Matías no tenía la menor idea de lo que pasaba y dejaba de pasar a su alrededor.
Había salido, como todos los fines de semana, pero hacía rato que ya no era lo mismo, muchos de su grupo de amigos estaban en pareja y por alguna razón las salidas habían cambiado.
Ahora se aburría bastante, solía quedarse sentado en el sofá del lugar, tomando, con ese chico que parecía inseparable.
-no entiendo, el tipo esta bueno, te quiere...
Mati lo miró. Francisco era el único de todo su círculo que sabía de Enzo, y no solo de él, si no de su sexualidad, todavía no se animaba a hablar de eso con nadie más.
-yo lo quiero a él-dijo apesadumbrado. amaba a Enzo, quería verlo pero estaba asustado. Fran,como siempre que hablaban del tema, lo animaba a hacerlo.
-¿entonces? anda a verlo, gordis, ¿que tanto?
-no le voy a gustar
-pero si ya le gustas...
-no me vio nunca en persona, no es lo mismo que en fotos y videos
-ay Matu, si es lo mismo, no le estás mintiendo con tu apariencia
-siento...-dijo aclarando su mente,intentando ser lo más preciso posible sobre sus sentimientos-nosotros tenemos algo lindo asi como es, yo sé que él esta ahi y él sabe que me tiene,en el momento en que se vuelva real todo se va a ir a la mierda, se va a perder la magia
Fran hizo un silencio tan largo como insoportable, Mati lo miró impaciente al no recibir respuesta de su parte
-¿que?
-es lo más estúpido que escuché
-bueno, gracias...
-¿no tenés ganas de darle besos? ¿abrazarlo?
-si
-cuando se vean va a ser todo mejor, va a ser como ahora pero vas a poder hacer todo eso, y más cosas...
-si,pero...
-con más cosas me refiero a la intimidad...-le dijo acercándose para que solo él pueda escucharlo en medio del bar y la música alta
-si, entendi, lo pasa es que yo siento...
-me refiero a que van a tener coito
-¡ya entendí, Francisco! ¡que asco!-gritó haciendolo reír
-ay bien que tenés ganas de cabecearle el ombligo
Mati ignoró ese comentario, se quedó en silencio y volvió a tomar de su trago
-cabecearle el ombligo quiere decir hacerle sexo oral...
-ya entendí-le dijo cubriendose la cara con una mano. Francisco lo estaba avergonzado, pero él sabía que tenía razón,no podía seguir poniendo excusas y postergando lo inevitable.
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Aquélla tarde de domingo fue totalmente gris.
tenía un poco de resaca pese a no haber tomado mucho.
Luego del mediodía y el almuerzo se duchó y se acostó a dormir, aunque no lo hizo, tenía muchas ganas de hablar con Enzo.
-¿tomaste mucho?-le preguntó él al notar como su voz parecía quebrada
-no, no sé, creo que no...
-más dudoso-respondió él sonriendo. nunca le había molestado que Mati saliera, de hecho le generaba cierta ternura.
Continuaron hablando de cosas sin demasiada trascendencia hasta que Mati, recobrando valentía, hizo la pregunta
-¿cuándo podes venir?
Enzo detuvo lo que estaba diciendo e hizo un breve silencio
-¿a verte?
-y si
-¿en serio?
-si
De nuevo un silencio, esta vez tan largo que Mati creyó que había finalizado la llamada
-¿hola?
-¿no va a pasar lo de la última vez?
-no, quiero verte, ya está
-¿ya está? no quiero que lo sientas como una obligación, tampoco
-no es obligación, quiero conocerte
-¿este sabado?-preguntó el mayor haciendo cálculos mentales
-si, dale
Aquél domingo, exactamente seis días antes de su primer encuentro, los dos se sumergieron en una serie de nervios y ansiedad imposibles de combatir.
