| • ° † Nᴏ sᴏʏ ᴛᴜ sᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴏᴘᴄɪᴏ́ɴ † ° • | Hashirama Senju

❞𝐍𝐨𝐬 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐚𝐫❞

| • ° † Nᴏ sᴏʏ ᴛᴜ sᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴏᴘᴄɪᴏ́ɴ † ° • |

❞𝐍𝐨𝐬 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐚𝐫❞

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ: 36

Después de tanto tiempo, finalmente le diría a _________ que es lo que quiero, no sé cómo lo vaya a tomar, pero espero que lo tome mejor de lo que estoy pensando, pues realmente quiero compartir mi vida con ella y sé que ella no me lo negará, a menos de que sienta que voy demasiado rápido y me diga que es demasiado pronto como para pensar en casarnos, y si es así entonces voy a aceptarlo, pues por ella esperaría toda una eternidad, no me importa si tengo que esperarla hasta en mi siguiente vida, lo haría hasta que ella se sintiera preparada para casarnos.

Llegué a su casa con un ramo de flores, sus favoritas, y toque el timbre sintiéndome algo nervioso, quizás porque estoy a nada de decirle lo que siento, estoy a nada de decirle que quiero casarme con ella, pero creo que es momento de pedirle ser mi esposa, llevamos cinco meses siendo novios y nada me haría más feliz que ella fuera mi esposa, por lo que en cuento me abrió la puerta sonreí entregándole las flores que ella miro sorprendida pero con una radiante sonrisa en su rostro, las tomo y me dejó pasar a su casa que por supuesto la seguí hasta la sala, dónde estaban sus padres, ¡Perfecto!, así podré pedirle matrimonio frente a sus padres.

—Hashirama —dijo la madre de ________ —Que alegría de verte —me sonrió

—Lo mismo digo, señora —le devolví la sonrisa —Yo... Estoy aquí porque tengo algo importante que decir, y ya que están aquí, me gustaría que también pudieran escuchar lo que tengo que decir —dije tratando de no hacer notar mis nervios

—Claro, ¿Qué tienes que decir, Hashirama?

—Pues... —rasqué mi nuca —Quisiera pedirles permiso para casarme con su hija —miré a _________

Ella me miraba con sus ojos abiertos, quizás no se esperaba tal respuesta a la pregunta de su madre, quizás no era lo que quería escuchar en ese momento, pero al menos había dicho uno de mis pequeños sueños que tenía, pues el casarme con ella era uno de mis sueños, el mejor que pudiera tener, eso sí, respetaba mucho la decisión de ella, si me dice que aún no está preparada para casarse conmigo lo entenderé y como ya lo dije, la esperaré el tiempo que sea necesario hasta que se sienta lista para casarnos, no importa cuánto tarde, siempre estaré ahí esperando por ella.

—¿Estás... Estás hablando en serio? —preguntó ella aún sorprendida

—Sí, jamás había hablado tan en serio como ahora —me acerqué a ella tomando sus manos —No quiero que te sientas presionada a aceptar el compromiso, yo podría esperar por tí toda mi vida si es necesario, no tienes que aceptar si no lo quieres, podemos seguir siendo novios hasta que los dos queramos casarnos —acaricié su mejilla

—Oh, Hashirama —sonrió derramando algunas lágrimas —Por supuesto que quiero casarme contigo.

—¡¿De verdad?! —pregunté emocionado

—¡Sí!

En ese momento la felicidad no me cabía en el pecho que parecía que iba a estallar, y sin poder evitarlo, la abrace fuerte con una gran sonrisa en mis labios, no podía dejar de agradecerle a ella y a la vida por haber aparecido en mi vida, por hacer de mi vida algo maravilloso, hacer de mis días más alegres y llenos de color, hacer que con una mirada suya, todo a mi alrededor pudiera desaparecer, que cada risa suya sea una melodía tan hermosa que no quiera parar de escuchar.

Ahora no me podía creer que estuviéramos comprometidos, no podía creer que nos fuéramos a casar, eso sí, necesitaba escuchar la respuesta de sus padres, sobretodo la de su padre, pues él es quien más miedo me da, puede que no acepte el casarme con su hija y me diga que aún no es el momento de hacerlo, por supuesto que lo entiendo, actuaría como yo si es que mi hija me dice que se quiere casar con su novio, sería ese padre celoso que no dejaría a su hija casarse tan pronto, todo por no perderla, pero quizás y ahora este deseando que él me diga que sí acepta que su hija y yo nos vayamos a casar.