4. El darshan de las flores

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Los faroles alumbraron el hermoso jardín a las afueras de la ciudad, un toldo enorme se extendía los suficiente para cubrir a las personas que estaban invitadas a la fiesta. Había música en vivo, risas, caras conocidas de la academia. Alhaitham no pudo evitar suspirar, no soportaba el ruido y tampoco hacer esfuerzos por socializar con gente que no le aportaba nada importante a su vida.
Por su parte, Kaveh sonrió enormemente, con los labios brillantes y una extravagante sombra rojiza sobre el párpado, pendientes brillantes y una camisa oscura abierta en el pecho y la espalda de manga larga con un fajón claro en la cintura. Lo había detallado porque como siempre, se veía precioso. 

El aire era tibio y suave, la noche estaba estrellada y lo suficientemente clara como para contar las estrellas.

Finalmente, encontraron a Tighnari junto a dos personas más cerca de las bebidas y la comida. Estaban hablando de manera animada hasta que notaron la presencia de las únicas dos personas que faltaban.

—Vinieron —Estaba alegre. Los otros dos; un chico de cabello blanco y una pelirroja de ojos inocentes estaban expectantes. No se conocían—. ¿Qué les parece la decoración?

—Es hermoso, pero me ofende que no me hubieran buscado para ayudarles —Kaveh se hizo el indignado. El zorro se rió.

—Lo tomamos en cuenta, pero alguien pensó que estarías demasiado ocupado siendo el mejor alumno de arquitectura —Como si no le gustaran los halagos, Kaveh rodó los ojos. Alhaitham sólo saludó con la mano cuando llegó, no participó en la conversación—. Ellos son mis amigos, Cyno y Nilou. Quizás a ella la conocen por hacer bailes en el teatro zubayr y Cyno..

—No es necesario darles detalles —El moreno también tenía los ojos rojizos pero más intensos y tenía expresión de pocos amigos. Parecía a la defensiva.

—Es un placer —El rubio ofreció su mano a ambos y observó al peligris que también estaba con una cara de incomodidad—. Él es Alhaitham.

Nilou fue la más amigable de los dos y también la más amable. Tenía la ropa más bonita del lugar, llena de joyas que decoraban la tela suave de su vestuario celeste. Seguramente se presentaría esa noche.
Charlaron durante horas, ignorando el tumulto de gente que había en el lugar. Alhaitham fue olvidando poco a poco lo incómodo que eso le resultaba cuando tenía que llevarle la contraria a Cyno. Cuando Kaveh se reía y sus manos se rozaban. Le picaban los dedos por envolver su estrecha cintura.

Tomaron unos tragos y encontraron una mesa cerca del escenario, Nilou estaba preparándose para empezar a bailar. El rubio estaba ligeramente sonrojado, señal de que el alcohol se le estaba subiendo y Alhaitham sólo podía pensar en todo el camino que tendría que cargarlo.

Tighnari se había desaparecido, los tres presentes en un pequeño silencio incómodo asumieron que al ser parte del darshan encargado tenía que ir a revisar que todo estuviera bien. El moreno se aclaró la garganta llamando la atención de los otros chicos y los observó con cara seria.

—¿Quieren escuchar un chiste?

Alhaitham y Kaveh se miraron.

—Está bien —Respondió el mayor.

—¿Qué hace un mudo bailando?

—...

—Una mudanza.

Los ojos turquesa de Alhaitham inmediatamente se dirigieron a otra cosa. Kaveh parpadeó y una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Cyno.

—Vamos, sé que les gustó.

—Menos mal que estás estudiando, porque definitivamente contar chistes no es lo tuyo —Suspiró el rubio y tomó la botella para llenarse el vaso de vino otra vez. Cyno se cruzó de brazos, seguro de que su chiste había sido de los mejores que ha contado—. Por cierto, nunca te he visto en la academia. ¿De verdad estas estudiando ahí?

God of flowers || HaikavehDonde viven las historias. Descúbrelo ahora