirando hacía abajo

-¿asi saludan acá?-preguntó Enzo buscando su mirada sin dejar de sonreír

-hola-respondió él obligandose a mirarlo

Enzo dejó el bolso en el suelo, abrió los brazos y Mati se hundió entre ellos, abrazandole la cintura, realmente no necesitaba hablar, necesitaba ese contacto.

Una de las manos de Enzo subió hasta su cabeza y acarició su pelo enredando sus dedos entre ellos.

-acompañame al hotel, dejo las cosas y hacemos algo-murmuró

Mati lo soltó y empezaron a caminar hacía la salida; lo hicieron en silencio, uno al lado del otro.

●●●

Luego de que Enzo se registre en el hotel y dejara sus cosas, Mati lo llevó por un mini tour por Buenos Aires, finalizando en una de las plazoletas donde se sentaron bajo un árbol.
La charla había tardado en establecerse pero con el pasar del tiempo empezó a fluir.

-y para allá está el obelisco, de noche tenes que tener cuidado porque se juntan todos los faloperos...

-no puedo creer estar con vos-le interrumpió. no había podido dejar de mirarlo, era mucho más lindo de lo que él esperaba

-¿te decepciono?-preguntó avergonzado

-basta con eso, me encantas, sos más lindo en persona-le respondió Enzo acariciando su mejilla

-vos también...

-te traje cosas, bah las compré cuándo llegué-recordó Enzo, revolviendo sus bolsillos para darle una bolsa llena de sus gomitas favoritas

-¿como sabes que me gustan?-preguntó él tomandolas

-vivís comiendo eso

-yo no te compré nada...vamos a merendar, yo te invito

-no, yo te invito

-cállate Enzo, yo invité primero-le dijo poniéndose de pie.

Fueron juntos a merendar y en ese mismo lugar recorrieron una disqueria.
Cuándo iban saliendo, Enzo le entregó una bolsa con uno de los discos que Mati había comentado que le gustaba

-¿estás loco? no lo dije para que me lo comprés ¿cuando lo compraste? no te vi

-te quiero comprar todo lo que quieras, ahora que puedo

En ese momento sus miradas se cruzaron y Mati sintió que era el momento, pero no se animaba allí delante de toda la gente

-¿me acompañas al baño?-le preguntó

Enzo aceptó, fueron hasta allí, Mati entró en uno de los cubículos y una vez ahí le tomó la mano, haciendo que entre con él.

-¿te puedo besar?-le preguntó poniéndose casi en puntas de pie

-lindo lugar para besar, este...-se rió Enzo, pero no pudo terminar la frase, Mati tomó su rostro entre sus manos y lo besó

Fue un beso largo y algo torpe gracias a la ansiedad que ambos sentían.
Enzo lo abrazó por la cintura y presionó su cuerpo, perdido en sus labios.

Pasados algunos minutos Mati intentó separarse, pero él no lo permitió

-no, no...-pidió casi rogando sin soltarlo, Mati sonrió y volvió a besarlo; lo hicieron por varios minutos más

Cuándo finalmente se separaron y salieron del baño, caminaron con los dedos entrelazados.

-tengo que volver a casa

-¿no podes quedarte? conmigo, en el hotel

Mati lo pensó, no había planeado pasar la noche con él, pero ahora la idea le resultaba perfecta

-puedo-le dijo, y eso hicieron.

Virtual: 𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐱 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora