Híbridos. Sangre de bruja y de demonio. Parte I

Capitulo I. Investigación del homicidio.

Esa mañana el sol resplandecía con gran fuerza, a pesar de que era otoño. El día de Jessica Nova comenzó como cualquier otro, conduciendo hacia el periódico en el que trabajaba: Los ojos de la ciudad.

Había obtenido su puesto inmediatamente después de terminar la carrera de periodismo. Ya hacía casi un año que estaba ahí y a diario deseaba poder abandonar ese lugar. Conducía un mustang plateado último modelo, tenía buenos amigos, un grandioso novio, vivía en un espacioso departamento y además ganaba mucho más dinero que cualquiera a su edad, aunque por lo tanto lidiaba con más presiones y responsabilidades que ellos. Jessica Nova a sus veintitrés años era una de las mujeres más exitosas de la ciudad y sin embargo no era completamente feliz. Ella nunca pensó que así sería su vida y mucho menos a su edad. Monótona y sin alguna diversión.

Además siempre tenía algo en su cabeza que la afectaba y la ponía a pensar: el hecho de haber sido adoptada y la culpa que sentía por la muerte de sus padres adoptivos en un accidente automovilístico tres años atrás. Tenía preguntas de las cuales quizá nunca obtendría las respuestas como: ¿Por qué sus padres la dieron en adopción? ¿Habrán fallecido o si no, en dónde estarán ahora? ¿Cómo habría sido su vida de haber sido criada por ellos? Generalmente reprimía eso, aunque a veces le era inevitable, especialmente cuando llegaba a su departamento ya que había lo había adquirido con el dinero de la venta de la casa de sus padres, cuando fallecieron no quiso seguir viviendo ahí, con el susurro de sus vidas y el eco de sus muertes.

Jessica bajó del auto y le entregó las llaves al encargado del valet parking, el chico la miró hasta que ella entró al edificio. Veía atontado como su cabello color dorado se movía por el viento, miraba sus ojos del color del zafiro, sus labios y su poco puntiaguda nariz. Esa era la reacción de la mayoría de los hombres al verla: quedar paralizados y enamorarse al momento, pues era muy hermosa, alta y delgada. Además de que caminaba de un modo tanto hechizante.

Se dirigió a las puertas del gran edificio de Los ojos de la ciudad, uno de los edificios más grandes de la ciudad Jaspe, el edificio estaba forrado completamente de jaspe rojo en honor al nombre de la ciudad. Al entrar al vestíbulo Jessica saludó a la recepcionista con una linda sonrisa y la recepcionista le regresó el gesto. Luego, cruzó el lobby hasta la puerta del elevador y entró en él. Su cabello color ocre colgaba por los hombros y el collar que siempre llevaba rebotaba en su cuello; uno hecho de oro con una gema color verde casi tan redonda y del mismo tamaño de una perla. Esa esfera verde siempre estaba posada en su pecho.

En el ascensor se encontraba su amiga y compañera de trabajo, Annia.

Annia Álvarez era una chica de un metro y medio de alto, delgada, con el rostro redondo, cabello corto rojizo y ojos marrones. Era una chica normal con ropa común no como Jessica que vestía con prendas ajustadas y muy a la moda. Al andar juntas se notaba un gran contraste en todos los aspectos. Tanto hombres como mujeres sólo volteaban sus caras para mirar a Jessica y no a Annia. Ella era tres años menor que Jessica y su secretaria, pero sin importar todo lo demás era su mejor amiga.

Como todos los días se saludaron diciendo: Buenos días, ¿Cómo estás?

Hablaron rápidamente de una cita que tendría Annia esa noche aparentemente con un galán adinerado. Lo conoció en un bar unas noches atrás. Jessica a veces pensaba que cuando Annia salía lo único que buscaba era prospectos y no divertirse. Estaba realmente emocionada hablando y Jessica no le prestaba demasiada atención porque Annia siempre que tenía una cita o conocía a algún hombre se emocionaba en exceso y comenzaba a fantasear y a realizar planes en su cabeza. Cosas que jamás sucedían. No tenía mucho éxito en las relaciones. Terminaron de hablar de ese tema y nadie dijo nada por unos segundos. El viaje hacia el piso donde trabajaban no era tan rápido porque el elevador no era veloz y trabajaban en el sexto nivel.