Capítulo 38

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Tormento

La habitación se llena de conmoción, nadie conocía a aquella alfa pero no había duda de su poder, la cantidad brutal de dinero que entregó por una simple prostituta bonita lo decía. Tampoco pasó de largo el hecho de su inquietante parecido con la familia Manobal, de no ser por su joven rostro ellos pudieron jurar que se encontraban frente el mismísimo Male.  

Ojos negros como la noche y piel morena, un Manobal podía ser reconocido entre mil alfas y era más poderoso que mil otros más.  

ㅡ¿E-eh escuchado bien, jovencita? ㅡpreguntó el seleccionador, aturdido de tal sumaㅡ ¿Ha dicho veinte mil dólares?  

Lisa ni siquiera dudo.  

ㅡOíste bien ㅡconfirmó, sin usar los honoríficos correspondientesㅡ ¿Hay algún problema?  

El hombre se apresuró a negar y luego sin más miramientos chasqueo los dedos. Casi de inmediato una beta se acercó, cargando entre sus manos un collar y una correa. 

Jennie no miro a Lisa cuando el collar fue puesto en su cuello y tampoco cuando el seleccionador agarro la fina correa de plata, enredando la cadena entre sus dedos de una forma que la omega no pudo evitar recordar cuando el mayor jugo con sus cabellos, justo antes de que Hwasa se suicidara.  

Apartó aquel recuerdo de su mente.

ㅡCamina ㅡsiseo el seleccionador y automáticamente la castaña obedeció, con los pies descalzos y la bata sin abrocharㅡ Cuando llegues al frente de tu ama tendrás que arrodillarte y agradecerle su elección, ¿entendiste? ㅡmurmuró, lo suficientemente bajo para no ser escuchado por nadieㅡ Y recuerda, actúa como si te gustara todo lo que te hagan esta noche, se te prohíbe rechazarla, no me importa la mierda que te pida hacer, cumple sus fantasías con una sonrisa en la cara o te juro que yo mismo te desnudaré y te haré hacer mil cosas peores.

Jennie no tuvo tiempo para responder cuando ya estaba frente a Lisa y no pasó ni un segundo cuando ya sintió un tirón en su correa.  

Arrodíllate y agradece.  

Sus rodillas temblaron. ¿Por qué estas personas hacían ver un acto de entrega como algo tan sucio? ¿Como si fueras una humillación? Jennie sin dudar se arrodillado para Lisa antes pero ahora se sintió tan asquerosa por el simple hecho de hacerlo, frente a tanta gente que creían que la sumisión era un acto de poder, no de amor.  

Sus piernas cedieron y levantó la vista, notando la sorpresa pintar el rostro de Lisa.  

ㅡGracias por escogerme, ama ㅡsusurro, otro tirón en su correa que le susurraba que lo podía hacer mejorㅡ Prometo intentar satisfacer cada una de sus necesidades esta noche, no se arrepentirá de tenerme.  

Palabras correctas o al menos lo fueron para la mayoría de los alfas de la habitación, quienes estaban dispuestos a apostar mucho más dinero la noche próxima que Jennie fuera subastada.                         

Pero no para Lisa, Jennie podía sentir como ella hervía de rabia.

ㅡBueno ㅡllamo la atencion el seleccionador, entregandole la correa a la pelinegraㅡ Ahora volvamos a la subasta, aún nos queda un omega que vender y les aseguro que les encantará.  

La atención fue rápidamente removida de Jennie a las palabras del otro hombre y la castaña se mordió el labio con fuerzas al ver la aún más clara expectativa del público, ellos sabían que un menor venía y era horroroso el como gustarles aquello.  

ㅡJennie ㅡsusurro Lisa pero los ojos de la nombrada ni siquiera la mirabanㅡ Mi amor, ¿qué te hicieron? ㅡnegó con la cabeza ante su propia preguntaㅡ No, mejor no me respondas eso ahora.. p-pero quiero que sepas que te sacaré de aquí, vine a cumplir mi promesa, bebé.  

Innocent | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora