Ahora que no encontraba el rumbo fijo, lo único que Matías podía hacer era lamentarse.
No había pasado mucho tiempo sin hablar con Enzo, pero después de hacerlo cada día por dos largos años, ese poco tiempo le parecía una eternidad.
Fran no se metía ni opinaba, cosa que le costaba bastante, pero estaba ahí para él, conteniendolo, y en el afán de ayudarlo lo había invitado a un bar donde él había encontrado el refugio perfecto: alcohol.
-como me la mandé ¿no?-dijo en voz alta ver vaya a saber cuál vez. el bar estaba lleno y él no era estúpido, muchos chicos y chicas lo miraban, parecían querer acercarse, pero él no estaba disponible-¿no?-repreguntó al no recibir ninguna respuesta
-la verdad es que yo ni sé lo que pasó...
-¿que haces acá entonces?-le ladró como un perro furioso y algo borracho a Esteban, que había aceptado la salida propuesta por Fran que en ese momento había ido al baño
-me trajo Francisco...
-y bueno-suspiró echando su cabeza hacía atrás, resignado-ya está
Esteban asintió sin saber nada de lo que había pasado, de hecho había conocido oficialmente al mejor amigo del chico con el que salía esa misma noche.
Cuándo amagó a levantarse para ir por otro trago, Mati lo detuvo
-¿pero sabes que es lo peor? él no me defendió...
-realmente no sé que es lo que...
-¡yo era su novio! me metió ahí con esa gente y yo me sentí re zarpado, todos chetos,asi como vos,pero vos sos uno, al menos, ellos eran como diez...
-¿cuánta alegría en el ambiente me perdí en mi ausencia?-dijo Fran que acababa de volver, sentándose sobre las piernas de Esteban
-lo extraño-murmuró Mati dejando caer su cabeza hacía adelante, recostandola en la mesa
-ay amor, pasaron tres dias...
-¡lo extraño! son como veinte años en años de trolos
-linda la salida,pero la próxima elijo yo, por favor-susurró Esteban al oído de Francisco, que estuvo de acuerdo.
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La mañana fue peor que la noche que la antecedió.
Matias despertó con un monstruo con motosierra en la cabeza, mareado sin saber bien dónde estaba, aunque lo supo fácil, había dormido en la casa de Francisco.
Estaba solo, al menos en el cuarto, cuando su celular, que al parecer alguien había dejado sobre la mesa de noche,vibró.
Era una llamada de Enzo.
-¿que pasó?-preguntó al responder. sentía una mezcla de ansiedad, felicidad y miedo, todo a la vez.
-¿podemos hablar? no podemos dejar las cosas así
-ya fue-murmuró sentándose en la cama
-¿no querés hablar conmigo?
-no le veo el sentido- en realidad si quería hablar con él, se moría por hacerlo, pero tenía miedo, si hablaban y no podían arreglarlo estaba todo perdido, prefería la duda.
-es una pena, porque lo vamos a hacer igual
-con lo fácil que es bloquearte...-en ese momento escuchó un golpe en puerta del cuarto y fue abrirlo soportando el mareo
-no creo que sea tan fácil-le dijo Enzo del otro lado, cortando la llamada
Mati se quedó alli de pie mirandolo, aún con el celular pegado a su oído, no entendía nada,parecía un sueño surrealista.
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Se sentaron en la cama y Enzo le explicó que había llegado a Argentina solo para verlo.
había intentado comunicarse con él por horas en cuánto llegó al hotel y al no poder hacerlo se comunicó con Francisco quién le dijo que Mati estaba en su casa, pasandole la dirección y dejandolo pasar.
Hablaron de lo que pasó,está vez más tranquilos, intentando escucharse entre sí
-yo no quiero que seas como ellos ni como nadie más, quiero que seas vos, como sos vos me encanta
-no soy suficiente-le dijo avergonzado. realmente no sentía estar a su altura
-estoy muy enamorado de vos, no sé como explicartelo ya-le dijo Enzo acariciandole el rostro-¿podemos empezar de nuevo? vine a verte, me puedo quedar unos días y...
Mati no lo dejó terminar, cortó la frase con un beso tierno que necesitaba, lo necesitaban los dos, después de todo era cierto que tres días, para ellos,parecían veinte años.
