Jimin y Jungkook se conocen desde niños y siempre supieron que estaban destinados a amarse. Por suerte para la pareja, tenían el respaldo de sus familiares y amigos, así que no habrá obstáculos para ellos en un futuro. Sin embargo, luego de diez año...
Gracias por todo el apoyo que le dan a "Familia Jeon" @monyE74 , @ElsaHoseok & @Monitalucia
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—¡Lo de puta te quedó chiquito!.
Esa frase raspante, grave como un gruñido, rebotó en cada espacio, objeto y persona de la recepción en la dirección, más cuando fue acompañado del estallido que provocó la cachetada de Jimin. Su mano arde, su pecho sube y baja, siente su sangre caliente por el enojo, él como le palpita la aorta en su cuello se lo advierte. Pero sobre todo, sus ojos se tornaron oscuros mientras sus puños se contienen ejerciendo una fuerza brutal que le lastima sus muñecas para no terminar lastimando a la mujerzuela que ahora sonríe cínicamente y se soba la mejilla.
—Ohh, si que tienes un carácter duro ¡eh?.
—Pero serás... —Jimin dio un paso para enfrentarla cuando la chica se burló en su cara, lo que se lo impidió el murmullo de los pocos que presenciaban la escena y unos pasos que sonaron desesperados desde atrás.
—¡Jimin! —exclamó Hoseok interponiéndose entre los dos y con un claro terror en su voz.
El CEO de la empresa se había quedado perplejo, le costó unos segundos que parecieron eternos para alertarse del peligro.
—Necesito que me escuche, señor Park —y la abogada cedió rechinando los dientes.
Para ella esto era denigrante, sin embargo, sabe que se lo buscó y por eso ahora se esconde en ese escudo de mujer fría empoderada que siempre la ha caracterizado.
—Señor Jeon para ti —soltó en automático, sin pensarlo y es que le nació de forma natural aunque se sintiera un poco intimidado— Yo no tengo nada que hablar contigo —y dijo en un tono más suave, con la vergüenza acentuándose en su rostro.
Esa mujer era realmente hermosa.
Jimin se sintió chiquito ante la seguridad que le trasmitían esos ojos marrones.
—Usted sabe que sí, señor Jeon.
En ese instante, cuando el sarcasmo destacó en la joven, Hoseok escéptico la observó, notando enseguida la marca rosada en forma de mano en su cachete izquierdo y fue cuando percibió el murmullo de los espectadores que ya se iba incrementando. Con sus ojos abiertos como plato, comprendió lo sucedido.
—Park, ven aquí —y sin esperar permiso el mayor atrapó al pelirrosa por el antebrazo alejándolo con disimulo hasta retornar a la oficina de antes.
Rápidamente lo sentó en una de las sillas de la mesa redonda, miró a su alrededor y se desplazó hasta cada una de las divisiones de cristal que enmarcaban el espacio, simulando paredes, y bajó las cortinas de persianas para tener privacidad. La estancia como todo en la empresa, era relativamente pequeña, así que suspiró para no elevar su voz ni alterarse.