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JooHyun siempre buscaba la más mínima excusa para verme, no se perdía ni una sola misa los domingos, algo poco común en una persona atea. Se sentaba atrás, lejos del padre JumSeok y me observaba, me sonreía a la distancia, tratábamos de no estar tanto tiempo juntas porque, aunque yo lo detestar, siempre había alguien viendo a JooHyun, era una mujer que cautivaba la mirada de todos en la habitación.

Todo el día pensaba en ella, en cuando volvería a verla y cuanto extrañaba sus labios, me había vuelto adicta a ella y no se me quitaría fácilmente, JooHyun me tenía a su merced.

ㅡ ¿Hermana SeulGi? Hey, Buenos días. ㅡ Llamó el padre JumSeok, yo estaba tomando mi desayuno en la cocina cuando el apareció. ㅡ No pensé que estaría aquí tan temprano.

ㅡ Buenos días. Pues... aquí vivo. ㅡ Le dije haciéndolo carcajear, yo me encogí de hombros, obligándome a sonreír para no volver todo muy incómodo.

ㅡ Tienes razón, fue una pregunta muy atolondrada, lo siento. ㅡ Él preparó su café y me invitó unas galletas, yo acepté por cortesía, me sería muy presionada a hacerlo. ㅡ ¿Qué tiene pensado hacer hoy?

ㅡ Lo mismo de todos los días. Creo que hoy debo ir al comedor para ayudar a las demás hermanas, estará la madre superiora también y luego iremos al asilo. ㅡ Le conté asintiendo, dándole un trago a mi taza de té. Él no parecía muy interesado en lo que le contaba, quería decir algo más, se quedó callado y no dijo nada sobre lo que le había contado.

ㅡ He estado hablando con el arzobispo y me ha invitado a Roma, me iré el mes entrante. ㅡ Comentó él, un poco decepcionado, lo cual era extraño porque él siempre hablaba de ir a Italia, cumplir su sueño y convertirse en Papa. ㅡ La madre superiora me ha dicho que ella también tenía pensado ir, pero en unos meses, más adelante quizá.

ㅡ ¿Habla en serio? ¡Es su oportunidad! ¡Siempre ha querido volver a Roma! ㅡ Intenté levantarle el ánimo y él simplemente me sonrió en un suspiro mientras su dedos jugaban en la cerámica de su taza. ㅡ ¿Qué ocurre? ¿Es malo?

ㅡ Realmente me gustaría que viniera conmigo. ㅡ Confesó dejándome sin habla, no me esperaba, pero de cierto modo era obvio, yo era muy ilusa en ese tiempo. ㅡ Comer pasta, conocer la basílica de San Pedro y el Vaticano, te encantará. La residencia es mucho más grande, tiene un patio lleno de flores y un lago, estoy seguro que sería muy feliz allí.

En un principio hubiera aceptado sin dudarlo, mi sueño era irme a Italia, recorrer el mundo misionando y llevando la palabra de Dios a cada rincón del mundo, pero ahora tenía a JooHyun, no quería dejarla por algo tan tonto como un viaje. Fue lo primero que pensé en cuando él me ofreció viajar, JooHyun siempre estaba en mis prioridades.

ㅡ No lo sé, Padre. Me gusta la ciudad, me gusta estar aquí, además aquí tengo a YeRim y a SooYoung, son mis amigas de la infancia y no quiero estar lejos de ellas. ㅡ Me justifiqué y él negó, tomando mis manos sobre la mesa. Sus manos eran ásperas y secas, se notaba la diferencia entre las manos de JooHyun y las suyas, por supuesto que yo prefería éstas últimas. ㅡ No sé si sea adecuado ir en este momento, quizá más adelante o pueda ir con la madre superiora, necesito pensarlo.

ㅡ  Es la oportunidad de su vida, hermana SeulGi y estaremos juntos, no estarás sola. Además, no le tenga miedo a tomar nuevos caminos. ㅡ Acariciaba mis manos y rápidamente me aparté, transformando el ambiente en uno tenso e incómodo. ㅡ Piénselo, ¿sí? Yo esperaré por usted, cuando esté lista partiremos a Italia.

Asentí sin darle mucha importancia, yo no me iba a mover de aquí ahora que JooHyun estaba en mi vida, pero era una oferta tentadora aunque estuviese muy negada a ir, no sabía lo que el futuro tenía para mí, el dicho: "nunca digas nunca" no me la sabía en ese tiempo.

𝐑𝐄𝐋𝐈𝐆𝐈𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora