Capítulo 2: Destino Entrelazado.

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- Por favor... No lo hagas...

Minho apuntó con precisión, listo para eliminar al enemigo, pero al hacerlo, sus ojos se encontraron con los del chico que estaba oculto. En ese instante, el mundo pareció detenerse. A pesar de estar en lados opuestos del conflicto, Minho quedó hipnotizado por la suave mirada de aquel castaño. En lugar de disparar, bajó lentamente el arma en un momento de tensión palpable mientras se miraban el uno al otro, los corazones latiendo con fuerza en sus pechos. Finalmente, un militar más rompió el silencio al abrir la puerta y adentrarse con sus compañeros detrás.

- No hay nada por aquí, sigamos. -dijo abriéndose paso entre los presentes-.

No muy convencido, uno de los militares caminó hacía aquel rincón que parecía sospechoso.

- Dije, vámonos.

En menos de 1 minuto los militares abandonaron el pequeño hogar y luego la pequeña aldea quedó en silencio, interrumpido solo por el crujir de las botas de los soldados sobre el polvo y los escombros que cubrían el suelo.

Jisung al no escuchar nada más salió lentamente del pequeño rincón, asomándose por la ventana. Las casas, antes hogares de familias, ahora yacían vacías y en silencio, sus puertas rotas y ventanas destrozadas testigos mudos de la tragedia que había tenido lugar. El aroma a humo y a hierro impregnaba el aire, recordando el horror que habían sucedido.

Al llegar al límite de la aldea, Minho se detuvo y miró hacia atrás, contemplando el desolado paisaje que dejaban detrás. Una sensación de pesar y arrepentimiento lo invadió mientras recordaba las vidas inocentes que habían sido arrebatadas. Volvió la vista a aquella particular casa, logrando conectar mirada con aquel inocente chico de hacia unos minutos, una extraña corriente recorrió su cuerpo, pero a diferencia de un escalofrío, ésta se sentía bien, tan así que una pequeña sonrisa se formó en sus labios acompañada de un ligero sonrojo.

Tomando sus cosas continuó el camino con esperanzas de algún día volver a ver a aquel chico que lo había hipnotizado en un instante.

[...]

Calló la noche, en el campamento militar, iluminado por las tenues luces de las lámparas de aceite, cada grupo de soldados se reunieron alrededor de grandes mesas de madera. Sentados juntos, compartiendo risas y charlas animadas mientras sirven generosas porciones de guiso y arroz caliente. Las risas y las bromas llenan el aire, creando un ambiente de camaradería y compañerismo que alivia el estrés y la tensión de la jornada.

Mientras los soldados se divertían alrededor de la mesa, Minho lucha por concentrarse en su comida. A pesar del bullicio y la animada conversación que llena el aire, su mente está en otro lugar, perdida en los recuerdos del encuentro fugaz que tuvo esa tarde. Con cada bocado, su pensamiento vuelve a aquella mirada que lo hipnotizó, y al suave susurro temeroso que dejó salir aquel chico de grandes mejillas. Trataba de ocultar su distracción, pero sus compañeros de mesa notaron su ausencia en la conversación y le lanzan miradas curiosas.

- ¿Por qué estás tan apagado Minho? -dijo Changbin con una cerveza en la mano-.

- No, no es nada, solo... Pensaba -dijo soltando una pequeña risa nerviosa entre un suspiro-.

- Típico de Minho.

- Como tu digas...

Se levantó de su asiento riendo, casi sin haber tocado su cena. Llegando a su tienda se recostó en su respectiva camilla y empezó a recapitular todo lo que había pasado en el día, y sobre todo... ¿Por qué no podía dejar de pensar en aquel chico?...

MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora